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La vida con Boko Haram: las fugitivas hablan

Un informe de Human Rights Watch (HRW) recientemente publicado, ha revelado el terrible abuso al que fueron sometidas las secuestradas por el grupo insurgente: desde sometimientos sexuales y domésticos, hasta participación forzada en operaciones...

Imagen vía Reuters.

Un informe de Human Rights Watch (HRW) recientemente publicado, ha revelado el terrible abuso al que fueron sometidas las secuestradas por Boko Haram.

“Aquellas terribles semanas en su campamento” está basado en entrevistas con 30 individuos que escaparon de ocho campamentos del grupo militante islamista. Todas eran niñas y mujeres que fueron secuestradas entre abril de 2013 y abril de 2014, con edades entre  los 15 y los 38 años, retenidas en ocho lugares diferentes por periodos entre dos días y tres meses.

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Desde 2009 Boko Haram –a menudo traducido como “la educación occidental está prohibida”– ha secuestrado por lo menos a 500 mujeres y niñas del norte de Nigeria. Hasta ahora muy poco se sabe acerca de lo que ocurre con las niñas durante el cautiverio.

Las mujeres entrevistadas cuentan que fueron sometidas a abuso y violaciones sexuales, obligadas a casarse, abusadas física y psicológicamente, forzadas a participar en operaciones militares, a cocinar, limpiar y realizar otras tareas domésticas.

Al parecer la mayoría de las mujeres fueron blanco de Boko Haram por ser cristianas o para ser educadas. Algunas fueron amenazadas de muerte si no se convertían al Islam, dejaban de asistir a la escuela y cumplían con las prácticas de vestimenta islámicas.

Las estudiantes de Chibok que fueron liberadas, han recibido asistencia y cuidado médico limitados, pero según el informe ninguna de las otras víctimas fue informada sobre algún apoyo o asistencia médica y peor aún nunca lo recibieron.

Y los secuestros continúan. Esta semana, por lo menos 30 niños y niñas fueron raptados en el pueblo de Mafa, en el estado de Borno, según informó CNN. Los residentes y los líderes de la comunidad también informaron que la semana pasada otras 60 mujeres y niñas fueron secuestradas en el estado vecino de Adamawa.

Una serie de factores hacen del nororiente de Nigeria un campo fértil para un grupo armado como Boko Haram, entre otras la pobreza generalizada, la corrupción, la impunidad sistemática y el abuso por parte de las fuerzas de seguridad.

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Entre julio y septiembre de 2014, Boko Haram ocupó más de diez ciudades principales en los estados de Borno, Yobe y Adamawa. HRW estima que cerca de 4000 civiles han sido asesinados en 192 ataques en el nororiente de Nigeria desde mayo de 2013.

VICE habló con Mausi Segun, investigador de HRW en Nigeria y una de las personas tras el reciente informe.

VICE: Hola Mausi, usted comenzó a investigar los secuestros de Boko Haram antes de que fueran raptadas las chicas de Chibok. ¿Qué lo llevó a eso?

Mausi Segun: Había reportes de personas secuestradas desde 2009. Escuchamos sobre estos secuestros que continuaron en 2013, e intenté investigarlos pero era difícil encontrar a las víctimas. Hablé con un par de testigos que vieron los raptos, hablé con trabajadores de la salud que trataron a las víctimas después de que volvieron de los campamentos de Boko Haram. Pero las familias solían alejarlas de la comunidad.

Las cifras continuaron incrementando gradualmente. Parecía que las autoridades ignoraban lo que estaba sucediendo, así que necesitábamos investigar más y obtener la mayor cantidad de evidencias que fuera posible sobre el hecho de que esto estaba sucediendo. Así que empezamos mucho antes de que explotara lo del secuestro de Chibok. Hablamos a los medios en noviembre del año pasado sobre el hecho de que estos secuestros estaban teniendo lugar y que las mujeres jóvenes estaban regresando embarazadas, angustiadas y traumatizadas.

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Hay una cultura de la vergüenza y el estigma en torno a los secuestros que pueden impedir la discusión. ¿Fue difícil animar a las chicas para que hablaran?

Realmente trabajamos a través de las personas en las que ellas confiaban, y con el tiempo trabajamos con ellas. Intentamos entender por qué seguían lamentándose sobre lo que les había sucedido. Entender sus experiencias y lo que había pasado, y por qué contar sus historias ayudaría a validar el hecho de que esto les sucedió y que pueden ayudar a que no le vuelva a suceder a nadie más. Recuerdo una de las madres diciendo: “Esto se ha prolongado durante el tiempo suficiente. Tenemos que detenerlo, y si contar mi historia puede ayudar hacerlo, lo haré”. Y así fue que llegué a unir poco a poco todas las historias.

¿Cuál fue la historia más pesada que escuchó?

Sería la historia de una chica de 19 años que pasó tres meses en cautiverio y no solo sufrió el abuso, sino que también quedó traumatizada por el hecho de que fue usada para transportar balas para las operaciones insurgentes. En otro punto fue usada para atraer a los hombres jóvenes al campamento, y procedían a matar a los que se negaban a ser reclutados. Contaba que le entregaron un cuchillo para matar a uno de ellos y no pudo. Decía que todo lo que podía pensar era en arrebatarle la pistola que sostenía uno de los militantes y matarse a sí misma, y así podría terminar el horror del que había sido testigo.

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Creo que hay mujeres muy valientes que han experimentado actos terribles sobre los que nadie ha escuchado antes. Aunque regresaron a su hogar, han recibido muy poco apoyo y ayuda por parte de las autoridades, que las ayudaría a recuperarse y a seguir con sus vidas.

¿Ha sido posible recolectar información de las chicas sobre las tácticas militares y las estrategias de Boko Haram?

Sí, algunas chicas tienen historias interesantes sobre su comprensión de lo que vieron en los campamentos y la manera en la que se organizaba el grupo. Al mismo tiempo, es una pena que las autoridades no hayan aprovechado y recolectado sus experiencias y demandas para investigarlas. Quizá mucha de esa información habría sido útil para entender al grupo.

¿Como fugitivas, muchas de las chicas y mujeres se preocupan por ser blancos en un futuro?

Absolutamente. Es uno de sus miedos constantes. Se sienten desprotegidas, que aún son vulnerables como lo eran antes del secuestro. Algunas de ellas, que estaban en la escuela antes del rapto, no han vuelto por miedo a que Boko Haram venga por ellas. Y algunas de las otras mujeres han continuado recibiendo amenazas telefónicas de los insurgentes diciéndoles que se las verán con ellos si hablan sobre lo que vieron en los campamentos, así que hay un miedo constante de ser secuestradas o atacadas.

El informe menciona que el Gobierno de Nigeria ha establecido un fondo de apoyo a las víctimas. ¿Confían en que esto pueda ayudar a las fugitivas?

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Lo creo, sí, pero requerirá que el Gobierno elabore documentación de víctimas para las víctimas. Sin una apropiada documentación, los fondos podrían terminar en los bolsillos equivocados, o no llegar aquellos para los que fueron destinados. Así que creo que los primeros pasos serán documentar las experiencias de las víctimas, como las que están contenidas en el informe, y establecer programas que beneficien a todas, no a unas cuantas.

¿Se puede decir algo sobre los abusos contra los derechos humanos por parte de las fuerzas de seguridad de Nigeria en respuesta a Boko Haram?       

Esa es una de las razones por las que muchas víctimas con las que hablamos continúan expresando sus dudas de que recibirán alguna ayuda de las autoridades, porque creen que las autoridades en sí mismas son abusivas, no solo con los partidarios de Boko Haram, sino con toda la población.

Así que la mano dura con la que el Gobierno y las fuerzas de seguridad han respondido a la insurgencia, no ha ayudado. No ha ayudado a terminar o reducir los ataques de Boko Haram. Tampoco ha ayudado al país a recibir el tipo de asistencia y apoyo que habría recibido de parte de otros países que tienen los equipos y los medios tecnológicos para ayudar al Gobierno nigeriano, porque todo el mundo está preocupado de que cualquier asistencia que le den a los militares no sea usada para proteger los Derechos Humanos.

Hace unas semanas, había informes de un acuerdo para liberar a las niñas de Chibok. ¿Ha habido alguna verificación de esto?

Para nada. Lo que hemos dicho es que las negociaciones continúan, pero también hemos visto que los ataques de Boko Haram continúan, así como la respuesta por parte de los militares nigerianos. Así que no parece ser una tregua. Si hay planes de una tregua, no ha pasado y el anuncio del Gobierno es prematuro.

Sigue a Sally Hayden en Twitter: @sallyhayd