Algunas chicas nos cuentan sobre la primera vez que se sintieron impotentes

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Algunas chicas nos cuentan sobre la primera vez que se sintieron impotentes

Una encuesta reciente reveló que la confianza de las chicas se desvanece rápidamente a partir de los 10 años de edad.
Hannah Ewens
London, GB

Ilustraciones por Sophie Wolfson.

Si la gente se enteraba de que que no te rasurabas el vello púbico, eras asquerosa y lesbiana. Si tenías novio, eras una zorra; si tenías novio pero no dormías con él, eras una frígida. Y si nunca tenías novio, eras un fenómeno. Cuando salías de vacaciones, era obligatorio subir un álbum completo a Facebook donde te vieras lo más flaca posible. Si tu grupo de amigas empieza a comer únicamente sopa o una manzana a la hora del almuerzo, tú también empiezas a comer solo una manzana en tu almuerzo. La simple idea de volver a ser adolescente basta para hacerme sentir como si me estuvieran ahorcando.

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Las conclusiones del nuevo estudio realizado por Girlguiding no son ninguna sorpresa. Su encuesta a 1,627 chicas reveló que la confianza de las chicas se desvanece rápidamente a partir de los 10 años de edad. El 99 por ciento de las niñas de 10 años de edad sentían que tenían las mismas probabilidades que los niños de tener éxito en su trabajo pero esta percepción bajó hasta un 54 por ciento en las chicas de entre 11 y 16 años de edad y hasta un 35 por ciento en las chicas entre 17 y 21 años de edad. Solo una cuarta parte del grupo de mayor edad dijo que se sentía "poderosa", en comparación con la tercera parte de las niñas entre 11 y 16 años de edad.


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La ansiedad es una enfermedad multicausal. Sin embargo, el hecho de que las mujeres se sientan peor de adultos que de adolescentes es una señal inquietante del tiempo que pasan sintiéndose impotentes y sin confianza. Las mujeres son casi dos veces más propensas a sufrir de ansiedad que los hombres. Para saber más sobre estas estadísticas tan deprimentes, le pregunté a varias chicas cuál fue la primera vez que sintieron impotentes y qué se puede hacer para evitar que esto le suceda a la próxima generación de mujeres.

Jennifer, 19

Fue al principio de la secundaria, cuando mis compañeros se empezaron a burlar de mí porque era lista. Me preguntaba por qué a los chicos inteligentes nunca les decían nada y decidí ser más discreta con ese tema. Sentía que no era la chica que se suponía que debía ser. Incluso un amigo de la familia me dijo que las mujeres inteligentes intimidaban a los hombres. No ser honesta conmigo misma y no defenderme me hizo sentir muy impotente.

Y empeoró cuando cumplí 13 o 14 años, porque a esa edad te empiezas a preocupar qué dice la gente sobre tu apariencia. Una vez, después de un examen de química en el que saqué 10, un chico de mi clase se acercó a mí y me preguntó: "¿Fuiste tú la que sacó 100 por ciento?". Asentí con la cabeza y me dijo "¿Por qué siempre haces eso? Es muy injusto". Otro de mis compañeros también sacó 10 pero nadie le dijo nada. Parecía que debía sentirme avergonzada por haber hecho sentir mal a un chico. Ahora sé que no importa cómo hago sentir a los hombres.

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Si queremos ayudar a las niñas, tenemos que enfocarnos en la educación personal, social, escolar, sanitaria y sexual —la cual debería ser obligatoria y de buena calidad— para que las niñas sepan lo mucho que valen y cual es la mejor forma de tratarse a sí mismas.

Clarissa, 18

Fue cuando entré a la preparatoria. De un día para otro tenías que dejar de verte como niña y parecer una mujer atractiva. Para esto, debías maquillarte, rasurarte, depilarte y demás. Todas de golpe. Si no puedes seguirle el paso a las demás, entonces se vuelve un problema. Las chicas populares son las primeras en hacerlo y luego tienes la presión de imitarlas y hacer todo lo que ellas hacen para no tener problemas. Ahí surgen tus inseguridades, te das cuenta de las diferencias entre tú y las demás personas: cómo te presentas, cómo te ves y cómo te relacionas. Y empeoran conforme vas creciendo. Cada vez eres más consciente de tus defectos y se suma la presión de ser adulto pero sigues arrastrando las presiones de tu adolescencia.


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Es difícil de resolver porque los medios tienen mucho que ver en esto y nadie los puede controlar. Pero dentro del entorno escolar, lo más importante es educar sobre esos temas en vez de ignorarlos. No recuerdo que en la escuela me hayan enseñado a tener confianza o sobre la inequidad de género. Si daban pláticas, eran sobre drogas o alcohol y, si acaso, seco seguro pero nunca sobre cuestiones más mentales. Hoy en día, los chicos de esa edad no solo tienen Facebook, también usan Snapchat, Instagram, Twitter y vemos a celebridades y a gente mayor que nosotros y queremos vivir esa vida y seguir esos estándares a pesar de que apenas somos unos niños. Las redes sociales empeoraron todo pero dudo que sea posible regular el tiempo que la gente pasa en ellas.

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Alicia, 13

Una vez estaba viendo una película y me di cuenta de que siempre son las mujeres las víctimas y las que nunca son capaces de protegerse a sí mismas. La mujer de la película nunca iba a vencer al chico malo. Solo se escapa con él y al güey le va muy bien. La gente y los anuncios dicen "Como mujer, puedes hacer lo que se te antoje", pero eso no pasa en la vida real. Sientes como si te estuvieran castigando. En nuestra plática de educación sexual, alguien preguntó: "¿Por qué los hombres son superiores a las mujeres?" y los maestros decidieron ignorar la pregunta en vez de hablar de ese tema.

En mi opinión, para sentirme más poderosa, es necesario deshacernos de toda la gente sexista que hay en el mundo.

Ana, 21

En cuanto perdí la confianza en una cosa, todo se derrumbó y perdí la confianza en todos los ámbitos. Antes de entrar a la pubertad, o tienes pancita de bebé o eres delgada. Si tienes pancita de bebé, ves a lo que te vas a enfrentar cuando llegues a la pubertad y eso empieza a afectar tu mente. A los 11 o 12, empiezas a ver quién es popular y te das cuenta que siempre son las chicas que usan maquillaje y ropa de adulto. Es difícil para las niñas porque nos juzgan con base en nuestra apariencia. Nos sentimos impotentes en los vestidores. En educación física, algunas de mis amigas preferían irse a cambiar al baño en vez de cambiarse enfrente de todas.

Y después empeoró. Hoy en día no puedo salir de la casa sin maquillarme. Mientras más años cumplo, más impotente me siento. Soy muy criticona igual que la mayoría de las mujeres que conozco. Somos demasiado exigentes con nosotras mismas.

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Creo que ayudaría mucho si las chicas dejaran de seguir a las celebridades y a la gente que no las hace sentirse bien con ellas mismas en las redes sociales. Ahora solo sigo a la gente que me inspira. Artistas o maquillistas que hacen cosas increíbles. Debería ser obligatorio asistir a talleres para aprender a aceptar que tu cuerpo es diferente al de otras mujeres y que debes luchar para tener los mismos derechos que los hombres en tu trabajo. A los maestros les da mucho miedo alejarse un poco del programa de estudios. Como la escuela es conforma la mayor parte de nuestra socialización, deberían de permitir que los maestros platiquen con los niños sobre qué pasa fuera de los salones.


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Alejandra, 15

Si un chico quiere ser músico, la gente lo juzgaría dependiendo de qué tan bien puede tocar el saxofón. Pero si yo o alguna de mis amigas dice que quiere ser saxofonista, lo primero que haría la gente sería ver cómo nos vemos y, si les gusta nuestra apariencia, entonces se darían la oportunidad de escuchar nuestra música. Saber eso me hace sentir impotente.

No tengo idea de qué se puede hacer para que las niñas tengan más confianza. Cuando sepas, dímelo. Quizá debería haber una representación más real de la adolescencia en los medios convencionales. Ver a Olivia Newton-John en Vaselina y creer que así se deben ver las chicas de 17 años no ayuda mucho a mi autoestima, en especial si consideramos que Olivia tenía 28 años cuando grabaron la película. Quiero ver adolescentes en sus años de formación, con granos y todo. También debería haber una educación más activa en la escuela. Ya hay talleres sobre identidad y fluidez de género que son bastante progresistas pero todavía no existen cursos para mejorar tu confianza y que tienes el poder para hacer lo que quieras. Y si hubiera esta clase de talleres, estarían todos mezclado en vez de estar separados por género. Y probablemente serían demasiado extensos como para servir de algo.

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India, 21

Entré a la secundaria siendo una niña de cabello largo flaca y alta que se podía poner sus jeans talla cuatro sin tener que desabrocharlos. Me sentí impotente en el momento en que mi cuerpo empezó a crecer porque ya me había grabado que ser delgada era a ser feliz. Me acuerdo que me puse a llorar en mi recámara a los 14 años cuando me di cuenta que ya no me quedaba mi ropa talla seis. Un día, más o menos por esas fechas, un chico que iba conmigo en el autobús de la escuela me dijo que yo estaba en la categoría de las "chicas feas". Me bajé y regresé caminando a mi casa. Cuando llegué, entré al baño y me di cuenta que ya había empezado a menstruar. Ahí me di cuenta que ya no era la niña perfecta.

No creo que haya una solución externa. Siempre vamos a ver modelos en Instagram o en revistas. La clave es cultivar amistades y relaciones que te hagan sentir mejor contigo misma y desarrollar hábitos o pasatiempos constructivos. Yo entré a clases de danza para apropiarme otra vez de mi cuerpo en vez de vivir en mi cabeza. Al menos para mí, estos últimos diez años han sido muy duros. Las pláticas tradicionales de los papás y los maestros nunca le han funcionado a nadie que conozca. Quizá ayudaría tratar de inculcar una cultura en la escuela y en la casa donde las chicas se sientan valiosas.

Ruby, 19

Ya van varias veces que me manosean sin permiso en eventos o clubes. Parece que los chicos de mi edad o un poco más jóvenes creen que está bien tratar a las chicas como si fueran un pedazo de carne que pueden tomar cuando les plazca. Me siento impotente cuando me agarran las nalgas y cuando les digo que no me toquen, me responden con insultos o señas groseras. Una de las formas de hacer que me escuchen es decirles "Tengo novio". Por desgracia, es más probable que muestren respeto ante otro güey que ante una chica. En realidad, lo único que hay que decir cuando no quieres que alguien te toque es "no".

Creo que las escuela deberían enseñarle a los niños y a las niñas a debatir abiertamente en clase bajo la supervisión de un adulto sobre las relaciones, el respeto hacia otras personas y el hecho de no tienes por qué cumplir con las expectativas que tienen los demás de ti. Está bien decir no y esa es la única explicación que necesitas dar.

@hannahrosewens