FYI.

This story is over 5 years old.

Cultură

El Hulk rumano de nueve años y su encabronado papá

Este niño rumano empezó a levantar pesas cuando tenía dos años y ha roto récords mundiales por hacer lagartijas sin apoyar los pies en el piso, y correr parado de manos con polainas en las piernas.

Imagen tomada de Youtube.

Giuliano Stroe es quizá el niño de nueve años más fuerte del planeta. Este niño rumano empezó a levantar pesas cuando tenía dos años y ha roto récords mundiales por hacer lagartijas sin apoyar los pies en el piso, y correr parado de manos con polainas en las piernas, lo que le ha valido 15 mil suscriptores en YouTube y más de 150 mil fans en Facebook; además de haber presumido sus músculos en Romania’s Got Talent. Todo esto gracias a su padre, Iulian, conocido por alentar a Giuliano y a su hermano menor Claudiu (otro mini Hércules) al tiempo que pide donaciones a los fans para seguir entrenando a sus hijos.

Publicidad

Eventualmente, toda esta conmoción llamó la atención de los servicios infantiles rumanos, quienes ven con malos ojos que los niños se ejerciten durante horas. (Puedes ver el físico que preocupó a tantas personas, en la imagen arriba). Los trabajadores sociales pidieron a una corte la custodia de los niños y levantaron una denuncia contra Iulian. Desde entonces, el padre ha estado soltando su furia en Facebook y YouTube contra periodistas, doctores, vecinos y trabajadores sociales, a quienes supuestamente dijo: “¡Ey! ¡Los voy a golpear tan fuerte que su culo saltará por sus bocas!” (Lo contacté, pero se negó a hablar).

En junio, Iulian recuperó la custodia de sus hijos, gracias en parte a un documento firmado por la neuróloga Naie Niculina donde asegura que Giuliano está “bien desarrollado desde un punto de vista psicomotriz”. Pero cuando platiqué con Naie, aclaró que no estaba del lado de Stroe. “Sólo dije que no tiene ninguna enfermedad mental”, me dijo, “no que estoy de acuerdo con estos ejercicios absurdos a los que ha sido sometido”.

Radita Pirosca, presidente de Child Services Olt, dijo que el gobierno no intentaba alejar a los niños musculosos de su familia, sólo garantizar su bienestar. “Sólo queríamos obligar [a los padres] a cooperar con nosotros”, me dijo. “Aunque ganemos, o logremos la apelación, sólo queremos estar seguros, sin ser acosados por los padres, que los resultados de los exámenes médicos de los niños muestren que se han desarrollado, física y mentalmente, con normalidad”.

Mientras escribo estas líneas, uno de los posts más recientes en el Facebook de Giuliano es un mensaje en rumano en el que agradece a la corte y a los jueces por su decisión, pero Iulian o quien sea que lo haya escrito, no resistió a la tentación de atacar a sus detractores: “Ustedes —saben quiénes son— deberían estar avergonzados”, concluía astutamente el mensaje.

Lee más en nuestra Edición de los Enjaulados.