FYI.

This story is over 5 years old.

magnum x vice

Bruce Gilden toma fotos callejeras bien extrañas

El estilo de Gilden, son esos retratos cara a cara, que revelan mucho más sobre el mundo en que vivimos; desde los locales en Nueva York hasta los sobrevivientes del huracán en Haití y los Yakuza.

JAPÓN. Asakusa. 1998. Dos miembros de la Yakuza, mafia japonesa. Las 23 pandillas Yakuza son las corporaciones más lucrativas en Japón. Tienen un modelo basado en los gángsters norteamericanos de los cincuenta.

Magnum es quizá la agencia de fotos más famosa del mundo. Incluso aunque no hayas escuchado de ella, es muy probable que hayas visto sus imágenes, ya sea con la cobertura que hizo Robert Capa de la Guerra Civil Española, la "Chica Afgana" de Steve McCurry o los paraísos vacacionales británicos de Martin Parr. A diferencia de muchas otras agencias, los miembros de Magnum son seleccionados por los otros fotógrafos en la agencia, y en vista de que se trata de la mejor agencia de foto en el mundo, formar parte de ella es un proceso bastante difícil. Como parte de un acuerdo con Magnum, presentaremos un perfil de algunos de sus fotógrafos durante las siguientes semanas.

Publicidad

El neoyorquino Bruce Gilden es conocido por su fotografía de calle. Hoy en día, ese término podrá evocar la imagen de idiotas con réflex digitales tomando fotos de jóvenes posando en las esquinas. Pero el estilo de Gilden, esos retratos cara a cara, revelan mucho más sobre el mundo en que vivimos; desde los locales en Nueva York hasta los sobrevivientes del huracán en Haití y los Yakuza. Platicamos con él sobre tener la piel gruesa, Estados Unidos en la modernidad y por qué Haití sigue siendo su lugar favorito para trabajar. Puedes ver más trabajos suyos en VICE, aquí.

VICE: La "fotografía de calle" es un término muy abusado hoy en día, y su significado ha cambiado un poco. ¿Cómo describirías tu trabajo? ¿Es un término que te agrade?
Bruce Gilden: ¿Conoces la quinta enmienda? Invoco la quinta enmienda: "No puedo responder a esa pregunta por temor a incriminarme". En fin, me han llamado, y yo me autodenominaría, un fotógrafo de calle. Pero, ¿qué es en realidad un fotógrafo de calle? ¿Eso incluye cualquier cosa tomada o hecha en la calle? Para mí, la fotografía de calle es donde puedes oler la calle, sentir la tierra. Quizá sea una definición un poco injusta, pero es lo que creo.

Creo que es algo muy urbano para mí; mi estilo es la fotografía de calle cien por ciento, ¿pero mis fotos de Haití son realmente fotografía de calle? Incluso a mí me cuesta trabajo definirlas como tal. Pero podrían serlo, porque se trata del estilo. Me puedo poner muy parroquial con esto. Para mí una buena fotografía es aquella que funciona dentro del marco y que tiene un fuerte contenido emocional.

Publicidad

HAITÍ. Puerto Príncipe. Cementerio. 1988.

Tu estilo de fotografía es muy personal, y me imagino que eso ha provocado problemas. ¿Cómo se comparan esos peligros y riesgos con las imágenes tomadas por otros fotógrafos quienes trabajan, por ejemplo, en una zona de guerra?
Cuando estás incrustado en alguna parte, o te permiten tomar fotografías en algún lado, siempre es más fácil en cierto modo. La gente se equivoca en una cosa: la cercanía. Si trabajas de cerca y tienes un flash, eso no significa que la gente se vaya a molestar más que si estás a 12 metros de distancia. Hay que tener un buen trato. Tienes que sentirte cómodo, tienes que conocerte. Yo miro a todos a los ojos. Si no te sientes cómodo y estás a tres metros y nos estás usando flash, alguien podría decirte: “¡Espera, esa persona me está tomando una foto en secreto!”

La gente asume algo que no siempre está bien. Ahora que me he acercado a las personas puedo usar un flash. A veces estoy tan cerca que la gente cree que no tomé su foto; dicen: "No me tomó ninguna foto, ¿verdad?" Pero la cosa es, en cuanto a tener problemas, que cada que levantas la cámara puedes tener un problema.

¿Entonces no tienes muchos problemas?
No he tenido que muchos porque me siento cómodo al hacerlo. Dicho esto, siempre tienes un poco de miedo en ti: alguien que podría atacar físicamente. No es fácil de levantar una cámara para tomar fotos de personas que no conoces. No sabes cómo van a responder, y eso es cierto si estás a tres metros o a un metro de distancia. Tal vez está caminando con su amante y él no quiere una foto de él, porque su esposa podría verlo. Uno nunca sabe.

Publicidad

Yo juego a las probabilidades con todo en la vida. Si siento que la probabilidad está de mi parte, me siento cómodo. Si siento que no está de mi lado, no me siento cómodo. Por ejemplo, hace siete u ocho años fui a Lima, Perú. Salí a la calle en un barrio y no había nadie a mi alrededor. Me fui. Nunca saqué mi cámara de la mochila, porque sabía que en dos minutos tendría a alguien con una machete en mano diciendo: "Dame la cámara". Confío en mi instinto. Eso no significa que no cometerás errores, pero si te sientes cómodo, la gente lo puede sentir; si no te sientes cómodo, la gente lo siente.

1984. EU. Ciudad de Nueva York.

Te quería preguntar, ¿además de Lima, hay otros lugares que te parezcan particularmente difíciles para trabajar?
Más que difícil, yo diría molesto. En París, siempre habrá esa persona que se acerque y te diga: "¿Por qué tomaste esa foto?" A veces llega la policía. Y no estoy hablando de trabajar en una zona de guerra o en un lugar donde la gente se mete heroína en las calles, cosa que he visto, ni de tratar con maleantes, estoy hablando de la gente común y corriente. Los parisinos suelen ser un poco más "intelectuales" y todo se convierte en un ejercicio para ellos, y eso me pone un poco nervioso. Lo que quiero decir con "nervioso" es que no les tengo mucho respeto. Simplemente les digo: "Bien, ve por la policía”. No voy a entrar en una discusión con ellos porque no estoy de acuerdo con su premisa. No tengo problema con que me pregunten por qué tomé una foto, pero todo depende de cómo lo pregunten. No me puedes tratar como un pedazo de mierda; no lo voy a tolerar. Tienes que tener la piel dura para ser fotógrafo de calle.

Publicidad

Eso me hace pensar en tu proyecto en Japón con los Yakuza. ¿Cómo te familiarizaste lo suficiente para tomar esas fotos?
Me sentía cómodo tomando esas fotos. Eso era lo importante; no el acceso. Algunas de las personas a las que he fotografiado quizá eran o no Yakuza, y yo no lo sabía. Tomé las fotos porque me sentía cómodo. Tuve la oportunidad de tomar fotos en un par de ocasiones porque me presentaron a un par de personas. En todo mi tiempo en Japón estuvo con los Yakuza sólo durante cinco días, y cuando digo cinco días, quiero decir una hora, a lo mucho, al día. Pero nunca me sentí amenazado cuando estaba con ellos.

Incluso cuando no me presentaban y los veía en la calle yo solo, me se sentía bien. Nunca me pregunté: "¿Debo tomar esta foto?" Por ejemplo, fui al templo Yasukuni, el gran templo de derecha que celebra la Segunda Guerra Mundial. No conocía a nadie y estaba tomando fotos de los grupos políticos de derecha. Entonces, un hombre se acercó y, como hablaba un poco de inglés, me preguntó, a nombre de su jefe, qué estaba haciendo. Así que le expliqué y no hubo problema. Para mí eran unos caballeros. Lo mismo pasó con la mayoría de la gente en el libro de Japón. Yo no conozco a estas personas y no les pregunté nada. Ni siquiera hicieron preguntas, lo tomaron bien.

HAITÍ. Puerto Príncipe. Septiembre, 2011. Casas construidas frente al palacio principal por los sobrevivientes del terremoto de enero de 2010.

Publicidad

Mencionaste Haití, un lugar al que has regresado una y otra vez. ¿Qué es lo que te llama de regreso?
Supongo que hay varias razones. La primera vez que fui a Haití fue en 1984, cuando tenía como 38 años. Nunca había estado en un país como ese en mi vida y escogí Haití porque había un vuelo directo y sin escalas desde Nueva York; tres horas y media. Hoy, Haití es el segundo país más pobre del mundo y, en aquel momento, yo no lo sabía, pero era el país más pobre del hemisferio occidental. Otra razón por la que escogí ese lugar fue porque tenían un Mardi Gras e, históricamente, la gente siempre ha podido tomar fotos. Cuando llegué, recuerdo que le dije a mi ex esposa: "¿Dónde he estado toda mi vida?" porque cuando íbamos en el coche desde el aeropuerto, había todas estas personas corriendo frente al coche cerca del estadio de futbol y pensé: "Wow, esto es increíble".

Me enamoré del país desde el principio. Amo a los haitianos. He estado allí 22 veces, poco más de un año de mi vida en total. Me siento cómodo ahí. No es que hay fotos que tomar en cada esquina, tienes que trabajar tus fotos, tienes que pensar las cosas. Sólo puedes tomar fotos del matadero o del cementerio durante cierto tiempo, después tienes que encontrar algo más que te funcione. Mis últimos tres viajes a Puerto Príncipe, empecé a fotografiar las estructuras improvisadas en las que empezó a vivir la gente después del terremoto. En el último de estos tres viajes, empecé a tomar fotos a color.

Publicidad

EU. Detroit, Michigan. Marzo, 2009.

Otro proyecto en el que estuviste interesado fue el de Foreclosures (Ejecuciones hipotecarias).Como alguien que ha pasado tanto tiempo de carrera fotografiando "la cotidianidad norteamericana", ¿qué significó ese proyecto para ti? ¿Y qué opinas de Estados Unidos hoy en día?
Al principo del proyecto, en 2008, Magnum pudo conseguir algo de dinero para ocho o diez de nosotros, para que pasáramos dos semanas en algún lugar de Estados Unidos. Pensábamos que la presidencia de Obama sería como la de Kennedy, comparándola con el libro Magnum: America in Crisis que ya habíamos hecho en el pasado. En ese momento, no sabía nada sobre las ejecuciones hipotecarias, aunque había hecho una historia de dos días para el New York Times sobre un hombre que compraba casas a personas cuyas propiedades estaban bajo el agua.

Iba a ir a Miami a trabajar con judíos, cubanos y haitianos, pero mi esposa me dijo: "¿Por qué no haces un proyecto sobre las ejecuciones hipotecarias?" Así que buscamos un lugar con un alto índice de ejecuciones hipotecarias, y uno de estos resultó ser Fort Myers, Florida. Así que fui a Fort Myers y lo que vi y lo que escuché de la gente de allí me hizo encabronarme con el sistema, pues todo este asunto de la ejecución hipotecaria no es más que un robo legalizado orquestado por el gobierno, los bancos y Wall Street. Luego seguí trabajando en este proyecto, en Detroit, Fresno, California y Reno, Nevada hasta 2011. Tengo un libro sobre el tema que saldrá en septiembre.

Publicidad

¿Nunca has tenido, como otros fotógrafos, una agenda o un ángulo político en tu trabajo?
Mis fotos soy yo. Cuando tomo una foto, soy yo. Se trata de cómo me siento y no tengo que pensar en ello. Tienes que fotografiarte a ti mismo porque, si te conoces, no importa qué tan diferente sea lo que tienes frente a la cámara, podrás oler la calle o sentir la tierra en la fotografía. Hay muchas cosas mal en este mundo, y eso es algo que puedo sentir, y eso está en mis fotografías. Siempre me he sentido atraído hacia los de abajo, aquel que no es la persona promedio, y veo muchos sentimientos allá afuera.

EU. Nueva York. 1984.

HAITÍ. Puerto Príncipe. 2011.

JAPÓN. Tokio. Asakusa. 1998. Festival Matsuri.

EU. Nueva York. 1986.

HAITÍ. Puerto Príncipe. 2011. Después de un funeral.

EU. California. Octubre, 2010. Un complejo de viviendas incompletas a las afueras de Fresno.

HAITÍ. Puerto Príncipe. Estadio de futbol. 1990.

JAPÓN. Tokio. 1999.

EU. Las Vegas, Nevada. Noviembre, 2011.

EU. Paloma Park, Florida. Octubre, 2008.

Anteriormente:

Stuart Franklin es más que la foto más famosa del siglo XX

Lee más en nuestra columna Magnum x VICE.