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El deporte no pone límites al tamaño del crimen

Supremacistas blancos haciendo negocios con afrocaribeños para hacer un golpe de Estado.

Ya tiene poco más de un mes que vimos en las pantallas de nuestras televisiones la imagen del Omar “El Gato” Ortiz, ex portero del equipo rayado de Monterrey siendo satanizado por su colaboración con bandas de secuestro regiomontanas. Ya tiene como dos meses que Sam Hurd, jugador profesional de los Dallas Cowboys del futbol americano fue arrestado por ser cómplice en el tráfico de drogas e incluso usaba el ride del equipo para entregar droga.

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Ya tiene tres meses que Patrick John, el presidente de la Federación de Futbol de Dominica fue destituido y todavía presenta demandas por corrupción, malversación de fondos de la FIFA a favor de su familia, y peor aún, al apoyo de bandas organizadas de supremacía blanca en Estados Unidos y Canadá. ¿Cómo? ¿Una persona de la raza afrocaribeña entregando y recibiendo dinero y apoyo a este tipo de organizaciones?

El Coronel Patrick John, oriundo de la pequeña e inofensiva isla caribeña de Dominica ha sido un pilar cultural de ese país de 70 mil personas. Líder de las facciones independentistas de la isla de Inglaterra, se proclamó primer primer ministro de Dominica para ser rápidamente destituido y convertirse de nuevo en un rebelde líder de la organización de un golpe de Estado.

El Coronel fue muy audaz y necesitaba no sólo una agenda política con la cual reconquistar el poder de la isla, sino también (como toda rebelión) un patrocinador financiero y lo encontró en las organizaciones como la KKK y neonazis canadienses. Por más insólito que suene, estas organizaciones teniendo relaciones con culturas afrocaribeñas, el interés era hacer de Dominica un país refugio de fondos, armas y para escapar en dado caso.

Todo esto suena muy loco: supremacistas blancos haciendo negocios con afrocaribeños para hacer un golpe de Estado, el único resultado podía ser algo malo, y así fue. Tanto los supremacistas como Patrick John fueron descubiertos y encarcelados, pero el Coronel tenía un as bajo la manga.

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Como ya he repasado en columnas anteriores, una de las tres primeras tareas que tiene un nuevo país después de organizar su gobierno, es hacer su Federación de Futbol, y Dominica no se quedó atrás. Al convertirse Dominica en país independiente, el Coronel John se apropió de todas las operaciones de la Federación, ordeñando sus fondos aún estando dentro de la cárcel donde permaneció 12 años y al salir se convirtió en nada menos que presidente de dicha Federación.

Hace tres meses fue encontrado culpable por la malversación de fondos de la Federación, financiando tanto proyectos personales como políticos, incluso y sin duda con la supremacía blanca. Sólo como idea, la FIFA reparte las ganancias entre sus federaciones de manera equitativa sin importar el tamaño poblacional, así es que si Francia recibe un millón de dólares, lo mismo recibe Dominica.

No existe límite alguno que el deporte pueda tener al tamaño del crimen. El Coronel Patrick John cayó junto con Jack Warner como los personajes más corruptos del Caribe por recibir sobornos para votar a favor del mundial de Qatar 2022, y aunque ambos fueron absueltos por reglas de la FIFA, queda su nombre y su legado de vergüenza plasmado en calles, edificios y en el futbol de Dominica y el mundo.

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@Pazcabrales