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Cultură

El tanque medio vacío

La Madre Naturaleza es una verdadera cabrona capaz de sacudirse al Homo sapiens de encima como si se tratara de un caso de caspa. Y muy pronto, si las cosas siguen como van, las plantas que nos dan semillas morirán, casi todos moriremos congelados, y...

Ilustración por Sam Taylor.

Según la Biblia, justo después de que Dios creara a la humanidad, nos dijo: "Fructificad y multiplicaos, llenad la tierra y sojuzgadla, y señoread sobre los peces del mar, y sobre las aves de los cielos y sobre todas las bestias que se mueven sobre la tierra… He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre la faz de toda la tierra”. Lo que olvidó decirnos, es que todo esto era finito; que si seguíamos cogiendo como conejos y sin protección, pronto el planeta ya no podría dar sustento a toda la raza humana. Esta es una razón más por la cual Dios no es real, y no va a salvarnos de nada. Ya supéralo.

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La Madre Naturaleza, por otro lado, es real y es una verdadera cabrona capaz de sacudirse al Homo sapiens de encima como si se tratara de un severo caso de caspa. Y muy pronto, si las cosas siguen como van (y seamos honestos, así será), las plantas que nos dan semillas morirán, los “meteorólogos” se quedarán sin trabajo, casi todos morirán congelados, y los caníbales recorrerán la tierra, devorando lo que quede de humanitos.

Como una forma de reconocer este terrible —pero inevitable— desenlace, pedimos a nuestras oficinas internacionales que se pusieran el sombrero de investigadores y averiguaran cuáles son los recursos que más rápido se están agotando. Sí, sabemos que sólo le jalas al baño cuando haces del dos y que trabajas en una oficina verde y todo lo demás, pero los problemas que se detallan a continuación no tienen, en este momento, solución. No queda más que sentarse a ver cómo se desarrolla la larga y agonizante muerte de esta piedra flotante que llamamos hogar.

ESTADOS UNIDOS

Este país tiene muchos recursos en abundancia (majestuosas montañas púrpuras, cielos despejados y demás), pero está en peligro de quedarse sin sus bellas olas de granos dorados. Según Steven Stoll, profesor de historia ambiental en la Universidad de Fordham, el número de tierras cultivables en Norteamérica se está encogiendo. Parte del problema es que a los agricultores les resulta más redituable vender sus tierras para desarrollos urbanos, que utilizarlas para lo que fueron destinadas. El American Farmland Trust estima que entre 1982 y 2007, se perdieron 41 millones de hectáreas de espacio rural por esta vía. La erosión del suelo es otra amenaza: un estudio de la Universidad de Cornell descubrió que Kansas, uno de los estados con más cultivos en Estados Unidos, pierde cada año 650 toneladas de capa arable (esa capa fértil de medio metro que contiene todos los nutrientes necesarios para cultivar casi cualquier cosa). Aunque se exportan más de 130 mil millones de productos agrícolas al año, también se están exportando cada vez menos soya y granos. Una de las cosas que mantienen con vida la industria agrícola en Estados Unidos es el hecho de que los precios de los alimentos básicos que se producen sigue siendo alto.

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BULGARIA

El principal problema en Bulgaria es que se están quedando sin búlgaros. Según los datos del Centro para Políticas Demográficas de Bulgaria, su población se encoge a una tasa de entre 70 mil y 80 mil personas al año, o seis personas cada hora. ¿Por qué? Nacen cada vez menos bebés, el índice de mortalidad va en aumento, y los jóvenes con oportunidades de crecimiento profesional limitadas quieren salir corriendo del país. Es muy probable que estos tres factores continúen existiendo en el futuro cercano, y la fuga de cerebros ha sido evidente desde mediados de los ochenta. El Instituto de Estadística Nacional de Bulgaria dice que la población pasó de nueve millones en 1989 a 7.3 millones en 2011. Para 2060, ese número estará por debajo de los seis millones, y en 2134 ya no quedará un solo búlgaro en el país.

ALEMANIA

Aunque Alemania es uno de los países económicamente más influyentes del mundo, y por lo tanto necesita muchos recursos, no cuenta con muchos de los bienes más importantes para la economía como hierro, petróleo u oro. Así que los alemanes, quienes se esmeran tanto en su trabajo, se ven obligados a depender de otros países, y gastan cientos de millones de euros cada año para importar recursos naturales de Europa Occidental, y lugares como Australia, China y Canadá. La única excepción es el carbón, y las minas de este recurso fueron el motor de la revolución industrial del país en el siglo XIX y crearon miles de nuevos empleos en la cuenca del Ruhr y en el Sarre. Pero esos trabajos ya no existen, gracias a que el gobierno comenzó a eliminar los subsidios para la extracción del negro de carbón (el tipo de carbón energéticamente más eficiente) en 2007.

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Según Bernd Lehmann, profesor de geociencia en la Universidad Tecnológica de Clausthal, la extracción de negro de carbón en Alemania se había vuelto demasiado costosa para que el gobierno la siga subsidiando; sin mencionar el hecho de que el país quiere hacer una transición a combustibles que no llenen el aire de humo tóxico y contribuyen al cambio climático. “Alemania está en medio de una transición y necesita, de manera urgente, alejarse de los combustibles fósiles”, dice Bernd, aunque apunta que el carbón será una fuente valiosa de energía por al menos otros cien años, y la extracción de negro de carbón va a la alza en el resto del mundo. Y aunque quizá ya no existirán minas de negro de carbón en Alemania, la excavación de lignito (una fuente de energía más contaminante) continúa igual, pues esa industria no depende del gobierno.

MÉXICO

El maíz es parte vital de México; es posible que fuera domesticado en el Paleoamericano hace diez mil años. En la actualidad, los mexicanos más pobres obtienen la mitad de sus calorías de la tortilla de maíz. Pero el gobierno ha tenido que recurrir a Estados Unidos de forma cada vez más constante para complementar este cultivo primordial. Parte del problema es que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte eliminó las barreras comerciales y obligó a los mexicanos a competir con el maíz estadunidense, más barato y subsidiado por el gobierno; como resultado, muchos agricultores tuvieron que abandonar sus tierras y forma de vida. La importación de maíz proveniente de EU sigue en aumento (creció un 25 por ciento el año pasado), a pesar de que sus precios se han elevado por la expansión de la industria energética del etanol. Los activistas exigen una mayor producción local de maíz, con el eslogan “Sin maíz no hay país”, pero sus reclamos caen en oídos sordos. Sin embargo, la disminución de cultivos de maíz va más allá de factores políticos y económicos. Adolfo Jiménez, consultor de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), echa la culpa al medio ambiente. “Hace diez o 15 años, era posible predecir los tiempos de sequía y de lluvias, pero hoy es difícil saber, y eso afecta la producción de maíz”, comenta. Competir con la industria agrícola estadunidense es mucho más difícil cuando la naturaleza tampoco está de tu lado.

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HOLANDA

Holanda es el octavo productor de gas natural en el mundo y el quinto exportador. Extrae el 30 por ciento del gas natural producido en la Unión Europea, gracias en parte al gigantesco campo de gas Groningen en el noreste del país. Pero el fin de esta vaca gorda está cerca, algo que incluso los partidarios de la industria admiten. “Holanda es cien por ciento autosuficiente”, dice Aart Tacoma, especialista ambiental de NOGEPA, una asociación comercial de compañías energéticas holandesas. “La industria del gas en Holanda genera 12 mil millones de euros en fondos públicos cada año Y ese número va en aumento. Pero el gas es cada vez más escaso, y eso implica que Holanda será más dependiente de gas importado. “Se estima que los campos de gas natural en el país serán agotados en 70 años, y cuando eso ocurra, la economía estará en serios problemas. Tendremos que importar de Rusia y Noruega, pero ellos tienen otro tipo de gas, lo que nos obligará a construir otro tipo de hornos”, dice Aart. “Los ingresos fiscales y la tasa de empleo también caerán”.

ITALIA

Cada año, se pescan entre 50 mil y 80 mil toneladas de sardinas y anchoas en los mares de Italia, pero gracias a algunas prácticas poco amigables con el ambiente es sólo cuestión de tiempo antes de que Italia se quede sin estas delicias saladas. La razón más importante de la caída pesquera es una técnica llamada a volante, la cual involucra arrastrar una red suspendida entre dos barcos, por encima del lecho marino. En los 15 años desde que se adoptara esta práctica, se ha vuelto la norma en zonas pesqueras clave como Chioggia, Pila di Porto Tolle y el Estrecho de Sicilia, y el número de barcos de arrastre ha aumentado 130 por ciento entre 1995 y 2012. Ni el gobierno italiano ni la Unión Europea han realizado un estudio científico para medir los efectos de este tipo de pesca (todavía la llaman “experimental”, aunque ha sido utilizado por más de una década), y muchos aseguran que ha tenido un impacto devastador sobre la fauna. Según Allesandro Gianni, director de la campaña de Greenpeace en Italia, los estudios demuestran que las poblaciones de anchoas y sardinas se han reducido más de 75 por ciento desde los años noventa. Por supuesto, esto ha llevado a un aumento en los precios de estos productos, lo que a su vez ha llevado a más pesca, perpetuando así un círculo vicioso. Greenpeace advierte que, eventualmente, la sobrepesca llevará a la escasez tan dramática de anchoas y sardinas que los pueblos que dependen de esta industria se colapsarán, y los italianos se quedarán sin el ingrediente favorito de sus pizzas.

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AUSTRALIA

En los últimos 200 años, Australia ha experimentado una mayor reducción en el número de especies de flora y fauna, respecto a los otros continentes, lo que cobrará grandes facturas al ambiente y la economía en el futuro cercano. Nicholas Mikhailovich del Instituto para Futuros Sustentables de la Universidad de Tecnología en Sidney, dijo que conforme las plantas y animales sean amenazadas y se extingan, será más difícil para la naturaleza continuar con la polinización natural de los cultivos, y por lo tanto será más difícil para los humanos cultivar las plantas que nos mantienen con vida. También está el turismo, una industria que contribuye 35 mil millones de dólares a la economía cada año y que representa el 2.5 por ciento del PIB australiano. Sólo el Parque de la Gran Barrera de Coral genera 5,400 millones de dólares al año, pero ten por seguro que cada vez menos personas visitarán el lugar si los arrecifes y su fauna mueren por la acidificación del océano, lo que ocurrirá para el 2050, según Nicholas. La principal amenaza a la biodiversidad en Australia es la industria minera, la más grande en todo el país, la cual parece estarse acelerando. Los ecosistemas más frágiles como el Desierto de Simpson, el Kimberley y Cairns han sido marcados para futuros proyectos mineros, lo que exacerba la amenaza ambiental. Por desgracia, la dependencia económica de Australia en sus minas (la industria representa diez por ciento del PIB) garantiza que las plantas y animales continuarán en la ruta de la extinción.

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SUECIA

La industria maderera en Suecia se conoce como “la columna de la economía sueca”, pues la madera es una de las principales exportaciones del país, y más del 60 por ciento de su territorio está cubierto por bosques. Esto no implica que los suecos vivan en un paraíso forestal; muchos de estos bosques son de recuperación, lo que implica que están controlados por el gobierno y los taladores, y apenas el uno por ciento son bosques primigenios. Ese es un gran problema, porque, aunque se planta cien millones de hectáreas cada año para reemplazar los 80 millones de hectáreas taladas, los bosques cultivados por el hombre no producen esos viejos y decadentes árboles conocidos como madera muerta, que dan sustento a los pequeños organismos y que son vitales para el ecosistema forestal. Según el entomólogo Gunnar Isacsson de la Agencia Forestal Sueca, hacen falta miles de años para generar suficiente madera muerta para que ciertas criaturas puedan vivir, y debido a la extinción casi absoluta de bosques primigenios en Suecia por culpa de la industrialización, varias especies (como el pájaro carpintero de lomo blanco y el escarabajo de antenas largas) están en peligro de extinción o ya han desaparecido por completo.

REINO UNIDO

Los campos de gas natural del Reino Unido en el Mar del Norte han generado mucha riqueza para el país en las últimas décadas, pero eso está quedando rápidamente en el olvido. La producción alcanzó su límite en el año 2000 y ha habido una marcada disminución desde entonces. Reino Unido se volvió un importador neto de gas natural el año pasado, algo que nadie quería ver. Parte del problema es que el país usa este recurso para producir gran parte de su electricidad gracias al dash for gas de los noventa, cuando se construyeron varias plantas de energías de gas, un recurso que en ese momento era accesible y barato. Es casi imposible predecir cuándo se acabará el gas en el Mar del Norte, porque las reservas y la facilidad de extracción afectan el precio, lo que cambia la demanda. Pero si la producción continúa decayendo al ritmo actual, llegará a cero en 2015. Eso implica que el gobierno tendrá que comprar todo su gas a alguien más (por ahora, su principal fuente es Qatar). Es fácil imaginar un futuro en el que Reino Unido dependa de otros países para saciar su demanda energética, y eso podría tener terribles consecuencias, desde un aumento de precios y escasez, hasta guerras por recursos.

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AUSTRIA

Todos los expertos con los que hablamos están de acuerdo en que Austria no se quedará sin recursos naturales en el futuro próximo. El país es rico en petróleo, cobre, zinc, lignito, madera, hierro, minerales y magnesita, y varias industrias extraen 169 millones de toneladas al año. Robert Holnstiener del Ministerio Federal de Economía, Familia y Juventud dice que cualquier escasez que sufra el país se debe a problemas geopolíticos, y no a la falta de recursos. Sin embargo, la industria agrícola en Austria está en problemas, pues las pequeñas granjas son cada vez menos redituables. A diferencia de Estados Unidos, estas granjas no están siendo reemplazadas con proyectos urbanos sino con bosques, los cuales no serán saqueados por taladores, ya que Austria todavía importa madera. Al parecer, a los austriacos les va bien la idea de abandonar sus granjas y dejar que la naturaleza siga su curso.

POLONIA

Según el Instituto de Geología de Polonia, el país se quedará sin zinc y plomo antes que sin otros minerales. El plomo se utiliza para producir baterías, cables, ductos, pintura y esas enormes cobijas que usas en el dentista cuando te sacan rayos X. El zinc se usa principalmente como anticorrosivo, lo que evita que las cosas se oxiden y se rompan. Mirosław Rutkowski, vocero del Instituto de Geología de Polonia, dice que es difícil predecir la condición de los recursos naturales de su país en el futuro, pues no sabemos a dónde nos llevará la tecnología. Hace veinte años nadie se habría imaginado que buscaríamos litio, el cual se usa para hacer baterías de celulares. Pero es seguro que Polonia necesitará plomo y zinc mucho después de que sus reservas se hayan agotado.

BRASIL

El niobio es un metal gris, suave, brillante y poco conocido que vale más que el oro hoy en día. Es tan maleable y flexible que se ha vuelto esencial para la industria espacial, la tecnología nuclear y de construcciones pesadas, así como para la producción de instrumentos médicos como prótesis y componentes para máquina de IRM (resonancia magnética) y escáneres de TC (tomografía computarizada). El niobio también es resistente a la corrosión y a altas temperaturas. Brasil tiene 98 por ciento de las reservas y casi 75 por ciento del niobio que se usa en el mundo proviene de una sola mina en la ciudad de Araxá, al sudeste del país. Pero el niobio no estará ahí por siempre. La pregunta es: ¿qué hará el mundo cuando Brasil se quede sin este recurso? Algunos de los minerales que lo podrían reemplazar son el titanio, el tungsteno y el tantalio, pero todas esas alternativas son más costosas. Con suerte, encontraremos otro metal mágico antes de que le digamos adiós al niobio. Pero esto podría ser dentro de cientos de años, para entonces ya todos estaremos muertos.