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Cultură

Cómo triunfar en tu entrevista de trabajo

Después de cinco años siendo la persona que se interpone entre tú y el trabajo de tus sueños he aprendido algunas cosas. Aquí te explico paso a paso como prepararte y triunfar en tu entrevista de trabajo.

La autora, una de esas personas entre tú y el trabajo de tus sueños.

Buscar trabajo no es fácil. Por si no fuera suficiente tener que valerte por ti mismo y encontrar una actividad que te llene como persona y por la cual te paguen dinero, tienes que pasar una serie de filtros para que la empresa en la que quieres trabajar se asegure de que no eres un maniaco que va a volar las oficinas. En otras palabras, vas a tener que sentarte enfrente de varias personas para que te juzguen y decidan si te conceden el honor de servirles.

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Tu currículum, tu experiencia, y tu miedo a que juzguen a detalle cada milímetro de tu existencia pueden hacer que el camino al trabajo de tus sueños parezca un campo minado. Pero no todo tiene que ser tan difícil. Encontrar trabajo es como encontrar una pareja; básicamente se trata de poner tu mejor cara, no llorar, evitar que se den cuenta que estás loco, y sonreír.

Por alguna razón, en la escuela nos enseñan a resolver raíces cuadradas a mano pero no nos enseñan a conseguir un trabajo para usarlas. Pero descuida, después de cinco años siendo la persona que se interpone entre tú y el trabajo de tus sueños he aprendido algunas cosas. A continuación te explico paso a paso cómo prepararte y triunfar en tu entrevista de trabajo.

Currículum

Primero lo primero. Tienes que saber en dónde quieres trabajar y qué quieres hacer con tu vida. Saber lo que quieres hará que sepas en dónde quieres trabajar y lo que vas a incluir en tu CV. Idealmente, lo mejor sería no hacer un CV genérico para todas las empresas que vas a aplicar. Incluye tu habilidad para usar programas específicos pero deja fuera tu excelente habilidad como pescador o cualquier otra aptitud que no sirva en la empresa en la que estás aplicando. Si no tienes idea de qué quieres, trata de no ser tan obvio.

Haz un currículum limpio, claro y breve, de preferencia no más de una hoja. No pongas tu foto; no es credencial. Tampoco pongas que ganaste un concurso de natación a los siete años ni tu talla, peso, y color de ojos (de verdad no sé por qué algunas personas creen que la talla de sus pantalones le va a ayudar a conseguir trabajo). Sé específico en cuanto a los programas que manejas y a los idiomas que hablas. Incluye tu experiencia, solo la que sirva para el puesto en el que quieres trabajar. Si no tienes experiencia, menciona tus habilidades, tus fortalezas y el área en donde te visualizas. Las prácticas profesionales también son muy importantes; es una manera de aprender, ganar experiencia y saber exactamente qué es lo que te gustaría hacer en tu futuro trabajo.

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Incluye tus redes sociales. Es obvio que te vamos a acosar; queremos asegurarnos que no eres un loco, ¿recuerdas? Nunca está de más revisar tu Face y borrar todas las fotos que no quieres que veamos antes de mandarnos tu CV. Y sí, LinkedIn es aburrido pero ayuda. Todas esas cosas que quieres poner en tu currículum pero que sabes que nadie va a leer en un martes promedio lo puedes incluir ahí. Incluye referencias de tu trabajo, de preferencia links, en donde muestres lo que sabes hacer.

Ahora que tienes tu CV, tienes que mandarlo a la empresa. Hay varias maneras de hacer esto. Puedes mandarlo por mail o incluso llevarlo impreso y dejarlo en la recepción; los leemos, todos. Tampoco es necesario que la empresa tenga vacantes. Nunca sabes cuando van a necesitar un encargado en peceras con conocimiento especializado en anfibios pero puedes asegurarte de que tu currículum de una página esté ahí cuando eso pase.

Primer contacto con la empresa

Si ya mandaste tu CV, no te pongas de pesado y llames al siguiente día para ver si leímos tu aplicación. Espera mínimo una semana. Así como tú, hay miles de personas buscando trabajo y hacemos los mejor que podemos para leer todo lo que nos llega lo más rápido posible, ¿ok?

Por lo general, tu primer contacto con la empresa será una llamada telefónica. Te harán algunas preguntas básicas para conocerte y saber si te llaman a una entrevista. Por lo general son preguntas sencillas y nada profundo, pero debes estar preparado. Levántate temprano y no te pongas pedo a las 9 de la mañana. Esa llamada puede significar la diferencia y necesitas recibirla sobrio y con la mejor actitud.

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Recuerda que esta llamada es un primer contacto. Mantenla cool y no seas intenso. No preguntes cuánto te van a pagar ni les llores por una oportunidad. Solo quieren conocerte.

"Bueno… Claro, estoy interesado en el trabajo… Sí, tengo un buen conocimiento en peceras y anfibios… Me queda perfecto, muchas gracias", y ya. No nos cuentes de la vez que salvaste un delfín ni los países que has visitado. Guarda eso para las conversaciones de pasillo que vas a tener en tu futuro trabajo.

Entrevista inicial

Como las personas, cada empresa es diferente. Es importante que conozcas la empresa en la que quieres trabajar para saber qué es lo que buscan y si en verdad quieres trabajar ahí. Esto te va a ayudar a prepararte y a decidir qué ponerte.

Vístete bien, báñate y cepilla tus dientes. Es difícil mantener una sonrisa y concentrarse cuando la persona frente a ti huele de la chingada, y es más común de lo que piensan. Si no tienes idea de qué ponerte, pásate por la oficina un día antes y mira como se visten la personas que trabajan ahí. No seas extravagante; vas a pedir trabajo, no a ligar. (Por favor, no traten de ligarse a la persona de recursos humanos. Una vez rechacé a un buen candidato porque un día después de la entrevista me escribió un correo para ligar.)

En la entrevista, sé cordial y amable. Vemos muchas caras todo el día como para alegrarnos de ver a una persona mamona, y mucho menos para que nos den ganas de contratarla. Relájate y toma la entrevista como una plática, donde estás conociendo a alguien; esto te va a ayudar a controlar tus nervios y vas a proyectarte como una persona segura de sí misma.

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Tampoco está mal un poco de humor, pero recuerda que no eres un payaso (a menos que estés aplicando para ser payaso). Habla sobre tus experiencias pasadas en el trabajo o la escuela para dar una idea de cómo reaccionas ante situaciones específicas. No cuentes que le partiste la nariz a un tipo por molestar a tu amiga, pero sí cuando ayudaste a resolver un conflicto.

Cuando hables de tus hobbies sé honesto. Es preferible que nos cuentes de tu fascinación por el anime y pintar figurines de plástico a que intentes convencernos de que eras un profesional de paracaidismo hasta que sufriste un accidente por salvar a un perrito en apuros. Eres humano, y buscamos humanos, no máquinas insensibles que solo saben trabajar. Claro que si tu hobby requiere trabajar en equipo y habilidades de liderazgo, nadie lo tomará mal.

Por más nervioso que te pongan las entrevistas, no te drogues. Es muy fácil saber que te diste unos toques porque apestas y se te va la onda. Si te metiste cocaína y ni si quiera me dejas hacer la siguiente pregunta porque me sigues contado lo cabrón que eres, también me doy cuenta.

Por lo general no damos una respuesta inmediata porque entrevistamos a varias personas para el mismo puesto pero te diremos más o menos en cuánto tiempo nos pondremos en contacto contigo. Si pasa ese tiempo y no te contactamos puedes mandarnos un mail, no venir a la oficina después del trabajo a esperarme en la esquina y preguntarme por qué no te he llamado. Por favor, en serio, no hagas eso.

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Segunda entrevista

Si llegaste hasta aquí, vas por buen camino. Demostraste que puedes mantener la cordura en un espacio de trabajo, independientemente de tu estado mental, y que eres lo suficientemente confiable como para que te vuelvan a hablar. Ahora es momento de demostrar que sabes hacer todo lo que dijiste.

Por lo general esta segunda entrevista es con tus posibles jefes directos. Es importante que dejes claro lo que sabes hacer, lo que puedes aportar y lo que buscas del trabajo.

Cuando te pregunten si tienes dudas contesta que sí. Claro que tienes dudas. Aunque no tengas dudas tienes dudas. Pregunta si hay opciones de crecimiento, especificaciones del puesto, responsabilidades y métodos de evaluación. Además de que saber estas cosas te va a ayudar a no cagarla si te contratan, demuestran conocimiento y ambición de crecimiento profesional.

Negociación

Es hora de hablar de dinero. A muchos les cuesta trabajo hablar de cuánto dinero les van a pagar por hacer lo que saben hacer, así que lo mejor es estar informado. Toma en cuenta tus necesidades y tu experiencia. Si te preguntan cuánto ganas, sé honesto. Si no sabes cuánto deberías pedir, platica con algún familiar, amigo o conocido que trabaje en algo parecido cuánto gana. El sueldo varía dependiendo las empresas, pero esto te dará una idea de cuánto puedes pedir.

También es importante preguntar y negociar tus prestaciones. Aunque algunas empresas dan prestaciones más allá de lo que la ley exige, lo mínimo que tienes que pedir, amparado por las leyes mexicanas, son vacaciones, aguinaldo, una prima vacacional y seguro social. Así que ponte trucha y no te regales.

Si conseguiste la chamba, ¡felicidades! Cuéntale a tu mamá y ponte guapo para el primer día de tu vida. Pronto disfrutaras de una muerte lenta patrocinada por tu empresa favorita a cambio de ocho horas diarias de tu alma. De nada.

Si fallaste, no te preocupes. Dale otra leída a este texto y recuerda que al igual que las personas, las empresas son muy específicas en cuanto a lo que buscan. El que una empresa te haya rechazado no significa que seas un bueno para nada. Simplemente buscaban algo más, un experto en peceras especializado en corales, o lo que sea. No te agüites, ve a tomar una cerveza con tus amigos, y vete con alguna de las otras mil empresas que matarían por alguien como tú.

Sigue a Fernanda en Twitter:

@fersolana