Edgar Wright, director británico, es un maestro en agregar humor con el timing perfecto a sus filmes a través de una combinación de un casting impecable, cinematografía sólida y una edición perfecta. Con un tinte muy a la Monty Python, sus cintas llaman la atención hacia actos mundanos como beber cerveza, tomar bebidas mezcladas, shots y cocinar tocino a través de tiros dinámicos de close-ups que disipan lo absurdo de estas acciones como un experto con aparente facilidad.
Publicidad