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Cultură

El hombre acusado de tener un burdel de animales afirma que pueden tener sexo consensual con humanos

Afirma que es una lucha por lograr derechos, la de cualquier grupo social marginalizado.

Foto vía el usuario Ronniegrob en Flickr.

En abril de 2012, el ex traficante de cocaína Douglas Splink estuvo brevemente liderando los encabezados cuando la policía hizo una redada en su propiedad en el condado de Whatcom, Washington. Dentro, encontraron a un galés turista haciendo uso de lo que la prensa llama desde entonces un burdel animal, lleno de ratones sin cola cubiertos en vaselina. Douglas se volvió el representante por excelencia del mundo bizarro y brutal de la bestialismo.

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Sin embargo, según el periodista Carreen Maloney —cuyo próximo libro, Peligro sin igual, trata sobre su caso— así no es como fueron las cosas. Maloney cree que, con base en los registros de la corte, los ratones con vaselina, por ejemplo, fueron una invención de la Humane Society (organización que promueve el bienestar de los animales) local y Sprink dice que esta dura experiencia es una demostración de un ataque a un defensor proclamado de las relaciones entre especies distintas, que se conoce también como zoofilia.

Spink no se considera como sólo otro sujeto que coge con animales. Se describe así mismo como un investigador de contra vigilancia (en los laboratorios Baneki Privacy), un escritor y pensador heteroespecie y un activista a favor de la igualdad entre especies que adquirió experiencia cuando estuvo en acción directa al frente de la batalla en la década de 1990 con Earth First (Primero la Tierra).

VICE platicó hace poco con Spink, en la última etapa de su sentencia actual, acerca de su opinión sobre la identidad heteroespecie, la intolerancia zoofóbica y nuestro desprecio a la intimidad entre especies como un resultado natural del solipsismo humano y las políticas agresivas de ecocidio.

VICE: Primero que nada, ¿estás de acuerdo en que te llamen zoófilo o prefieres otro término?
Douglas Spink: Suelo usar heteroespecie en lugar de zoófilo. Lo veo como la diferencia en referirse a alguien como marica o como gay.

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No creo que soy tan buen representante categórico de los heteroespecies o de cualquier clase de personas. Soy una persona un poco anormal, incluso en las comunidades en las que me siento más en confianza. Soy un excéntrico que practica el salto BASE, que cuenta con una maestría en administración de empresas de Chicago, que desarrolla tecnología de contra vigilancia y al que le diagnosticaron síndrome de Asperger. A mucha honra.

Elegí el camino de disentir de la postura estándar de los zoofóbicos en nuestra esfera social actual y como resultado fui objeto de ataques y también fui encarcelado. El problema es que es un crimen de pensamiento y no está basado en acciones. Mis palabras se consideran inmorales y se ha hecho un esfuerzo enorme para censurarme.

¿Me puedes decir cómo te involucraste en los problemas de identidad heteroespecie?
Crecí en un entorno que se centraba en los caballos. Aprendí a cabalgar cuando tenía dos años. Soy capaz de entender con empatía las cosas desde la perspectiva del los caballos. En la clase de biología me enseñaron afirmaciones ilógicas de “hechos que eran sin duda incongruentes con lo que aprendí en mi inmersión directa junto a mis compañeros equinos, como que ‘los animales no poseían ningún interés en el sexo o la sexualidad y se reproducen sólo por instinto’”.

Cuando era adolescente aprendí acerca de los horrores (en ese entonces nuevos) de la producción industrial de animales de granja gracias a los organismos sin fines de lucro como PETA. Me volví vegetariano (aunque imperfecto) para toda la vida y mi interés por la labor activista en apoyo al bienestar de los animales entró en pleno apogeo. Si juntas esos dos factores, obtienes la posibilidad de las relaciones heteroespecie entre humanos y animales.

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Ok, entonces ya habías cuestionado con anterioridad el trato a los animales y su sexualidad, pero ¿cómo superaste los tabús iniciales y empezaste a tener intimidad heteroespecie?
Cualquier persona que de verdad pueda sentir un supuesto asco por la idea de dos mamíferos sociales teniendo relaciones intimas demuestra una confusión muy problemática de lo que es ser un mamífero social. Es un tabú fabricado.

He escuchado, en conversaciones privadas, que la posición del tabú completamente fabricado ha bajado y que hay una curiosidad acerca del tema en sí. Sin embargo, en público, vuelven los calificativos: ofensivo, asqueroso, repugnante, lamentable.

Eso es muy diferente de las personas que sienten una molestia genuina al hablar sobre las relaciones homosexuales. Nuestra cultura tiene una obsesión de closet con la sexualidad no humana. Lo negamos pero siempre queremos más.

La persecución zoofóbica, en cualquier sentido sistemático, es un fenómeno moderno. Sé que tendemos a suponer que siempre se ha oprimido a las personas como yo. Pero esta suposición predeterminada no está sujeta a escrutinio.

¿Podrías dar algunos ejemplos históricos donde las relaciones heteroespecies se consideraban normales? ¿O del momento que tú crees que se originó el sentimiento anti-heteroespecies en la cultura moderna?
La evidencia más convincente es el tema tan común de las parejas de humanos con no-humanos en las historias del génesis en muchas culturas y religiones diferentes. Está claro que éste no es un concepto que iba más allá de la imaginación en la gran mayoría de las culturas humanas. Al contrario, la evidencia sugiere que sería inconcebible que eso no hubiera sido parte de las actividades sociales rutinarias.

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Me doy cuenta de que el aumento de la producción de carne (y leche y huevo) agrícola moderna basada en la tortura para consumo humano ocurre progresivamente junto con la supuesta conmoción por la sexualidad no humana y las relaciones heteroespecies. Si hay o no una conexión causal entre esas dos variables es una pregunta abierta dentro de la bibliografía sobre el tema.

Nos estamos apartando del resto de los seres vivientes. Es casi seguro que las pocas mascotas que vemos en la calle estén mutiladas quirúrgicamente (esterilizadas o castradas) con el fin de privarlos de sexo y volveros una versión lisiada de ellos mismos. Nunca vemos no humanos reales y por lo tanto nos distanciamos del concepto de los no humanos como personas.

Ilustración por Julia Gfröer.

Aunque haya o no un precedente histórico, los críticos de las relaciones heteroespecies dicen que es imposible que los animales den su consentimiento para una relación sexual. Entonces, la intimidad entre humanos y animales se lleva a cabo por coerción pero es más un abuso. ¿Qué opinas al respecto?
Aunque es fácil ver que cuando desollan a una vaca que sigue viva la están dañando (algo que pasa cientos de veces al día en las granjas de tortura y que es cien por ciento legal en EU), no está del todo claro si hay bases científicas o empíricas para equiparar la intimidad sexual con el abuso.

La gente dice que cualquier interacción entre un humano y un no humano siempre es un abuso por que los no humanos no tienen la capacidad para acceder a ser participantes pasivos en un acto sexual. Sin embargo, la ley de odio zoofóbico que se aprobó en el estado de Washington en 2006 fue el resultado directo de una interacción en la que los humanos eran pasivos. La gente dice que los no humanos no pueden tomar sus propias decisiones sobre sus propias actividades sexuales. Pero una yegua que prefiere no aparearse con cierto semental puede simplemente decir no con sus cascos. Eso se llama “selección intersexual de las hembras” y es una parte esencial de la vida de los mamíferos.

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Si los animales no pueden tener intimidad sexual consensual con los humanos, entonces tampoco pueden tener ese tipo de actividad con nadie más, lo que significa que vivimos en un mundo de constantes violaciones inadvertidas e impunes. Algo evidentemente ridículo. Es muy ofensivo para la integridad y autonomía de los no humanos adultos, dotados de sentidos y que son conscientes de sí mismos.

No significa no, y eso se entiende a la perfección. Existe una tradición arraigada de consciencia en el mundo genuino de los derechos de los animales y el acto de tachar engañosamente de abusivas a las relaciones heteroespecies causa un daño profundo tanto a los humanos como a los no humanos que participan en dichas relaciones.

Lo humanos pueden ser crueles —horriblemente crueles— en especial a la hora de tratar a los no humanos. Desde los toros que hacen eyacular con electricidad a la fuerza con una sonda introducida a presión en su recto hasta las yeguas que meten en corrales y que técnicos veterinarios inseminan mientras ellas pelean y patean; este tipo de actividades no consensuales a plena vista ocurren todo el tiempo y también son completamente legales.

Para mí, eso es un delito. Es imposible negar que semejantes violaciones ocurren con mucha más frecuencia en la ganadería industrial basada en la tortura que en las relaciones heteroespecies recíprocas.

¿Quiénes son las personas que participan en las relaciones heteroespecies? Dijiste que eres un caso especial, pero ¿hay características que comparte la comunidad heteroespecie? En todo caso, ¿hay una comunidad que vea esto como una parte primordial de su identidad?, ¿o es sólo una idiosincrasia oculta?
La comunidad, fragmentada y disfuncional en ocasiones (tal vez con frecuencia), existe. A veces hay divisiones políticas intensas entre los dog zoos (amantes de los perros) y los horse zoos (amantes de los caballos) dentro de la comunidad heteroespecie. Y las manzanas podridas suelen oler más fuerte y son más fáciles de distinguir. Pero eso no significa que representen a todas las demás manzanas del cesto.

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Es un reflejo de lo que se pude encontrar, por ejemplo, en la comunidad gay. Es decir, ¿en realidad existe una comunidad gay en primer lugar? ¿Los afeminados y los osos vestidos con cuero en realidad forman parte de una identidad social unida sólo por su preferencia de género? De igual modo, así como es ridículo pensar que un predicador que saca espuma por la boca mientras grita que Jesús odia a los maricas pueda curar de la homosexualidad a alguien, es aún más ridículo pensar que alguien cuyo nexo social interno gira entorno a los no humanos pueda eliminar de forma selectiva esta parte esencial de su identidad de la manera en que aborda los elementos más fundamentales tanto de su autoconcepción como del lugar que ocupan en una sociedad más grande.

Yo diría que en general los heteroespecies son claramente empáticos por naturaleza. Una de las señales clave para identificar a los que llamamos coloquialmente zoodar (zoófilos) es ese sentimiento de mucha empatía que emanan. Suelen a tener el don que se percibe muy fácil cuando se trata de trabajar con sus amigos no humanos. Con frecuencia son algo tímidos con respecto a ese don. Tienen a ser bastante estudiosos y es más probable que hablen mucho y/o sean buenos en las matemáticas. Sospecho que tiene que ver con la gran superposición entre las personas heteroespecie y el tan conocido espectro autista. Desgraciadamente, también tienden a estar dañados.

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El daño psicológico puede ser superficial o se puede manifestar a través de demostraciones estrepitosamente destructivas y motivadas por el odio contra sí mismos como el caso de Randy Pepe, también conocido como Zoobuster. El era una zoófilo confesado que se volteó en contra de su comunidad a finales de la década de 1990. Delató a las personas que habían confiado en él y mantuvo una lista en su página web en la que se jactaba de los que se habían suicidado o de las personas cuyas parejas no humanas habían sido capturadas y asesinadas como resultado de su horrible campaña.

Todos estos daños psicológicos son un reflejo de lo que se esperaría de un caso de identidad doble, es decir, una psicología secreta.

Hablas de persecución. ¿Cómo se desarrolla esto? ¿Crees que la intolerancia que has sufrido es similar, digamos, a la del movimiento por los derechos de los gay?
La trágica realidad es que la intolerancia a los individuos heteroespecie se manifiesta primordialmente en los ataques hacia los compañeros no humanos en la relación. Hay ejemplos documentados en este país en los que la policía secuestra a las yeguas de los [presuntos] zoófilos y quema sus genitales con un soplete mientras que obligan al compañero humano a ver la tortura. Lo que me hicieron a mí es poco en comparación con en horror de saber que mis seres queridos —familiares que protegería con mi vida— fueron asesinados mientras estaba retenido sólo en una celda de reclusión y aislamiento en una cárcel, incapaz de salvarlos. Es muy difícil fingir que todo esto está motivado por una preocupación por el bienestar de los no humanos cuando siempre son ellos los primeros en ser atacados.

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Las minorías estigmatizadas o atacadas son objeto de un bombardeo de aseveraciones bizarras, irreales y principalmente mitológicas hechas por la mayoría de los grupos sociales. Miren cuántos periódicos respetables publicaron mierda sobre el mito de los ratones bañados en vaselina relacionado a mi caso en 2010. No hay registro de que en realidad existieron esos ratones bañados en vaselina. También he visto eso en la longitud casi cómica de las historias que escriben los periodistas comerciales acerca de mí sin siquiera contactarme.

Debido a que son evidentes las mentiras que se dicen con regularidad acerca de nosotros son tan ridículas, los esfuerzos se enfocan en silenciar a cualquiera que pueda confrontar esta mierda intolerante. Me han amenazado de muerte (un jefe de policía de EU), me han amenazado con dejarme muchos años en la cárcel. Pero, a fin de cuentas, valió la pena. Se estableció un precedente importante: los zoofóbicos en este país ya no pueden maltratar y obligar a la gente como nosotros a guardar silencio con amenazas o violencia.

Es casi imposible no ver la superposición evidente entre las excusas que se daban para justificar la intolerancia zoofóbica comparadas con las excusas que, hasta hace poco, se daban para justificar la intolerancia homofóbica: ¿la justificación estaba basada en citas textuales del Viejo Testamento y en particular del Levítico? Miren, desarrollé la teoría de que, para los intolerantes en búsqueda de intolerancia, el hecho de que no tengan el poder social para odiar a los gays ha provocado que usen la intolerancia zoofóbica como un sustituto próximo.

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Esta comparación no es muy popular entre muchos activistas que tienen su propio estilo contra la discriminación con base en la orientación sexual. Para ellos, las únicas facetas válidas de orientación sexual son heterosexual/gay. Sean testigos de las horribles discusiones sobre si a los transexuales se les permite compartir el ímpetu de las campañas exitosas de los derechos gay.

Al parecer respaldas algunos de tus argumentos en la idea de que se te ataca por tu orientación sexual. Pero hasta donde yo sé, la orientación sexual heteroespecie no es reconocida como válida. ¿Cómo compites con el hecho de que ni la sociedad ni el sistema legal reconocen la validez de la orientación sexual que tú mismo describes?
Hay un consenso en evolución entre los investigadores que en realidad se toman la molestia de estudiar asuntos como que la orientación heteroespecie es sin duda una orientación sexual válida. Démosle la vuelta: ¿acaso hay alguna investigación que sugiera que la orientación heteroespecie no es una orientación sexual válida? No hay tal clase de investigaciones.

No me interesa si el sistema legal o la sociedad reconocen o no la validez de un hecho validado empíricamente. Mi propia experiencia es que el sistema legal cambiaría totalmente con tal de evitar enfrentarse a este asunto en general.

Dejemos que los intolerantes justifiquen su posición. La enunciado transitivo valida que:

1. La intolerancia basada en la orientación sexual es injusta.

2. La heteroespecie es una orientación sexual

3. Por lo tanto, ser intolerantes con los individuos heteroespecie es injusto.

Hablas sobre tu papel abierto y de protesta como heteroespecie en términos de disentimiento político, investigación académica y activismo. ¿Cuáles son tus objetivos?
Lo que hago es únicamente para fomentar las interconexiones respetuosas y recíprocas entre los humanos y los no humanos. Punto. La persecución zoofóbica es la otra cara de la moneda: el odio, la falta de respeto y el rechazo a la calidad de persona de los no humanos.

En el ámbito político, veo a la intolerancia zoofóbica más como una demostración del fracaso del estado de derecho en EU: La ley no existe para proteger a las personas como tú. Esto va más allá de la comunidad heteroespecie e incluye los ataques que esta fuera de la ley hacia las personas de color, transexuales, inmigrantes y aquellos que tienen muchos recursos financieros.

Es una traición de todos los buenos principios en los que se basó originalmente nuestro país (aunque con imperfecciones como el trato que se le dio a los nativos de EU, a los esclavos, a las mujeres y demás): Igualdad, protección imparcial conforme a la ley.