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Harris siguió su consejo y, de un día para otro, se reinventó. Oaky Miller pasó a llamarse Chuck Harris y decidió dedicarse a representar a los marginados del mundo del espectáculo. Hoy día es el agente / productor de rarezas con más éxito de la meca del cine."Mi experiencia en el negocio me enseñó a ser tolerante con los demás", explica Harris sobre cómo es trabajar con algunos de los individuos más extraños del planeta. "Muchos de ellos son personas amables y tiernas. Son normales, excepto quizá porque tienen el cuerpo cubierto de pelo, se han transformado en tigres o tienen lengua bífida, como el Chico Lagarto".
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Avner se ganaba la vida principalmente haciendo apariciones en televisión y firmando autógrafos en congresos de tatuajes. Cuando colaboró en la inauguración del museo de los Guinness World Records de Londres, él era la persona más buscada entre el elenco de clientes excéntricos de Harris y ocupó las portadas de varios periódicos. "De media podía ganar entre 6,000 y 10,000 dólares anuales", afirma Harris. "Sobre todo, era feliz por poder trabajar".Pero en 2012, Avner se suicidó a los 54 años. Fue hallado muerto en su caravana en Tonopah, Nevada.Harris cree que el legado de Avner es que logró pasar de ser un muchacho víctima del acoso a dedicarse a algo que lo hacía feliz de algún modo."Hizo algo que nadie más ha hecho. Y dejó otro legado en forma de mensaje moral: no abuses de la gente, todos somos iguales", sentencia Harris. "Me gustaba ese hombre. Era un alma torturada, pero en el fondo era amable y sensible. Me sentía muy mal por él y sé que me consideraba su mejor amigo, y no se puede decir que sea el mejor amigo de mucha gente, sobre todo si veo a esas personas solo dos o tres veces al año".
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