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Adiós a la casa de Neter

Neter es un proyecto que tuvo la intención de reunir un grupo de artistas en un espacio en el que pudieran trabajar todos juntos, tener sus estudios, hacer expos, dar talleres y promover su trabajo.

Spleen! Journal es una revista bimestral que publica crónicas latinoamericanas. Aunque en VICE normalmente no publicamos textos generados para otros proyectos, decidimos hacer una excepción, porque nos gusta lo que hacen en Spleen J., un medio impreso no lucrativo e independiente al que admiramos y respetamos. Así que durante los próximos meses, compartiremos algunos de los mejores artículos publicados originalmente en spleenjournal.com.

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Neter es un proyecto que inició a mediados del año 2011 como iniciativa del hoy fallecido Axel Velásquez, artista y joven curador, que tuvo la intención de reunir un grupo de artistas, amigos y compañeros de la misma generación en un espacio en el que pudieran trabajar todos juntos, tener sus estudios, hacer expos, dar talleres y promover su trabajo.

En un inicio, no existía un espacio físico. Así que el grupo se reunía de vez en cuando en cafés, bares o casas para platicar y discutir lo que se quería hacer grupalmente. Finalmente Axel contactó por medio de una amiga, una casa gigante desocupada, medio en ruinas y que se encuentra en la colonia San Pedro de los Pinos en el Distrito Federal, México.

Resultó que la casa era excepcional, de enormes dimensiones y de una arquitectura muy atractiva de los años cuarenta o cincuenta. Pero la idea original del dueño de esta casa y gran terreno era venderla o demolerla para construir un nuevo edificio de apartamentos lujosos; eso fue lo que nos contó su hija Elisa Rugarcia. Para entonces llevaba años parado el proyecto. Mientras, Elisa los uso para hacer fiestas, rentarla para sesiones fotográficas o invitar a sus amigos artistas a que hicieran intervenciones en el lugar.

Cuando Axel le propuso la idea de que el grupo de Neter se instalara en la casa, Elisa decidió apoyar el proyecto, incluso no cobrar una renta por el lugar. En su lugar, le propuso un intercambio de obra de los artistas que estuvieran trabajando y éstos hicieran gratuitamente sus talleres en el espacio.

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Al principio se tenía la idea de que el préstamo de la casa sería por 6 meses porque en cualquier momento se vendería el terreno o se comenzaría con la construcción de un edificio, pero resulto que pasaron los 6 meses, y después el año, y el tiempo siguió pasando.

Durante ese lapso, los miembros de dicha empresa siempre supieron que la casa no era permanente y que de un día para el otro se las podían quitar. Fue este un factor clave que agilizó las cosas y dio lugar a que se realizaron muchísimas actividades y eventos. Por otro lado, las mismas condiciones físicas del espacio (casi en ruinas) dieron pie a que se realizaran proyectos que no se hubieran podido hacer tan fácilmente en una galería o museo. En ese espacio se podía romper un muro o destruir el piso sin ningún problema, por poner un ejemplo.

Desde que el proyecto se puso en marcha, hubo exposiciones tanto de los miembros de Neter como de gente externa, mexicanos y extranjeros, talleres, festivales de fanzines, publicaciones independientes, conciertos, proyecciones de películas, documentales y videoarte, platicas y conferencias.

Hoy en día, han pasado 2 años y medio desde que Elisa Rugarcia le presto a Neter este maravilloso lugar en la colonia San Pedro de los Pinos y finalmente ha llegado la noticia de que hay que desalojar la casa muy pronto porque por fin han logrado venderla. Han pasado muchas cosas en dos años y medio, nuestro querido compañero y fundador del proyecto, Axel Velásquez murió en septiembre del 2012, pero dejo un grupo de amigos muy motivados y con ganas de sacar el proyecto adelante aunque ya no se tenga el espacio donde se originó todo.

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Las cosas se concretaron el 20 de julio.

En tanto, el proyecto también ha ido mutando y haciéndose más complejo: al principio se trataba de tener un lugar donde poder trabajar y mostrar nuestro trabajo. Pero se trató de crear una plataforma independiente y autogestionada que funcionara como punto de encuentro y receptor de proyectos para el desarrollo de eventos culturales multidiciplinarios.

Pero las cosas se acaban y hoy aquella construcción ya la hemos desalojado y en espera de que los cimientos del lugar se vayan al demonio.

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