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El porno crust punk es tan guarro como te lo imaginas

Cobran 4,40 euros por cada vídeo de 11 minutos. La pareja recibe mensajes por Tumblr de gente que les pide que hagan vídeos nuevos, pero no siempre disponen de recursos.

Myers y Alms. Fotos de su cuenta de Tumblr.

Todo empezó con Tumblr (porque así es como empiezan las cosas hoy en día).

Look At This Fucking Oogle: Pornography For Homeless People es un perfil de Tumblr que contiene fotos de crust punks, vagabundos envueltos en redes de pesca destrozadas –a veces desnudos y mostrando tapones anales-, blancos con rastas y muchos, muchos perros callejeros. Creado como una versión con tatuajes y tachuelas del popular sitio web Look At This Fucking Hipster, la página ha generado todo tipo de reacciones: unos la veían con rechazo, otros la usaban para buscar a sus amigos y unos pocos se ponían cachondos con sus fotos.

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A Byron Myers, soldador crust punk residente en Filadelfia, un día se le ocurrió que sería gracioso hacer un calendario picante en la misma línea que ese perfil de Tumblr y recolectar dinero para crear un sitio porno independiente en los que hubiera vídeos que realmente les gustaran. Dejaron el proyecto en manos del viejo Slug, el punk de Nueva York que adquirió dudosa fama por haber dado a G. G. Allin la dosis de heroína que acabó con su vida, y la iniciativa fue todo un éxito.

A varios kilómetros de distancia, Ashley Alms, de 24 años, conoció a Myers por Tumblr, quien le contó su proyecto de hacer porno punk de baratillo. Alms llevaba desde los 15 colgando fotos de desnudos suyos en internet, había trabajado en el sitio de porno alternativo God's Girls y, lo más importante, estaba harta de vivir en Portland, así que no dudó en viajar a Filadelfia para conocer a Myers, y de aquel encuentro surgió Fringe Fuckers.

Desde entonces, la pareja ha realizado unas cuantas películas para su sitio web con amigos, otros vagabundos y desconocidos. A diferencia de los vídeos porno alternativos clásicos –que suelen estar protagonizados por una chica blanca vestida de látex a imagen y semejanza de Emily Strange y un tipo rubio y delgado con tatuajes en los brazos-, la estética de Fringe Fuckers es pura mugre. Follan en dormitorios o entre los arbustos, y celebran orgías en sótanos cuya salubridad pondría los pelos de punta a más de uno. Como dijo una vez el fotógrafo paparazzi Ron Galella, cuando eres pobre y no tienes donde caerte muerto, «el mundo es tu estudio». Myers, Alms y compañía no tienen el menor interés en el llamado «porno alternativo» que ofrecen sitios como Burning Angel y ALT POP.

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¿Te acuerdas de esos crust punks que siempre ves tirados en una esquina del centro con pancartas de cartón en los que han escrito mensajes pidiendo un cambio global? Pues ellos son el perfil de actores porno que follan para Fringe Fuckers y, a diferencia de muchos profesionales del sector, Myers y Alms lo hacen por calderilla.

«No hay nada malo en fingir ser algo si te pagan por ello. Hacer porno requiere de muchas habilidades y es un negocio admirable, pero el problema es que hay mucho porno alternativo que parece demasiado falso», nos explicó Myers en una conversación por Skype. «Nosotros realmente llevamos el estilo de vida que se muestra en nuestros vídeos. No nos disfrazamos ni nada por el estilo. Simplemente documentamos nuestro estilo de vida, punto. Ni siquiera nos pagan por hacerlo».

El hecho de que no haya dinero de por medio implica que los que lo hacen es porque les gusta y se contentan con la gratificación de una buena corrida en la boca, un cartón de vino y medio Klonopin. Fringe Fuckers publican sus vídeos mediante Clipvia y cobran 4,99 dólares [4,40 €] por cada vídeo de 11 minutos. La pareja recibe mensajes por Tumblr de gente que les pide que hagan vídeos nuevos, pero no siempre disponen de recursos o de voluntarios dispuestos a participar (muchos punks se apuntan al carro pero, a la hora de la verdad, se rajan). Myers y Alms dicen que el dinero que ganan de Clivia lo utilizan para comprar drogas o alcohol o para tener algo más de efectivo, pero en ningún caso es su fuente principal de ingresos.

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Muchos usuarios de Tumblr han escrito a Alms y Myers para grabar vídeos, e incluso han recibido propuestas de amigos que lo harían por una botella de whisky. Al margen de quién participe, lo importante es la tolerancia y el consenso. «Todo el mundo puede elegir con quién follar. Lo principal es que sea la gente la que tenga el control», afirma Myers.

Alms creció en Illinois, donde fue adoptada al nacer. «Mi padre biológico renunció a la patria potestad sobre mí en el momento de mi adopción. Firmó los papeles sobre el maletero de un coche patrulla, antes de ingresar en prisión. Murió en un accidente de coche años después», explica.

La familia que la crió eran los «típicos borrachos del Medio Oeste». A los 17 años dejó la escuela y se fue a vivir sola. Se sacó el graduado escolar por su cuenta e hizo las maletas para emprender una vida nómada viajando en trenes de carga. Acabó en Portland por un noviete, pero finalmente regresó a su pequeña ciudad natal, donde no fue capaz de encontrar un trabajo.

Nunca ha tenido problemas en practicar sexo delante de una cámara y, de hecho, confiesa que le gusta que la gente la vea desnuda, hasta el punto de que suele pasearse medio desnuda por la casa que la pareja comparte con más personas.

Myers creció en Virginia del Norte, obsesionado con el punk y el metal, pero su pasión era el béisbol, que había practicado desde pequeño. Le concedieron una beca para jugar en la universidad. Se lesionó el brazo durante el último año, pese a lo cual acabó la carrera. Después se matriculó en una escuela de formación profesional para obtener el certificado de soldador, mientras se ganaba un dinero extra haciendo striptease en Secrets, un local gay del DC.

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Myers empezó a trabajar en Secrets una noche en que él y sus amigos fueron al club porque daban bebidas gratuitas a los hombres si se quitaban la camiseta. Le ofrecieron trabajo a su amigo, pero este lo rechazó. Myers, con la euforia de la borrachera, dijo que él sí lo aceptaba. Al principio iba totalmente perdido, pero los fines de semana conseguía llenar el local con más de 600 gais cachondos. «Por suerte, lo único que tienes que hacer cuando bailas para los gais es estar desnudo, sobarte las nalgas y moverte al ritmo de la música», dice entre risas. Muchas veces, Myers se agachaba y se abría el culo con las dos manos, pero los del club acabaron prohibiéndoselo porque le daban demasiadas propinas y el resto de bailarines se quejaba.

«Muchos decían que tenían demasiada dignidad como para ir abriéndose el culo delante del público», explica. «Yo me reía en sus caras. "Somos strippers gais, colega"».

Desde que Myers y Alms empezaron a salir, su amor y el sexo los han mantenido unidos. Los dos eran unos obsesos del sexo desde muy jóvenes. Myers incluso se fabricó un Fleshlight con pasta de modelado y un rollo de papel higiénico cuando estaba en sexto curso. Los dos opinan que G. G. Allin se cargó el rock 'n' roll de la mejor forma posible. Siguiendo su mantra, la pareja afirma que solo quieren vivir a su manera, sin importar lo que piensen los demás.

Traducción por Mario Abad.