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Cultură

Estúpido lenguaje empresarial

Por si alguna vez entras en una gran empresa, te ofrecemos un diccionario para entender a jefes y compañeros.

"Hola, Jorge:

Posponemos el afterwork de mañana, me ha surgido un problema con el CFO. Te digo algo ASAP y lo retomamos. Enjoy el w-e. Abrazo!"

Lo que acaban de leer es un mensaje que me llegó la semana pasada a mi email de trabajo, 24 palabras que demuestran que en la actualidad para ser el más sofisticado de la oficina hay que hablar como si fueras imbécil.

El lenguaje en las empresas (evidentemente el de las transnacionales, no el de la pescadería de la esquina) ha derivado en una serie de anglicismos, eufemismos, barbarismos, modismos y neologismos que pueden hacer que más de uno se pierda. Pero quienes que usan esa jerga no lo hacen sólo porque el cuerpo y su educación de Oxford se los pidan, sino que la forma en la que uno se comunica en las grandes firmas dice mucho tanto de quién es como del cargo que tiene.

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Para estar on the wave, hay que hablar como un fresita de padres millonarios que no sabe si estudiar un MBA en Columbia o en la London School of Economics. Para los que viven en el mundo real, éstas son algunas pistas para saber cómo se habla en las grandes firmas de este país.

No hay quien sepa qué cargo tiene cada persona

Antes, las empresas estaban dirigidas por presidentes, directores generales, secretarios, jefes de departamento, delegados, directores de área… Si a diciembre de 2014 alguien te dice que tiene ese cargo, o tiene más de cincuenta años o su empresa es realmente muy poco cool.

Ahora, para ser directivo lo primero que tiene que tener uno es un cargo en inglés y si son iniciales que hagan difícil saber a qué te dedicas, mejor todavía. Ser el General manager de una empresa está muy bien, pero si eres un CEO, CTO, CIO, COO, CMO, CSO o CFO (hay hasta más de sesenta puestos de este tipo) tu cargo es una reata y tu empresa, aunque sea de fabricación de acero inoxidable, está tan rifada como Apple.

Aquí va un pequeño listado de qué significan algunas de estas iniciales:

-CEO: Chief Executive Officer. El jefe de departamento de toda la vida o, dicho de otra forma, el que toma las decisiones y manda más que nadie.

-CFO: Chief Financial Officer. El director financiero. Maneja los números y gana un chingo de varo, aunque ahora con un puesto que suena menos aburrido.

-CIO: Chief Information Officer. Es el responsable de sistemas de la compañía, lo que hace unos años podía ser el jefe de informática.

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-CMO: Chief Marketing Officer. Es el director de marketing. Si no te gustan los anuncios de una empresa, mándale mentadas a este güey.

-CHRO: Chief Human Resources Officer. Más te vale saber quién es porque será el que venga a decirte que estás despedido, salvo que tu puesto sea tan insignificante como para que a nadie le importe tu partida.

-CCO: Chief Commercial Officer, o Chief Communications Officer, o Chief Compliance Officer, o Chief Content Officer, o Chief Creative Officer, o Chief Credit Officer, o Chief Customer Officer. Puede parecer una broma, pero es el mayor ejemplo del grado de locura alcanzada a la hora de inventar puestos. En función de la empresa y del sector al que se dedique, un CCO puede ser hasta siete cosas diferentes. (De hecho es tan esquizoide que también comparte abreviatura con copia oculta de los correos electrónicos).

Anglicismos sin venir a cuento

Debo aclarar que no soy un purista. Me niego a usar mercadotecnia cuando quiero decir marketing, tal y como recomienda la Real Academia Española. Lo siento por los académicos, pero me sentiría estúpido si tengo que escribir güisqui. Dicho eso, una cosa es usar los anglicismos con sentido y otra es parecer Pitbull.

Para empezar, un ejemplo que me saca que mis casillas. Las empresas y sus empleados han dejado de tener experiencia en su ámbito para contar con know how. Esta expresión está sin duda en las tres palabras que me resultan más insoportables. A quien no le parezca estúpida, le pediría que la sacara de su contexto: "Pártete unos limoncitos, que tú tienes mucho know how con el cuchillo".

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Otro ejemplo similar es el afterwork. A mí me hacía mucha más ilusión cuando algún compañero de trabajo me proponía tomar unas cheves en cuanto el jefe saliera por la puerta. Cuando se habla de afterwork empiezo a pensar que me van a cambiar la cerveza por un gin-tonic con pepino, pimienta y un twist de limón. Y qué güeva.

Los ejemplos podrían ser casi infinitos. Las empresas hacen ahora coaching, outsourcing y outplacement; lo que está de moda en las oficinas es el BYOD (no es un cargo, sino bring your own device o, dicho de otra forma, que te traigas tu compu al trabajo) y cuando alguien te promete pasarte la información que necesitas ASAP (as soon as possible)seguirá haciéndote esperar lo mismo que con el tradicional: "Ahorita".

Los eufemismos al poder

El lenguaje de las empresas es especialmente rico a la hora de utilizar eufemismos, algo que se ha multiplicado hasta el infinito durante la crisis económica. Ya no se despide, se reconsidera la fuerza laboral. Tampoco se bajan sueldos, sino que se adecuan contratos al nuevo entorno macroeconómico o se producen "devaluaciones competitivas de los salarios", como dijo el Banco Central Europeo.

A pesar de eso, no hay ni una sola empresa que tenga pérdidas, en todo caso lo que sufre es una situación transitoria de crecimiento negativo. Y tampoco las hay sin un peso, como mucho tendrá tensiones financieras.

Por supuesto no se hacen recortes, sino ahorros o ajustes, que suenan mucho mejor. No se cierran fábricas para llevarlas a China, sino que se deslocaliza.

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Y para acabar, una de mis preferidas: si alguien te dice que tienes que implementar lo que sea, ve cancelando tus citas porque te va a tocar trabajar de lo lindo. Lo que sea por no llamarle a las cosas por su nombre.

Las modas pueden cambiar en cinco minutos

Si a estas alturas te parece complicado seguir toda esta terminología o por fin has conseguido empezar a entenderla, tengo una mala noticia para ti: mañana puede ser diferente. Como de lo que se trata es de ser moderno, las modas en el lenguaje empresarial cambian cada mes, cada día o cada cinco minutos. Esa es la razón por la que puede resultar aventurado hablar de algunas de ellas, pero soy un poco kamikaze, así que adelante.

No hay una fórmula con más adeptos de cerrar un email de trabajo que poniendo "Abrazo!" No hablamos de poner "Un abrazo", "Te mando un abrazo" o "Un fuerte abrazo". Por favor, ¿en qué siglo vives? Hay que poner "Abrazo!" Si quieres ser alguien en tu oficina empieza a despedirte como dios manda.

Otra de las cuestiones que están de moda, sólo de forma escrita, no hablada, es referirse al fin de semana como w-e. Si meter la palabra weekend puede hacerte parecer mucho más nice, sólo los business leaders de verdad usan w-e.

BTW es otro acrónimo en inglés que causa furor en las listas de éxitos. No hay persona con clase que use un 'por cierto' cuando puede utilizar un "by the way". WTF.

La última de las modas me recuerda a las camisas de muchos ejecutivos, esas que tienen sus iniciales bordadas en el pecho. Últimamente se estila cerrar toda comunicación poniendo el nombre de la persona que la escribe. Y no hablamos de una carta manuscrita, sino de correos electrónicos o Whatsapp de personas que están en tu lista de contactos. ¿Acaso es habitual que alguien tome otro teléfono y escriba mensajes con él como para que te tengan que decir que ese te lo han mandado ellos?

Lo bueno que tiene esta moda es que pronto será historia, como todas. De hecho, puede que todo este artículo quede desfasado en meses y más adelante haya que escribir otro.

Hasta entonces,

Abrazo!