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Identidad

Aborto seguro: ¿La decisión es nuestra?

La nueva campaña de Profamilia lanzada en cuatro ciudades de Colombia retoma el debate sobre la Interrupción Voluntaria del Embarazo. A pesar de la crítica, las cifras muestran una realidad preocupante.
Póster de campaña de Profamilia.

¿Qué pasaría si quedo embarazada? ¿Pondría mi bebé en adopción o abortaría? ¿Sería capaz? Pero, ¿y cuál es el procedimiento para abortar? ¿Cuánto cuesta? ¿Podré tener otro bebé después? ¿Debería el Estado decidir sobre mi cuerpo? Son preguntas que las chicas que llevamos una vida sexual activa podríamos hacernos eventualmente.

Hace 9 años la sentencia C-355 le concedió a las mujeres colombianas el derecho a interrumpir su embarazo en tres casos específicos: si existe riesgo sobre la vida o la salud de la madre, si el feto sufre alguna malformación que afecte su desarrollo o si el embarazo es resultado de una violación. Sin embargo, el aborto en Colombia es una realidad que ha sobrepasado los límites de la legalidad y se ha convertido en esa bola de nieve que no ha parado de crecer con los años.

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Cada año se presentan más de trescientos mil abortos clandestinos en el país, según un estudio del Guttmacher Institute de 2011, poniendo en riesgo las vidas de las mujeres que se practican estos procedimientos. Actualmente, organizaciones como La Mesa por La Vida y la Salud de las Mujeres y Oriéntame, se encargan de difundir esta información para que las mujeres conozcan las garantías legales que protegen su derecho a decidir.

Por la misma línea y con mayor suerte de difusión, a principios de esta semana en los vagones del metro de Medellín apareció una pauta de Profamilia: "La decisión es tuya", que busca informar a las mujeres acerca de las opciones que tienen a la hora de lidiar con un embarazo no deseado, a partir de las tres causales del aborto legal en el país. La campaña hace énfasis en la autonomía reproductiva que tenemos las mujeres.

"A través de acciones comunicativas esta campaña busca brindar información y asesoría sobre la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE)", le dijo a VICE Juan Carlos Vargas, uno de los voceros de la campaña de Profamilia. Estas imágenes además ponen de manifiesto la alarmante cifra de abortos clandestinos que suceden en Colombia. "398.000 abortos que no debieron ser que no debieron ser clandestinos", según cifras del Guttmacher Institute en las que se basa la publicidad.

Según el plan de choque para la reducción de la mortalidad materna del Ministerio de Protección Social, dentro de las causas directas de muerte de mujeres embarazadas en el país, la principal es la eclampsia (convulsiones durante el embarazo o el trabajo de parto), seguida por las complicaciones del parto, el aborto y otras dificultades del puerperio. De estas causas, según el Ministerio, el aborto es la única totalmente prevenible. Eso sí, si se toman las medidas necesarias para disminuir los riesgos que enfrentan muchas mujeres por abortos mal practicados en el país.

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La última sentencia que avaló la interrupción voluntaria del embarazo fue la T-871 de 2011, que extendió los alcances de la causal salud en un sentido mucho más amplio e integral, especificó en las tres condiciones anteriores, la posibilidad de que una mujer abortara cuando existiera un peligro psicológico o que el embarazo fuera producto de una transferencia de óvulo fecundado o de una inseminación artificial no consentida, o de incesto.

Avalada por este marco legal, Profamilia decidió lanzar su campaña en cuatro ciudades de Colombia: Bogotá, Medellín, Barranquilla y Cali. Pero la que desató mayor furor en redes sociales, sin duda, fue la del Metro de Medellín. Si bien el sistema de transporte masivo de los paisas se ha caracterizado por "la formación de usuarios", es decir, por moldear los comportamientos de los ciudadanos dentro del sistema –algo que en muchas ocasiones ha sido criticado–, con la instalación de las vallas de Profamilia, el Metro dio la espalda a la imagen de conservador y tradicionalista que se ha ganado en algunos sectores.

Pero tanto ha calado la Cultura Metro dentro de la cotidianidad medellinense, que en el momento de lanzar la campaña en los vagones, las críticas no se hicieron esperar frente al gesto liberal del sistema de transporte. Con una ola de comentarios agrupados con el hashtag #abortonoesculturametro los usuarios del Metro de Medellín que no estaban de acuerdo con la campaña decidieron inundar las redes sociales con comentarios pro-vida e imágenes sugestivas de abortos mal manejados.

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Mientras el Concejal de la Familia y demás personas en contra del aborto denunciaron con mensajes de desaprobación de la campaña, otros más radicales se enfocaron en criticar con mensajes más explícitos y chocantes:

En respuesta a esto, el Metro de Medellín se pronunció por medio de un tweet en el que afirmaba que la campaña cumplía con todos los requisitos para ser publicada y por lo tanto no iban a censurarla. VICE consultó a el Metro para tener una respuesta más amplia, pero se limitaron a lo escrito en redes sociales:

Profamilia, que tampoco tiene ninguna intención de dar un paso hacia atrás, le dijo a VICE que en el transcurso de los tres meses que durará la campaña, "generará diferentes actividades como publicaciones en radio e intervenciones en las diferentes ciudades". "Hemos recibido reacciones positivas y negativas, pero lo importante ahora es seguir brindándole información a las mujeres del país", dijo Juan Carlos Vargas.

Y si se trata de ponernos pro-vida, tengamos en cuenta la cifra de mujeres que se han puesto en riesgo: según el Guttmacher Institute, se estima que en el país el 44% de los embarazos no planeados terminan en un aborto inducido. De este porcentaje, que se traduce en cerca de 400.400 abortos, tan solo el 0.08% son practicados por una institución de salud. Además está el riesgo del mal manejo de medicamentos como el misoprostol, utilizado en la mitad de los abortos en el país, que puede conducir a una tasa de complicaciones innecesariamente alta, como sangrado abundante o aborto incompleto.

¿Será posible cambiar la mentalidad y convertirnos en un país en el que el aborto sea una decisión de cada mujer? ¿Podremos evitar más negocios clandestinos que, en vez de mejorar la situación de las mujeres, las expone a un constante peligro?

El episodio de las vallas de Profamilia y las reacciones desatadas, demuestra que el aborto sigue siendo un tema tabú de nuestra sociedad, y que la autonomía femenina sobre nuestro cuerpo sigue estando en un segundo plano.

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