Cinco chicas y chicos nos contaron sobre la primera vez que tocaron un pene

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Cinco chicas y chicos nos contaron sobre la primera vez que tocaron un pene

"Durante casi toda la película, estuve ahí sentada con mi mano en su pene sudoroso y raro".

Para la mayoría de las personas, la primera experiencia que tienen al tocar las partes íntimas de alguien más resulta extraña, sorprendente y difícil de olvidar. Ya sea en el cine, en el asiento trasero de un auto o debajo de las cobijas en una pijamada, juguetear con un pene es en general una experiencia que te abre la puerta a un mundo totalmente nuevo y complicado.

Le pedimos a algunas personas que nos revelaran su primera experiencia. ¿Se sorprendieron por la manera en que se veía? ¿Qué hay sobre cómo se sentía? Y por último, ¿cómo es que esa primera experiencia afectó su camino hacía la vida sexual activa de adulto?

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Jonathan, 23

Tenía 16 años. Estaba en una fiesta platicando con un chico en el jardín de enfrente. En la escuela él iba un año antes que yo y era heterosexual. Platicábamos de que yo era virgen y del hecho de que nunca antes había hecho nada con algún chico. Le conté que miraba a los hombres pero que nunca los había tocado, cuando de pronto, puso mi mano en su pantalón. Estaba erecto. Yo estaba muy nervioso, pero al mismo tiempo excitado, así que fui con todo. Esa noche también perdí mi virginidad. Finalmente fuimos a su auto, y bueno, a partir de ese día él definitivamente es gay. Nunca había hecho nada y fue raro que en ese momento sabía justo que hacer. Para ser honesto, antes había visto mucho porno, así que tenía una buena idea. Estuvo muy chido.

Madi, 20

Mi primera experiencia fue cuando tenía 15 y pasó con mi novio con quien llevaba algunos meses. Él tenía casi 17. Sucedió en el momento en que sentí que estaba lista y enamorada. De hecho la primera vez que lo toqué fue también la primera ocasión que hice sexo oral. Pronto me di cuenta de que era pequeña y de que aún no estaba lista para hacerlo, pero claro, pensé que sería grosera si me detenía. Terminé e intenté contener la sensación de malestar que tenía en mi estómago, hasta que llegué a casa y por fin vomité. Creo que me sentía peor por haberlo hecho, todo el tiempo pensaba "estás muy chica, estás muy chica. Te va a dejar, ¿qué estás haciendo?".

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Recordando lo que sucedió, es probable que fuera sólo mi cerebro, que como siempre, pensaba demasiado. Era virgen cuando lo conocí. Estaba orgullosa de mi reputación y pretendía no perder ese respeto. Ya no podía decir que no había hecho nada antes. Ese fue un temor para mí, pero mi novio lo aceptó y estaba dispuesto a esperar a que me sintiera lista de nuevo.

Keira, 21

Creía que sólo iba a estar saliendo con este chico a quien veía, tal vez fajar, dar vueltas en la cama como máximo. Entonces, en un parpadeo, de pronto su pene estaba de fuera y él quería que yo lo tocara. Intentaba no reírme. Trataba de tocarlo, ya lo había hecho antes y recordé que era blando, como esos juguetes que tienes cuando eres un niño.

Puedo decir que debido a esto me traumé. Tenía 15. Él era más grande que yo y me gustaba mucho, recuerdo claramente que miraba por la ventana de su cuarto, estaba lloviendo, era un día brumoso y pensaba que no quería que él me hiciera nada.

Insistí en no quitarme la ropa. Incluso recuerdo su ropa interior, era de color azul, con una franja negra que rodeaba la parte de arriba. Y en definitiva cada que veo ese color recuerdo esa experiencia.

Más tarde, llamé a alguien y le pregunté: ¿son todos tan raros?

Sarah, 26

Fue en el cine y no me agradaba la idea de tocarlo. Se sentía sudoroso y diferente de todo lo que había tocado antes. Yo tenía 12 años. De inmediato quise quitar mi mano. En ese momento no entendía lo que era una chaqueta, pensaba que sólo se trataba de sostener el pene con la mano por un rato. Me senté ahí agarrándolo, permanecí frente a la tele.

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Me dijo que lo jalara de arriba hacía abajo, así que lo hice un par de veces, pero durante casi toda la película, estuve sentada con mi mano en su pene raro y sudoroso. Cuando lo dejé, me dirigí directo al baño para enjuagar mis manos, después fui a casa y me quedé sentada sobre el escusado. Me sentía sucia y culpable, además pensaba que debía contarle a mi mamá. No hay secretos entre nosotras, pero estaba feliz de haber guardado ese. Pasó mucho tiempo hasta que volví a tocar otro.

Stef, 25

Mi primera experiencia con un pene fue un sábado por la noche en un parque cuando tenía 15 años. Cuando lo vi no tuve idea de lo que tenía que hacer después. De manera que él me pidió que se lo mamara y yo pensé, "Ahh… esta bien". Le chupé la puntita y obviamente no logré que pasara nada. Recuerdo que pensaba "¿lo estaré haciendo bien, lo está disfrutando?" Estoy segura que lo había googleado antes.

Todos mis amigos estaban por ahí, bebían y ligaban. Después recuerdo que entré en shock y me sentía asqueada. Cuando llegué a casa mi madre me preguntó si me había divertido, encogí los hombros y le dije que si podíamos ir por McDonald's. Más tarde recordé que unas semanas después mi amiga se la chupó, hizo que él se viniera, y yo me sentí devastada.

Durante casi toda la película, estuve ahí sentada con mi mano en su pene sudoroso y raro.

Courtney, 21

Conocí a este chico en Tinder y fue raro porque ya antes me habían mandado algunas fotos de penes, pero esta era la primera vez que veía uno en la vida real. Él sabía que yo no tenía mucha experiencia, porque cuando lo sacó yo no podía dejar de verlo, luego de un rato él simplemente dijo, "¿qué chingaos? Tócalo y ya". Yo nada más pensaba, "¿por qué está tan duro?".

Tenía tantas preguntas que hacer, por tanto comencé a cuestionarlo "¿rebota cuando caminas? ¿flota en el agua, puedes controlarlo?" Él no tuvo problema con las preguntas, pero creo que al final se molestó, lo cual era justo, ya que yo lo estaba interrogando con su pene de fuera. Cuando le hice una chaqueta entré un poco en pánico. Recuerdo que dije, "oh por Dios, ¿entonces la piel se mueve junto con él?".

Él se sentía bien, pero en verdad fue sensación una extraña para mí. Porque yo no tengo un pene, obvio. Fui la última de mis amigas en hacer algo del estilo, y más tarde llamé a alguien y le pregunté, "¿son todos tan raros?".