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Música

Los treintañeros también lloran

La nostalgia es un sentimiento que se origina a partir de algo que ya no es, que dejó de ser, los Caifanes dejaron de ser. De aquellos artistas talentosos, sólo queda el recuerdo, y esta reunión es un recordatorio, de lo que fueron, de lo que fuimos.

Llenos de nostalgia vemos hacía atrás y recordamos nuestra adolescencia, aquella época apasionada en la que llorabas oyendo “La Célula que Explota”, hoy 20 años después, gritas a todo pulmón algo acerca de unos dioses ocultos y se te pone china la piel #queoso.

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Dejando el sentimentalismo a un lado, y siendo objetivos: el discurso es obsoleto, la instrumentación es obsoleta (¿bongos, saxofón?), el vestuario es obsoleto; los Caifanes hoy día no tendrían ni un chance de ser algo cercanamente a lo que fueron; que mejor ejemplo de esto que los discos de dos excaifanes que pasaron totalmente desapercibidos este año; en este mundo evolucionas o mueres, y cuando solamente existes en la memoria colectiva de una generación, la llamada RAZA, lo único que queda es organizar un reencuentro.

En el Vive Latino lloré y me quedé sin voz cantando al unísono con 60 mil personas, “cuando veo a través del vaso”. Me recordó ese famoso concierto de los Beatles en el Shea Stadium, sonaban fatal, se equivacaban, se comían los versos, pero aún así la gente lloraba y se desmayaba. Music works in mysterious ways.

Durante Coachella el espectáculo fue triste, poco preparados, poca producción, poca RAZA, y los mismos errores y defectos que en el Vive, pero esta vez sí los pudimos escuchar.

El martes en El Plaza fue diferente, después de varias fechas en E.U. se sentía más ensayado, divertido y fluído, mejor pero no excelente; errores en la guitarra, la bateria apenas llegando a tiempo, las armonías regulares, y la voz pues ya saben.

Aún así, cantamos, lloramos y bailamos; otra vez se nos puso la piel chinita; nosotros, la RAZA, somos un público fácil, poco exigente, y si a eso le sumas la nostalgia masiva, tienes un combo ganador.

Saúl, Alejandro, Alfonso, Diego y Sabo: gracias por haberse reunido, independientemente de todo, esta serie de conciertos ha sido inolvidable. Ya le ganaron al tiempo, a la magia, al destino, a la distancia y al olvido.

“Nosotros los de entonces ya no somos los mismos” -Pablo Neruda-

ANA LIVIA

Imagen por SALVADOR BONILLA