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Desempolvando los casos sin resolver en Detroit

Para cubrir la brecha en el trabajo de la policía, varias madres formaron un grupo de "terapia de ayuda mutua" con un nombre bastante descriptivo: Madres de Hijos Asesinados, que investiga lo que la policía no quiere o no puede.

Andrea Perkins Clark recibió en 2011 la llamada de una ex compañera de preparatoria cuyo hijo desapareció. Luego de muchos días de búsqueda, el cuerpo fue encontrado en un terreno baldío junto a una estación de policía. Clark consoló a su amiga; dos semanas después su propio hijo, Darnell Steven Perkins, de treinta años, fue asesinado: le dieron varios tiros mientras tomaba fotos de un cumpleaños a la entrada de un antro en Detroit.

"Empecé una cruzada sin tregua para que se le hiciera justicia a mi hijo", me cuenta Clark, quien pronto descubrió la escasez de apoyo para las madres de las víctimas, como ella. La gente tiende a alejarse de esas cosas, por eso —y para dar apoyo a otras madres de Detroit en busca de justicia— Clark creó un grupo de "terapia de ayuda mutua" con un nombre bastante descriptivo: Madres de Hijos Asesinados.

El Departamento de Policía de Detroit desmanteló sigilosamente su unidad de homicidios sin resolver hace 18 meses. Las investigaciones pendientes se distribuyeron entre detectives especializados que al investigar la reciente ola de asesinatos que atraviesa la ciudad ya estaban hasta el tope. "Es inadmisible que un jefe de policía apenas pueda manejar los crímenes que suceden en su administración. Eso significa que mucho menos podrá manejar los crímenes de hace cinco jefes", se queja Brenda Hill, una miembro de MHA. Una noche de 2009, su sobrino de 22 años fue acribillado afuera de un bar mientras acompañaba al carro a un grupo de mujeres. Los mataron a él y a una de ellas.

Para cubrir la brecha en el trabajo de la policía, las mamás de "ayuda mutua" van a las escenas del crimen para apoyar a los familiares de las víctimas. El grupo también ha estado trabajando con la organización nacional Crime Stoppers de Estados Unidos para resolver crímenes al ofrecer recompensas en efectivo a cambio de información anónima. Sin embargo hay un código de silencio que muy seguido reina en las calles de Detroit.

El Departamento de Policía se negó a ofrecer declaraciones para esta nota.