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Ejército ejecuta a 22 presuntos delincuentes en el Estado de México

Las Fuerzas Armadas comunicaron que se trató de un enfrentamiento donde el Ejército no tuvo bajas, pero 22 presuntos delincuentes fallecieron. Días después la prensa internacional cuestionó la historia oficial.

El 1 de julio se dio a conocer la noticia de un supuesto enfrentamiento entre militares y delincuentes ocurrido en Tlatlaya, en el sur del Estado de México, donde 22 presuntos miembros de la delincuencia organizada cayeron abatidos.

La Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) denunció mediante un comunicado que los militares realizaban un operativo de vigilancia en la comunidad de Ancón de los Curieles cuando aproximadamente a las 5:30 horas los elementos castrenses fueron agredidos por parte de un grupo armado que se encontraba en una bodega. Los miembros del ejército respondieron el ataque y posteriormente informaron que 22 personas de las que abrieron fuego en su contra, entre las que se encontraba una mujer, fallecieron en el ataque.

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Asimismo dieron a conocer que 38 armas fueron aseguradas, junto con 112 cargadores y se liberaron a tres mujeres que mantenían secuestradas; además que un militar resultó herido, pero su condición se reportaba como estable.

Posteriormente, el gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila [reconoció las acciones del Ejército](http:// http://www.eluniversal.com.mx/nacion-mexico/2014/eruviel-reconoce-labor-de-ejercito-en-tlatlaya-1020368.html ) por liberar a las tres personas secuestradas. Ávila destacó al presidir un evento en Nezahualcóyotl, Estado de México, que los militares actuaron en su "legítima defensa" al abatir a los presuntos delincuentes.

Tlatlaya forma parte de varios municipios que conforman la región de Tierra Caliente. Municipios de Michoacán como Tepalcatepec, Apatzingán, Buenavista y otros son un foco rojo, pues la zona es actualmente una de las más peligrosas por la fuerte presencia de los principales cárteles de droga de Michoacán como Los Caballeros Templarios y Jalisco Nueva Generación y que además se encuentra bajo resguardo de la Policía Federal y de las Fuerzas Armadas desde 2012.

Sin embargo, días después que se diera a conocer la noticia del supuesto enfrentamiento, la agencia noticiosa Associated Press (AP) informó en un reportaje que se publicó en varios medios de Estados Unidos, donde cuestionaban si realmente había sido un enfrentamiento entre militares y presuntos delincuentes, o si en realidad se trató de un ataque perpetrado únicamente por las Fuerzas Armadas.

El trabajo periodístico de la agencia explica lo que los reporteros vieron tres días después: casquillos de balas, manchas de sangre en las paredes de la bodega donde encontraron los cadáveres. Una "oscura historia de muerte" y que sin embargo "podría no ser la misma versión que los oficiales cuentan".

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"Ha habido tantos incidentes que grupos defensores de derechos humanos y analistas comienzan a dudar de la versión del ejército", explicó una de las fuentes informativas más importantes de Estados Unidos.

AP citó a un testigo cuya identidad no fue revelada, pues explicó que los residentes de la población se niegan a hablar sobre la bodega en obra negra porque aseguran que es el supuesto lugar de "extorsión y secuestro" por parte de la policía. El testimonio que refirieron afirmó que se escucharon durante casi dos horas disparos continuos antes del amanecer del 30 de junio, pero que no estaba seguro si provenía de esa bodega o de algún otro lugar cercano. Y que cuando las detonaciones se detuvieron, el testigo declaró que vio a soldados en un cerro aledaño.

La publicación sugiere que los soldados estuvieron disparando a las personas "atrincheradas" dentro de la bodega, lo cual, cuestiona si los sospechosos fallecieron en el supuesto enfrentamiento que reportaron desde un principio, o después que terminara. Los periodistas señalaron que había muy poca evidencia de que alguna confrontación hubiera tenido lugar ahí.

Hasta abril de 2013, legisladores de Estados Unidos reportaron que los abusos cometidos por militares en México se habían quintuplicado desde 2006 y denunciaron la impunidad de los casos. Algunos de estos abusos son tortura, violación sexual, asesinato extrajudicial, desapariciones y detenciones arbitrarias.

Desde 2013, Eruviel Ávila solicitó la presencia del Ejército y la Policía Federal en el Estado de México para aplicar operativos permanentes para abatir la inseguridad que continúa latente en la entidad. Sin embargo, apenas en abril se activó un "plan estratégico"  con el gobierno federal para duplicar la presencia de las Fuerzas Armadas y cuerpos policiacos federales.

Además en mayo realizó [cambios decisivos](http:// http://www.proceso.com.mx/?p=372890) en su gabinete, al nombrar a José Manzur Quiroga como titular de la Secretaría General de Gobierno y a Alejandro Jaime Gómez para encabezar la Procuraduría General de Justicia Estata (PGJE). Estos reemplazos se dieron después de reconocer que la entidad requería del respaldo y apoyo de más fuerzas federales y a pesar que este año el gobernador estatal refiriera que la inseguridad en la entidad era "atípica y temporal" y que se debía principalmente por los "golpes" que su gobierno daba contra el crimen.