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Cruzando los dedos por Michoacán y México

El fotógrafo Brett Gundlock documenta la vida cotidiana en las zonas más violentas de este estado, uno de los más conflictivos del país.

Michoacán está en llamas y parece que a pocos les importa. Con la información tan confusa que hay al respecto, es muy fácil hacer como que no pasa nada. Si los secuestros, marinos asesinados por sicarios, extorsiones, federales emboscados y el tercer cártel más grande del país (Los Caballeros Templarios) controlando la zona es nada, entonces todo está bien por allá.

Los grupos de autodefensa como los de Cherán y Guerrero, entre otros, no son nuevos. Como michoacano que soy, sé que la gente está hasta la madre de la impunidad, ineficacia e ineptitud del gobierno por garantizar la seguridad de su pueblo, que si al gobierno le queda grande la chamba, no hay de otra más que hacerla por ellos mismos.

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Brett Gundlock, un fotoperiodista que trabajó un tiempo para el National Post, de Canadá y eventualmente lo dejó para probar suerte como freelancer. Desde 2012 ha estado viajando intermitentemente de Toronto a Michoacán para documentar lo que está pasando con los grupos de autodefensa de la zona, lo que resultó en su serie fotográfica El pueblo, de la cual presentamos una muestra hasta ahora inédita aquí.

VICE: ¿Cómo está sobrellevando la situación la gente de estas zonas?
Brett Gundlock: Es asombroso cómo intentan seguir con su vida en medio de toda esta locura. La gente sigue sonriendo, el mundo sigue girando. Pero obviamente afecta a la gente. El flujo de dinero se ve afectado por las extorsiones y la falta de turismo. El crimen organizado ha logrado meterse a la vida diaria de muchas maneras. Escuché que hay un impuesto para todo, desde la carne hasta las tortillas.

Hay un pequeño porcentaje de la población que apoya a los cárteles y están involucrados directamente con estas organizaciones criminales. La gente a la que yo fotografío no apoya al crimen organizado.

Aunque esto no quiere decir que apoyen a los federales o al ejercito. Tienen seguridad en el área, pero no están haciendo arrestos a gran escala o acabando con el problema desde la raíz. Con este tipo de corrupción cada quien tiene que ver por sí mismo.

La gente que está fuera de Michoacán difícilmente se entera de lo que está pasando por allá, ¿crees que los medios están manipulando la información?
No estoy seguro de que estén manipulando la información intencionalmente (aunque estoy seguro de que en algunos casos lo hacen). El principal problema es la estructura actual de los medios —no le dan un contexto correcto a la mayoría de las historias que reportan—. Tal vez hay una historia que involucre a varios muertos, pero normalmente no trasciende porque no explican por qué fue que pasó algo así, los motivos o lo que hay detrás de esto.

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Cuando una noticia puede ser resumida en 140 caracteres la mayoría de la gente sólo va a leer eso. Éste es un gran problema en nuestra sociedad.

Los periódicos locales, como El cambio de Michoacán, están haciendo un gran trabajo cubriendo las noticias del estado. Pero las pequeñas notas que hablan de la zona a nivel internacional no aportan nada vital para buscar la solución de los problemas. Flash, bang y lo que sigue.

Tengo entendido que estuviste metido en un par de incidentes tensos, ¿qué pasó?
No quiero estar metido en medio de la violencia cuando estoy trabajando. Sí, es una parte esencial de la historia, pero creo que puedo comunicarme de otras maneras que no sean con fotos de sangre y cadáveres. No soy fotógrafo de guerra, pero me he visto de pronto fotografiando una guerra. Esto es una guerra. Trato de mantenerme al margen y fotografiar ese aspecto de la vida lo más que pueda. Creo que la vida diaria es el aspecto más importante en el que debo enfocarme.

Estuve metido en un par de malas situaciones pero no quiero entrar en detalles. Los problemas a los que me enfrenté no son nada comparados con lo que la gente de esta zona vive día a día. Regresando a lo que dije antes, la resistencia de estas comunidades que estoy fotografiando es lo que me inspira a mí y mi serie El pueblo.

¿Qué fue lo más difícil de trabajar en Cherán?
No hablar bien español es la parte más difícil. Tener que depender tanto de mis contactos para moverme en Michoacán no es muy bueno algunas veces. Estoy estudiando mucho para aprender español y sea más sencillo en un futuro.

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La seguridad es otro reto. Cada decisión que tomas es importante. Saber a dónde puedes ir y a dónde no. A quién puedes fotografiar y a quién no. Con quién puedes platicar y a quiénes tienes que evitar. No saber que está pasando afuera durante la noche, tener una ruta de escape a todo momento, es un poco más estresante que trabajar en Toronto.

Aún así, la mejor parte de trabajar en Michoacán es la gente. He conocido a gente maravillosa a quien le tengo mucho respeto. Yo puedo ir y venir cada que yo quiera, pero para ellos ése es su hogar, dejarlo no es una opción. La situación en México es algo que te rompe el corazón.

¿Cómo fue tu primer acercamiento?
Fue bastante bueno. Contacté a Alan Ortega, un fotógrafo de Morelia, y él fue quien me llevó por primera vez a Cherán. No hablo muy bien español, así que Alan fue una pieza clave para que yo pudiera comenzar a trabajar en la comunidad. Él ya había trabajado en Cherán y me presentó a Juan José Estrada Serafín, un fotoperiodista local involucrado con el movimiento. Estos dos fotógrafos fueron parte fundamental para que pudiera producir esta serie.

Llegué justo en medio de una fiesta, así que fue fácil comenzar a trabajar rápidamente. De hecho me atropelló un caballo en el rodeo mientras huía de un toro, así que fue una buena presentación con la comunidad. Todo el pueblo vio eso y se rieron durante semanas. Una de las primeras palabras que aprendí a decir en español fue “caballo”.

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Después de pasar un tiempo ahí, ¿cuál es tu punto de vista sobre la problemática de estas zonas de Michoacán?
Pienso seguir trabajando en esta serie de grupos de autodefensa en las comunidades. Creo que es una situación extremadamente interesante para la democracia de México y su historia (así como para el resto del mundo).

La guerra ha progresado. La organización de estos pueblos ha creado un nuevo frente de batalla directamente entre el pueblo y los cárteles. Esta guerra ha evolucionado y ha dejado atrás lo tradicional, que se supone que eran los policías contra los malos. Esto que está pasando puede verse como el inicio de una guerra civil o el inicio de una revolución.

Tengo los dedos cruzados por la gente de Michoacán y México.

Sigue a Alejandro en Twitter:

@soyalemendoza

Más de Brett Gundlock:

www.brettgundlock.com

www.borealcollective.com

@BrettGundlock

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