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Música

Cinco rolas de punk inglés a las que nadie les puso atención

Curaduría de Chris Thomson.

Chris Thomson fue miembro de Soulside, Ignition, Fury, Circus Lupus, Las Mordidas, Monorchid, Skull Kontrol, Red Eyed Legends y actualmente trabaja con los Coffin Pricks, quienes acaban de sacar un excelente álbum en Stationery Heart. También tiene una voz que parece salir de un esquizofrénico cuyo cerebro está siendo controlado por Darby Crash y Mark E. Smith.

Sus bandas son conocidas por hacer covers de rolas oscuras, revivir el interés en bandas olvidadas y elevar los precios de los LPs de Sort Sol en eBay. Le pedimos que nos dijera cuáles eran su rolas favoritas de punk inglés que no hayan sido escuchadas un millón de veces por todo mundo.

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The Pack – “No. 12”
Mi parte favorita de los discos punk de finales de los setenta y principios de los ochenta eran los sonidos de la guitarra. Esos pequeños pedales amarillos de MXR Distortion Plus fueron cruciales para el desarrollo del hardcore en Estados Unidos. Me imagino que también eran difíciles de conseguir y/o incosteables para la primera generación de bandas punk extranjeras.

No estoy muy seguro de lo que Simon Werener usa para crear ese sonido de cristal líquido, pero es brutal. Lo que me encanta de esta canción, además de esas guitarras, son las vocales agudas, casi molestas, que entran uno o dos tiempos tarde al inicio. La batería tiene mucho estilo y suena inusualmente bien para su tiempo, y el repique del bajo te da el espacio suficiente para contrarrestar ese factor desestabilizador.

The Straps – “New Age”
Me tomó 20 años descubrir que Simon Werener tocó en Pack y con los Straps. Para aquellos interesados, era canadiense. Tiene una vibra de los UK Subs, con ese traqueteo de sus guitarras, pero las vocales son lo que te atrapa y te mantienen interesado.

The Cigarettes - “They’re Back Again, Here They Come”
Como el coleccionista que soy de viniles de Small Faces y Jam, compré este sencillo sólo por su portada. ¿No te parece una madre absolutamente modernista? “Sí, vamos a pararnos frente a esta pared con nuestros trajes y cuellos de tortuga”.

La empieza con un poco de piano y risas; ¿es Ogden’s Nut Gone Flake para la siguiente generación? La nostalgia se borra rápidamente cuando la música sube de tono. Esa voz ligeramente gangosa juega con cada sílaba como una especie de John Lydon llevado al extremo. Sí, definitivamente es del ’77.

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Rudimentary Peni – “Teenage Time Killer”
En términos de EPs de siete pulgadas, Crass Records tenía los mejores. Esas emblemáticas letras seguro requerían de mucho esfuerzo, pero vaya que si valían la pena. Todas sus fundas eran blancas y negras, y estaban hechas de un papel grueso que se desdoblaba y contenía posters hermosos; la decoración perfecta para la pared del basurero en el que vivías. Rudimentary Peni eran expertos en sacarle provecho a ese espacio. Si todavía no conoces el trabajo artístico del guitarrista y vocalista Nick Blinko, realmente vale la pena.

Ah sí, la música. Para mí, el punk siempre ha sido Chuck Berry pero más rápido. Conforme evolucionaba se fue haciendo más y más rápido, así fue como el punk engendró al hardcore, y el hardcore llevó al speed metal. Estaba claro que Rudimentary Peni estaba creando su propia versión del hardcore, y por eso me pregunto si Void los estaba escuchando. Es evidente que los 75 segundos de esta canción eran del conocimiento de las primeras bandas.

The Business – “Harry May”
El Oi! es como el rap gángster del punk rock: se trata de pelear, chocar cabezas y navajas en la noche. Sus fans eran aterradores: cabezas rapadas de verdad y punks callejeros con el cuello y el rostro tatuados. Lo gracioso es que la música que estos güeyes escuchaban no era terriblemente ruda ni escalofriante, sólo una mezcla de cuerdas y rock and roll ordinario. Igual que las porras de futbol, sus coros te incitan a cantar con ellos y las vocales son bastante melódicas. Si cierras los ojos te puedes imaginar lo que era el glamour de los setenta. La más grande cualidad del Oi! es que es muy pegajoso. Es música para agitar el puño y golpear el piso, presentada con un acento indescifrable. Todos estamos de acuerdo que nadie quiere escuchar todo un álbum de The Business, pero esta canción es quizá mi rola favorita de Oi!, con “Have a Cigar” de Postmen en un distante segundo lugar.