Livia Radwanski

FYI.

This story is over 5 years old.

Viajes

Livia Radwanski

Mérida 90 muestra el lado jodido de la gentrificación.

Las oficinas de Vice aquí en México, están en la colonia Roma, una colonia que obviamente ha cambiado mucho durante los últimos años. En el ‘85, fue una de las zonas más madreadas por el terremoto que sacudió a la Ciudad de México, y mucha gente se fue de aquí. Después de algunos años, las propiedades empezaron a subir de precio otra vez, y siguiendo el ejemplo de la Condesa, boutiques de moda, restaurantes, cafés, bares y galerías de arte empezaron a abrir.

Publicidad

Este proceso sucede en muchas ciudades grandes en el mundo, donde barrios jodidos poco a poco se convierten en los barrios de moda. En inglés, se le llama gentrification, pero en español no existe una palabra que describa exactamente lo mismo, hay quien le dice “gentrificación” y también he escuchado “elitización inmobiliaria”. Algunas personas terminan ganando mucho dinero en este proceso, los que trabajamos o vivimos por aquí la pasamos bien, pero ¿qué pasa con la gente que estaba aquí y que de pronto ya no puede pagar la renta, o los servicios, o la comida que también se hace más cara?

Todos los días, cuando camino a nuestra oficina en la calle de Mérida, paso por un edificio típico de la colonia pero que parece estar a punto de caerse, por dentro, parece estar en proceso de ser demolido. En la puerta, hay una pieza de arte de Los Contratistas (http://cargocollective.com/loscontratistas/MERIDA-90) con la cara del Niño Fidencio y un gran número 90. Hace unos días, en una librería me encontré un excelente libro de fotos justamente titulado Mérida 90. La fotógrafa Livia Radwanski, intrigada justamente por este proceso de gentrificación por el que está pasando la colonia, decidió tocar la puerta de ese edificio y documentar la historia de quienes vivían ahí, su lucha por conservar sus casas y finamente la destrucción del edificio.

Vice: ¿Qué es Mérida 90?

Livia Radwanski: Acabo de publicar el libro, pero el proyecto es más extenso. Llevo tres años con esto y se concretó en esta publicación en la que colaboró Conaculta. Habla un poco sobre las políticas de vivienda y edificación y se presentará a finales de marzo.

Publicidad

Nos llama la atención porque es un edificio que está a una cuadra y media de nuestras oficinas y tus fotos muestran una realidad que parece súper alejada de lo que se ve a simple vista en la colonia. Hay otras casas que parecen estar también estar pasando por batallas legales ¿qué es lo que pasa con estos predios?

Hace unos años, la colonia empezó a volverse más elitista. Comenzó a haber más negocios, otro público llegó a vivir y con esto cambió el perfil. Lo que pasa es que abren restaurantes y comercios que están enfocados a un grupo específico de gente, haciendo edificios nuevos y tumbando predios de este tipo que son de principios del siglo pasado y se va reconstruyendo la vivienda. En la Condesa y la Roma ahorita se ve la transformación muy rápida, con el tiempo y el temblor, la gente emigró por miedo a que pasara algo con estas construcciones antiguas.

Algunos de estos edificios son habitados por gente que ha vivido toda su vida en la colonia Roma, pero los inversionistas, están comprando o desalojando a la gente y se proclaman como los propietarios.

¿Las personas que vivían en Mérida 90 y que tú fotografiaste son dueñas de esos departamentos?

Sí. Bueno, tienen escrituras y todo, pero el dueño-dueño desapareció. En Mérida 90, específicamente, hace como siete años que fue cuando se expropió esto, ya no hubo una persona que cobrara la renta; hubo renta estabilizada por un tiempo, pero luego ya no llegó la persona que cobraba la renta. Fue en ese momento cuando se dio lo de la expropiación a favor de los habitantes para que el Instituto de Vivienda hiciera ahí viviendas de carácter social para que estas personas no se fueran de este mismo espacio a otro lado como a distintos estados.

Publicidad

Pero después, ¿ellos terminarían siendo los dueños de estas viviendas?

Lo van a ir pagando con intereses y a crédito. Son viviendas que cuestan como 500 mil o 700 mil pesos. Ellos se van a convertir en dueños de estas viviendas. Pero dicen las leyes que si estás más de cinco años en un espacio, ese espacio ya es tuyo. Su eslogan es: ‘’no queremos nada regalado’’, ellos pagan por su espacio y van a pagar lo que se tenga que pagar por ese lugar. Es importante que regresen también ellos, si no, el barrio va perdiendo su esencia.

¿Existe este tipo de ley en México?

Sí, sí existe. Yo no soy muy experta en esto, pero hablando del tema de Mérida en específico, ellos llevaban más de cinco o incluso 50 años ahí, así que pidieron ayuda al Instituto de Vivienda para poder seguir viviendo en ese predio, que es su casa. El Instituto de Vivienda vio que vivían en situaciones inhumanas: no tenían agua, se bañaban a cubetazos, se inundaba y había que drenar el edificio de adentro hacia afuera, el edificio estaba todo descarapelado, la humedad se carcomía todo y cada que temblaba, incluso tenían miedo de que llegara a caerse. Era una vivienda clasificada como de alto riesgo. Por ser edificios viejos, están protegidos, así que no lo pueden tirar así nomás. Hay que llevar un proceso de protección de la fachada de la vivienda por ser histórica. Se preserva la fachada y adentro es donde se construye. Así fue como pudieron conseguir la ayuda.

Publicidad

Tu proyecto es un año de documentación. 

Sí, un año de documentación mientras ellos estaban ahí todavía viviendo y otros ya se habían mudado. Fui muy cercana a un par de familias, fui entrando despacito porque todos tenían mucho miedo, era muy difícil entrar. Me costó muchos meses llegar a las personas porque todo mundo estaba inseguro. Fue básicamente un año, después, cuando empezaron a demoler, estuve asistiendo también a sus juntas y estuve con dos trabajadores veracruzanos.

¿Los que destruyeron el edificio?

Sí, ¡a picos! Dos chavitos de 20 años destruyeron todo el edificio ¡a picos! Así era, la constructora no tenía dinero. A veces habían dos o tres chalanes pero normalmente eran ellos nada más. ¡A picos, a picos!

¿Qué dicen estas personas sobre cómo está cambiando el barrio?

Para ellos va a ser más difícil. El pedo es que ahora van a tener que pagar el agua y todas estas cosas. También, todos los precios de aquí están subiendo, pero han vivido acá toda su vida.

¿Por qué te pareció importante documentar la historia de este edificio y de las personas que vivían ahí?

Más que nada, es por la memoria histórica. Saber lo que era, dónde estamos, que está pasando ahorita y para qué la gente también se familiarice con los personajes que no ven. Este libro es para perder el miedo de aproximarse a las personas; exponer que hay otras vidas, estas otras personas y tienen mucho que compartir. No hay que quedarse cada uno en su mundo, se pueden mezclar mundos.

Publicidad

En cuanto tengamos los detalles de la presentación oficial de Mérida 90 lo publicaremos aquí.

Mientras, puedes ver más del trabajo de Livia en www.liviaradwanski.com y http://www.tumbonaediciones.com