FYI.

This story is over 5 years old.

Cultură

Así es vivir con un trastorno visual sicodélico

Los síntomas abarcan desde los típicos de la migraña, como sensibilidad a la luz, hasta efectos más alucinógenos.

Foto por Jackie Dives.

Cuando vivía en la cima de una montaña del Kootenay en Columbia Británica, me di cuenta de que algo andaba mal con mi vista. Veía patrones de luz en oscuridad total. Esos patrones daban vueltas y se alternaban. Eran constantes, los veía día y noche. En esa época, también sufría de migrañas debilitantes y me preocupaba que estuvieran relacionadas con mi vista. De cierto modo sí era el caso, pero no tenía nada que ver con el riesgo de tener cáncer cerebral que me imaginé.

Publicidad

En otoño, tras meses de pruebas, espera y angustia, me diagnosticaron el trastorno de nieve visual. Mi neuro-oftalmólogo, el Dr. Jason Barton, me aseguró: "No te vas a quedar ciega y no lo estás imaginando. En realidad es un tipo de patología cerebral única".

Mis síntomas abarcan desde los típicos de la migraña, como sensibilidad a la luz, hasta efectos más alucinógenos: objetos que dejan un rastro o una estela (cuyo nombre médico es palinopsia), alto contraste cromático y luces muy brillantes en mi campo visual. Igualmente, se me dificulta mucho ver una reja o figuras geométricas. Es una experiencia sicodélica; en todos lados sin excepción hay patrones que se me abalanzan todo el tiempo.


Relacionado: Vivo con una enfermedad extremadamente rara en la cara


En los últimos siete años, Barton ha visto a 16 pacientes (entre las 7,000 personas que se estiman) con este problema "curioso e interesante" (yo incluida). Somos un grupo con varias cosas en común, y suficiente para hacer un diagnóstico.

En 2014, se publicó un artículo de investigación en Brain, la revista de neurología de la Universidad de Oxford, donde se describe a esta afección como "migraña persistente con aura", que es el componente visual de las migrañas y la alucinosis retrospectiva, llamada también Trastorno perceptivo persistente por alucinógenos (TPPA). La investigación reúne diferentes síntomas y los coloca juntos bajo la misma lupa que estudia el trastorno de nieve visual, pero no ayuda mucho a alguien como yo que se pregunta sobre sus causas y su tratamiento.

Publicidad

Así veo una reja. Foto vía el usuario de Flickr Lee Glickenhaus.

Fue inevitable preguntarme si usar drogas sicodélicas o los medicamentos que tomaba para tratar de controlar mis migrañas fueron la causa. ¿Acaso yo ocasioné esto?, ¿era daño cerebral?, ¿había un problema con mi cuello?, ¿una conmoción cerebral?, ¿cáncer? Traté de no buscar mis síntomas en Google y esperar a ver a un especialista.

El Dr. Barton no fue el primer doctor al que vi. Primero fui con una estudiante residente. Ella me hizo una prueba de reflejos y de visión periférica. Todo estaba normal.

Luego me pidió que viera a la pared mientras me apuntaba una luz muy brillante a los ojos y me pedía que le dijera de nuevo qué veía. Cuando la retiró, seguía viendo una mancha. Me tomó mucho tiempo recobrar mi vista normal y fue incómodo porque ella esperaba y me empujaba suavemente, mientras yo trataba de que el pánico no se reflejara en mi voz. Esa fue la única prueba que mostró algo anormal con mi vista.


Relacionado: Orgasmos sin control, la pesadilla de sufrir el Síndrome de la Excitación Genital Persistente


Cualquier doctor que no conozca el trastorno de nieve visual podría pensar que se trata de algo normal que ocurre con los ojos llamado Fenómeno Entóptico o interferencia fotorreceptora. Hasta cierto punto, todos presentamos un poco de interferencia, pero las personas con el mismo trastorno que yo ven más cantidad de información que normalmente es invisible. La nieve visual suele presentarse con tinnitus, otra afección que también tengo. Es como si una parte de mis ojos y oídos no supiera cómo desconectarse.

Publicidad

"Cuando estamos en un entorno callado, la mayoría de nosotros notamos un pequeño zumbido de fondo", explica el Dr. Barton. "En el caso de la vista, la mayoría de nosotros no nota ninguna textura con patrones en nuestro campo visual, pero al ver cielo azul despejado o una pared completamente blanca, uno dice 'Es verdad, se ve un poco de esta interferencia con patrones', pero no siempre somos conscientes de su existencia".

Foto por Jackie Dives.

Como sufro de migrañas severas, también aparecen patrones ondulantes en mi campo visual. Parecen ondas de calor a la distancia de una carretera. Cuando estoy a punto de tener una migraña, todo, incluyendo la nieve visual, se vuelve más y más intenso. Por ejemplo, en este momento es primavera en Vancouver y el patrón que crean los pétalos del cerezo al caer sobre la acera gris puede volverse insoportable.

Uno de mis ojos también se queda sin color. Durante la fase más intensa de una crisis migrañosa, uno de mis ojos se pone verdoso y otro color rojo. Se parece un poco a llevar lentes 3-D, pero con mucho, mucho dolor.

La investigación más reciente sobre el trastorno dice que se encuentra localizado en el cerebro, no en los ojos, y que probablemente está relacionado con un neurotransmisor, la serotonina. Las drogas como el LSD, el MDMA, la silocibina y el ISRS (Inhibidores selectivo de la recaptación de serotonina) también cambian la manera en que el cerebro maneja la serotonina.

Publicidad

Relacionado: ¿Con qué sueñan los ciegos?


La última droga sicodélica que consumí fueron hongos alucinógenos que yo misma recolecté y sequé. Un amigo y yo los masticamos; tomé una dosis muy baja. Caminamos alrededor de un estanque, lo rodeamos una y otra vez. Nos tomó horas averiguar cómo caminar en la calle.

Justo cuando los hongos empezaban a hacer su magia, todo perdió su diversión. Una sensación placentera los acompañaba, pero estaba teñida de una creciente consternación que nunca antes había sentido. Fue en ese momento que en verdad supe lo que las imágenes, como he empezado a llamarlas, significaban.

A medida que los preciosos colores primaverales y el agua resplandeciente del estanque adquirían ese brillo extra, esa imagen llena de vida, quise terminar el viaje. Era tan similar a lo que vivo cada día que no fue especial ni divertido; solamente más extremo que las imágenes descontroladas con las que vivo.

Barton dice que hay un cierto número de personas con ese padecimiento que declaran consumir drogas sicodélicas, mientras otras desarrollan nieve visual después de suspender el consumo de antidepresivos.

Esto último fue el caso más reciente que diagnosticó Barton: una persona empezó a notar "lluvia acumulada" en su campo visual después de dejar los ISRS. Cuando empecé a notar la nieve visual tomaba sumatriptán, una clase de medicamento que afecta la serotonina, para tratar de controlar mis migrañas.

Publicidad

Foto by Jackie Dives.

Según Barton, los neurólogos siempre han sabido que alterar los niveles de serotonina puede afectar la manera en que el cerebro interpreta la información visual, y que la generación previa a los productos farmacéuticos (antes de los ISRS), era conocida por causar que los objetos dejaran rastros en el campo visual. Hasta ahora, la relación con la serotonina es la que más podría explicar por qué la nieve visual, al menos en mi caso, parece un montón de alucinaciones sicodélicas.

Barton ha intentado tratarme con medicamentos, probamos uno durante una año. Él también ha buscado maneras de hacer exámenes de lo que está pasando y de usar esos exámenes para explicar mejor cómo estos sistemas químicos actúan en partes del cerebro que parecen estar separadas.

El tratamiento con fármacos no me llama la atención. En vez de tomarlos hago mi mejor esfuerzo por apreciar las aventuras visuales a las que mi cerebro decida llevarme. El mundo es fascinante, un viaje diferente cada día.

Justo anoche, mientras estaba en una fiesta, fui al baño y estaba todo tapizado de azulejos blancos. El piso estaba formado por cuadrículas de 2.5 por 2.5 cm. Encima de ese patrón tan dinámico mi cerebro vio una reja más texturizada y brillante que se movía sobre la que ya estaba allí. Era una belleza, si hubiera tenido tiempo (es decir, si no hubiera estado escondida en el baño de una fiesta de adultos como si tuviera 15), hubiera sido un buen lugar para pasar una hora o más absorta en él.

Creo que mi yo de la adolescencia pensaría que es muy cool, y desde luego, hay partes que lo son. Me gusta la idea de tener un cerebro raro. Sobre todo si no tiene nada degenerativo.

En cuanto a los sicodélicos, el sentido común y mi doctor me sugerirían que es hora de dejarlos. Ya veré como me va con eso.

Sigue a Kate Richardson en Twitter.