Consejos para tu primer viaje en ácido

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Consejos para tu primer viaje en ácido

Con las drogas psicodélicas se tienden a borrar las fronteras entre lo que está afuera y lo que está adentro, así que aunque te prepares muy bien para el viaje, puedes terminar siendo el papel tapiz que está en la cocina y que has odiado toda la vida.

El frío penetraba mi piel y tocaba mis huesos mientras las estrellas fugaces recorrían el cielo dejando estelas de colores. Habían transcurrido cerca de ocho horas desde que inició mi segunda experiencia con LSD. Juzgando por la primera, había estimado que esta vez en unas seis horas estaría regresando del viaje, sin embargo, esta ocasión la dosis catalizó en mi cerebro un caudal de emociones, visiones y sensaciones inesperadas que no parecían detenerse. Me encontraba en medio de la montaña con mis dos compañeros habituales de viaje, compartiendo un mismo suéter para tolerar el frío, viendo ojos en cada hoja de árbol, rostros que parecían dibujos prehispánicos tallados en las piedras y dragones chinos revoloteando por las montañas lejanas. Estábamos a tan sólo 150 metros del campamento base pero no queríamos regresar y sentirnos expuestos. Estaba realmente agotado de las visiones, cansado de tripear y con mucho frío. Demasiadas cosas que había planificado para el viaje habían salido mal.

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Habiendo viajado un buen número de veces más luego de aquella fatídica noche y aprendiendo de miles de historias, descubrí que los errores que cometen los usuarios de LSD en sus primeras expediciones dentro del hoyo del conejo tienden a ser más o menos los mismos.

Desde los 60, los pioneros de la experimentación lisérgica descubrieron que todo aspecto que afectaba el rumbo del viaje podía catalogarse en dos grandes grupos: Set o Setting, que para estos efectos podríamos traducirlos como: Lo que tiene que ver contigo y lo que sucede alrededor. En líneas generales con las drogas psicodélicas ocurre algo interesante y es que se tienden a borrar las fronteras entre lo que está afuera y lo que está adentro, desde esa mirada, aunque te prepares muy bien internamente para el viaje, puedes terminar siendo el papel tapiz que está en la cocina y que has odiado toda la vida, y es por ello que resulta tan importante atender tanto al viajero como al contexto a la hora de planificar la primera experiencia con ácido.

Estos son algunos consejos para tomar en consideración si has decidido consumir LSD por primera vez, que te permitirán preparar el Set y el Setting ideal para que la travesía sea enriquecedora, divertida y más segura.

LEE

El uso de sustancias psicoactivas implica siempre algunos riesgos y es tu responsabilidad disminuirlos. El principal problema es que de seguro al menos una gran parte de lo que sabes acerca del LSD es un mito urbano, por lo que quizá te corresponda estar dispuesto a desechar muchas ideas que tienes y construir un nuevo esquema acerca de la sustancia; para hacerlo, la mejor herramienta con la que puedes contar es la información. No hablo de leer cualquier cosa que encuentres en algún foro, hablo de familiarizarte con estudios, investigaciones y data científica que te permita sentir seguridad en cada paso que darás. Mientras entres con más confianza al viaje, las cosas saldrán mejor.

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ELIGE A TU COPILOTO

Casi cualquier psiconauta responsable recomendará que al menos la primera experiencia psicodélica se desarrolle en compañía. A la hora de identificar quién será tu compañero, considera que el carácter revelador del LSD puede exponer muchas cosas de ti que son realmente íntimas, tanto que quizá tú mismo las desconozcas. Al viajar en compañía, busca a alguien que te haga sentir en confianza, en quien puedas depositar tus miedos, angustias y con quien te encantaría compartir quizá el momento más sublime de tu existencia. Antes de invitar a cualquiera a tomar LSD contigo, pregúntate: ¿Quisiera compartir con esta persona algo más íntimo que el sexo?

DEFINE ALGUNAS NORMAS

Pacta con tus compañeros de viaje algunos compromisos que garanticen la seguridad de todos. Qué hacer en caso de que alguien ponga en riesgo su salud o la de otro en la tripulación, en dónde se realizará el viaje y hasta dónde podrán llegar. Son sus reglas y como equipo sean los garantes de que se cumplan.

ELIGE EL LUGAR

La mayoría de los usuarios prefiere viajar en espacios abiertos y naturales, sin embargo esto es una decisión personal. Lo importante a la hora de elegir el sitio ideal para tomar un café con el creador del universo es que sea un sitio que te conecte con emociones positivas, que te agrade a ti, que te haga sentir cómodo y que te permita protegerte de elementos exteriores como personas ajenas al viaje, elementos climáticos cambiantes, ruidos y estímulos indeseables.

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MENTE SANA, CUERPO SANO

El LSD es un amplificador de emociones y sensaciones. Si llegas a tu primer viaje con una pequeña molestia en una muela, quizá puedas sentir cómo toda tu cabeza palpita al ritmo del dolor o puedas escuchar las caries y tener una discusión acalorada con ellas. Cuando te abroches el cinturón, hazlo sabiendo que cualquier pequeña molestia a 30 mil pies de altura se siente como una turbulencia. De la misma forma, procura iniciar el viaje cuando te encuentres emocionalmente estable, nada de "como peleé con mi chica ahora me como este cartón", a menos que quieras ver a tu ex en todas partes durante 12 horas.

TOMA UNA DOSIS BAJA

Desafortunadamente te será muy difícil identificar cuánto LSD hay en tu blotter o cartón, por lo que se hace necesario presumir que todo papel viene con una dosis moderada o alta. Toma un cartón, córtalo en tres o cuatro partes y usa sólo ese pequeño pedacito. Sé que luce minúsculo pero créeme que puede ser más que suficiente para que la realidad entera como la conoces desaparezca por 12 horas.

EVITA REDOSIFICACIONES

Sí, sé que puedes estar emocionado pero te pido que aguardes un poco. El LSD comienza a hacer sus efectos entre 30 y 90 minutos después de tomar la dosis y estos pueden iniciar tan abruptamente como cuando subes lentamente en la montaña rusa hasta la cúspide y de repente descubres la caída libre. Recuerda además que el punto más fuerte de la experiencia no aparecerá sino unas dos horas luego de haber tomado el ácido y se puede extender hasta cuatro o seis horas dependiendo de la dosis. Permítete entender estos ritmos y cómo los asimila tu cuerpo en el primer viaje.

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TRÁGALO

Ponerse el cartón de LSD en un ojo es un riesgo innecesario, no aumenta los efectos psicodélicos, solo hace que aparezcan un poco antes que cuando lo tragas, pero sí corres el riesgo de lastimar tu córnea. Tampoco te tienes que quedar con el cartón debajo o arriba de la lengua o entre los premolares o como te haya dicho tu dealer, sólo debes tragarlo. La absorción se hará por vía gastrointestinal.

CIERRA EL PICO

Al menos un par de horas antes del viaje y luego de que inicie. Si la absorción es gastrointestinal, entenderás que el tener comida dirigiéndose en el estómago dificulta la absorción del ácido. Por otro lado, al menos un tercio de los viajeros experimenta náuseas, por lo que es mejor llegar con el sistema digestivo sin mucha ocupación y mantenerlo así hasta que la montaña rusa vaya desacelerándose porque no querrás comer en la parte más agitada. Una vez que transcurra este período y sólo si tienes algo de apetito, prueba de a poco degustando sabores que te agraden, prueba contrastes, texturas y olores estimulantes que lleven el placer de comer a un nivel de éxtasis.

EVITA LAS MEZCLAS

El LSD es una droga muy potente, que tiene demasiado que mostrar en la primera experiencia. No es necesario incluir una cerveza, un porro o cualquier otro psicoactivo, deja que el ácido se presente tal y como es para que realmente puedas entender de qué se trata. En este punto es importante además tener claro que quizá ya estés consumiendo otras drogas que pueden interactuar con el LSD como antidepresivos antipsicóticos. Verifica la interacción que genera el ácido con cada medicación que estés ingiriendo.

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CONFÍA EN TI MISMO

Tu sistema psíquico no es cualquier cosa, es el resultado de millones de años de evolución en donde se encuentra depositada una gran cantidad de información a la que no tienes acceso conscientemente y que de seguro emergerá mientras navegas entre las aguas de tu mente. Tus antepasados indígenas probablemente encendieron su psique millones de veces y lo aprendido en cada viaje con Peyote o Ayahuasca por los chamanes que te precedieron, está dentro de ti. Deja que tu mente se despierte y utilice todos los recursos que tiene ahora disponibles, entrégate a los lugares a los que quiera llevarte y confía en la maravilla que es tu sistema psíquico.

¡Buen viaje!

Lisérgicos es autor del Manual para viajeros en LSD, el cual puedes encontrar aquí.

@lisergicos