FYI.

This story is over 5 years old.

VICE Sports

‘A ellos les pagan muy bien, y a nosotras mucho menos’

Entrevisté a la campeona mundial de peso gallo Jéssica González.

Me llegó un correo en el cual hablaban de una boxeadora llamada Jéssica González, la nueva campeona peso gallo del Consejo Mundial de Boxeo. Así que decidí solicitar una entrevista, aun sin conocer mucho acerca de su trayectoria.

Nos pusimos de acuerdo para vernos el lunes a las 4:30 de la tarde en la oficina. Después de algunas fotos con la campeona, empezamos la que sería una de las entrevistas que más me ha enseñado sobre la vida.

Publicidad

Jéssica, tiene 25 años y al principio es bastante tímida. Cuando llegué, estaba vestida con un vestido blanco, muy elegante, peinada con dos trenzas y su flamante (y pesado) cinturón en la mano. Después de algunas fotos que creo que la hacían sentir un poco incómoda, fue a cambiarse y regresó triunfal con el atuendo rosa con morado que utilizó en su última pelea y encima su bata de satín con un gorro que cubría su pelo suelto chino. Su actitud era completamente diferente, ahora se veía segura y desafiante, todos en el pequeño salón sentimos que la campeona había llegado.

Me contó que pasó prácticamente por todos los deportes. “Cuando era chica me metieron al básquetbol, bádminton, béisbol, futbol y tenis, probé muchas disciplinas diferentes, pero iba algunas semanas y me aburría. Cuando me metí al box, en mi casa me decían que eso no era para mí, pero finalmente se dieron cuenta que pasaban los años y yo seguía preparándome todos los días y que por nada del mundo quería dejarlo”.

Jéssica estudió administración de empresas, y fue una excelente alumna, ya que consiguió una beca para poder costear la escuela. Me dijo que para poder seguir estudiando y dedicándose de lleno al box tuvo que tener mucha disciplina y organización en cada día.

Pero más allá de las típicas preguntas y respuestas de una entrevista deportiva, lo que me impactó fueron las ganas de luchar de esta guerrera. Casi de inmediato me contagió su actitud y el hambre que tiene de vivir y de seguir retándose a sí misma todos los días. El boxeo, siempre lo he pensado, es una gran metáfora de la lucha del día a día, como dice un gran amigo mío “hay que darle una gran batalla a la vida”.

Publicidad

Sobre las diferencias que existen en los deportes en nuestro país en cuanto a la categoría femenil y varonil, Jéssica confía en que se ha ido ganando terreno a través del tiempo: “Las mujeres hemos ido ganando terreno poco a poco, antes solamente se hacían una o dos peleas femeniles y en la última pelea que tuve éramos mitad y mitad. Otro ejemplo es que la pelea estelar del fin de semana pasado era de mujeres así que vamos avanzando aunque hay una diferencia muy notoria todavía con respecto a los pagos, a ellos les pagan muy bien y a nosotras mucho menos, simplemente por el hecho de ser mujeres”.

Después de años consiguiendo muchos triunfos como amateur, decidió dar el gran paso hacia la categoría profesional. “Fui campeona de guantes de oro y campeona nacional en amateur pero después sentí que ya ahí no podía hacer nada más. Pensé que si de campeona nacional ya no había quién me ganara, me tenía que dedicar al boxeo de forma profesional”.

En julio de este año ella estaba considerando seriamente retirarse del boxeo por falta de oportunidades, porque nadie quería medirse con ella, porque no recibía apoyo de nadie y, de alguna forma, por la desesperación de sentir que a sus 25 años no había conseguido ningún logro importante, así que estuvo a punto de colgar los guantes y dedicarse a la administración (lo cuál hubiera sido un gran desperdicio para el deporte de nuestro país).

Justo cuando había tomado la decisión de dejar el deporte a un lado, surgió la oportunidad de pelear contra la campeona mundial peso gallo de la Asociación Mundial de Boxeo, Irma Torbellino García a quien le ganó el 31 de agosto, apenas semanas después de haber considerado retirarse. Por su corta trayectoria como boxeadora profesional sorprendió a todos con esta victoria. Al momento lleva siete peleas como profesional, de las cuales ha ganado seis y perdido solamente una.

Su siguiente pelea fue contra Yazmín la Rusita Rivas, campeona mundial peso gallo de la Federación Internacional de Boxeo. Con una gran técnica de boxeo y peleando a una muy buena velocidad en una intensa batalla, Jéssica se llevó la pelea al terminar los 10 rounds. “La pelea más complicada de estas dos fue la de Yazmín Rivas porque es una boxeadora con mucha experiencia que lleva casi 40 peleas, salió a presionar desde el primer round y tiene un ritmo de pelea muy fuerte. La decisión fue un poco cerrada porque la pelea fue muy pareja, en una tarjeta gané por un punto y en otra por dos, logré sacar el resultado pero ahora quiero darle la revancha y ganarle por decisión unánime”.

Con estas dos victorias, Jéssica consigue una hazaña histórica en el mundo del boxeo femenil al ganarles a dos campeonas mundiales en el transcurso de dos meses. Pero más allá de sus victorias y de su pesado cinturón, yo me quedo con la persona, la guerrera y la mujer que está detrás de esos guantes.

Jéssica y yo compartimos formas de ver y vivir la vida muy similares cada una desde nuestras trincheras, ella desde el ring, luchando por ganar un lugar en el boxeo femenil y yo en el periodismo deportivo, ambos siendo terrenos invadidos por el machismo, pero que a través de una incansable lucha, han ido dando más espacio a las mujeres.

Hay todavía mucho por hacer en ambos campos, pero como me lo dijo Jéssica, la forma de demostrar de lo que eres capaz y de llegar lejos, es solamente a través de los golpes, para ella de forma literal y para otras personas, como yo, en un sentido metafórico.