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Cultură

Parqueaderos en Bogotá: una cuestión de güevas

¿Por qué los parqueaderos no se rigen por las leyes del mercado? ¿Por qué les fijan los precios desde un cuartico de la Secretaría de Movilidad de Bogotá? Por falta de güevas. Porque los gobiernos le temen a los conductores de carros particulares.

La Unión Soviética era una vaina bien críptica. Como no había propiedad privada, ni mercado, ni nada, cada cinco años unos tipos de trajes oscuros se reunían en un cuartico en Moscú y decidían cuál iba a ser el precio de más de 24 millones de productos. ¿Basados en qué? Nadie lo tiene muy claro.

El Muro de Berlín cayó y esa forma de hacer las cosas se vino abajo en todo e mundo excepto en Corea del Norte y en Cuba. También en una porción de Colombia: un cuarto en Puente Aranda desde el que funcionarios de la Secretaría de Movilidad de Bogotá, cada cierto tiempo, se reúnen a decidir cuál debe ser el precio de los parqueaderos de Bogotá.

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Tal cual. En Bogotá creemos en que la mano invisible del mercado puede calcularlo todo: los precios de la educación, de la salud, de la vivienda, de la panela, de los condones. Todo menos los precios de los parqueaderos, que irrestrictamente deben ser definidos por un grupo de expertos que toman la decisión a puerta cerrada, en cuartico.

¿Pero y por qué los parqueaderos? La respuesta de muchos podría ser la siguiente: "porque los parqueaderos son unos rateros. Si los dejamos, cobrarían unos precios descarados por dejar el carro un ratico". Pero esa respuesta tan intuitiva es totalmente absurda. ¿Los precios de los cuadernos de los niños no aumentan desaforadamente todos los años? ¿Y los de los medicamentos? ¿Y los de la leche? Pero ahí el Gobierno (con razón) no se mete. ¿Si sacar un decreto con los precios de las cosas fuera la solución para que las cosas fueran baratas, no deberíamos hacerlo para todo, como solía pasar en la Unión Soviética? Eso, que nos raya tanto con los parqueaderos, se llama economía de mercado. Si mucha gente quiere algo de lo que hay muy poquito tiene que pagar más. Punto.

En cuanto a los parqueaderos, sin embargo, nuestro faro luz es el régimen económico de la izquierda y no la oferta y la demanda. Por eso, desde 2010, no se aumenta ni un peso el valor máximo que pueden cobrar los parqueaderos por minuto: ni siquiera para reflejar la inflación.

Pero más soviético aun, no cualquier parqueadero puede cobrar los famosos 95 pesos por minuto. Si un parqueadero tiene piso de gravilla solo puede cobrar 67; uno de césped, 48. Y para enredar la cosa un poco más: definir la tarifa implica considerar otro factor dizque de "demanda zonal", que nadie entiende.

Los comunistas soviéticos sonreirían orgullosos con la chibchanización de su sistema.

Pero, atención, lo trágico acá no es que los dueños de los parqueaderos no puedan ganar más. Lo trágico es que este sistema es una forma enredada de seguir subsidiando a la gente que maneja carro a costa de todos los demás. Si los parqueaderos pudieran cobrar precios de mercado la gente que usa carro lo sacaría menos y tal vez tendríamos una ciudad menos congestionada y puerca. Si los parqueaderos cobraran precios de mercado podríamos ponerles un impuesto y usarlo para subsidiar la tarifa del Transmilenio, sumarle unos pesitos a la construcción del metro o comprar unas bicicletas públicas bien bacanas.

Pero no. Acá le tenemos pánico a los dueños de los carros. Sin ninguna vergüenza, le subimos al Transmilenio, le subimos al predial y al IVA. Pero qué miedo subirle a los parqueaderos. Ni siquiera hemos empezado a cobrar el parqueo en vía. "Es que si les subimos el precio parquean en los andenes". Que parqueen en los andenes y así no solo financiamos el transporte público con la plata de los parqueaderos sino con las multas de todos los que creen que parquear donde se les dé la gana es un derecho fundamental.

Si queremos que la movilidad en Bogotá mejore hay que desincentivar el uso del carro y mejorar el transporte público. Modernizar la forma en la que cobramos y organizamos los parqueaderos es un excelente mecanismo para hacer las dos. Solo toca tener güevitas.