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Comida

El queso es el mejor remedio para la cruda

La próxima vez que te levantes con el peso de esos tragos extra, no te atasques la primera hamburguesa que se te cruce y mejor ve por un pedazo de queso.
Imagen vía Wikimedia Commons.

El exceso es genial. Sin él, nunca sabríamos qué es el equilibrio y la armonía.

Tenemos que exagerar de vez en cuando, no solo para demostrarnos a nosotros mismos que podemos, sino porque como humanos, o al menos yo lo soy, es nuestro derecho disfrutar. Si bien no los animo a comer hasta que no puedan verse los pies, los invito a beber su peso en alcohol, al menos una vez en su vida.

La mayoría de la gente que conozco (y esto dice mucho de mis amigos) pasa cruda una parte importante de su vida. Ese doloroso momento cuando te despiertas, abres los párpados y brota un dolor de cabeza que late desde la base del cuello hasta la nariz. No puedes recordar bien lo que pasó anoche, solo algunos destellos de cócteles personalizados y el sabor de la bilis y el trago en la parte posterior de la garganta. ¿Les suena familiar? Estos son los momentos en los que duele respirar; cuando te debates si tomar un sorbo de agua te hará vomitar. En el que no estás seguro de si te puedes mover sin marearte o desmayarte. Todos hemos estado ahí, y si tu no, por favor no juzgues.

De todos modos, las crudas apestan. Después de un trago del refresco que crees que va a salvarte, tu boca se llena con saliva espesa que se siente como si viniera directamente desde tu estómago, y la idea de una dona hace que tus entrañas se retuerzan. Lo que realmente necesitas en ese momento es queso.

Lo sé, lo sé. ¿Queso, dices? ¿En serio? Sí. En serio. El queso está lleno de todo tipo de cosas grandiosas: calcio, enzimas, proteínas, Además tiene la increíble propiedad de recubrir cosas, por lo que alivia tu barriga. El queso se hace de la leche y la leche es buena para ti (ayuda a fortalecer los huesos y todo eso). Los lácteos de calidad vienen de animales felices cuyo delicioso amor líquido es la base de las mejores cosas en el mundo. Las vacas producen leche increíblemente cremosa y dulce, por lo que el queso elaborado con leche de vaca puede llegar a ser delicioso. Piensa en el Gruyere añejo o el Comté. Las cabras tienen esa leche exuberante y sabrosa que puede convertirse en una rica creación floral como el famoso Crottin o el St. Maure. Las ovejas tienen la leche más grasosa y poderosa de todas y pueden crear grandes placeres como el Belloc o Ossau Iraty. Las búfalas producen el yogur ácido, la leche ultra grasosa que pide a gritos ser convertida en mozzarella, cremosa y seductora.

Así que la próxima vez que te levantes con el peso de esos tragos extra, no te atasques la primera hamburguesa que se te cruce y mejor ve por un pedazo de queso que te quitará las náuseas.

El queso cura todo. Lo prometo.