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Cultură

En defensa del conductor manolarga

Tenemos que agradecer al tarado de Enrique Tovar.

Idea para cortometraje de terror: una mujer lee saludos del público en un programa de música grupera en Ciudad Juárez mientras un hombre baila a su alrededor dedicándole una canción sobre sus "cosotas". La mujer sigue leyendo incómodamente. El hombre intenta levantarle la falda y ella le pide que pare. Él no la toma en serio y continúa. La mujer sigue hablando, es una broma, es el trabajo, el show debe continuar. El hombre comienza a jugar con el collar de ella y pide un acercamiento de las cámaras. Es él quien se acerca más. Toca un seno de la mujer con la punta de su dedo. "¿Qué tienes ahí?", pregunta. Ella se enoja, le da algunos manotazos que para él son parte del juego. La mujer le reclama que le haya agarrado "la bubi", él se sorprende por su molestia, se defiende diciendo que no se la agarró, que si se la hubiera agarrado le "hubiera hecho algo así", y le toca la teta de nuevo, ahora con toda la mano. La mujer dice que así no puede trabajar. Mientras ella se quita el micrófono para salir del set, el hombre se disculpa con los televidentes por la penosa conducta de su compañera: "está hormonal", "se le subieron las ubres". Fade to black.

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Fade to black de alma, también.

Ya todos lo vieron. Y si no aquí está:

Todo es terrible y deprimente en la escena, pero no todo está mal.Hace poco ese necio muerto viviente que es la televisión nos regaló uno de los momentos más hermosos con el famoso "López Dóriga me la pela", y ahora nos da el más aterrador con el conductor Enrique Tovar tocándole las chichis a Tania Reza, su compañera del programa A toda máquina de Televisa, y disculpándola con el público por rechazarlo y molestarse.

En defensa del conductor manolarga, hay que reconocer que su estupidez absoluta, su machismo y su asquerosidad ofrecieron una prueba de fuego sobre qué tanto ha calado el mensaje que, necesariamente, se ha repetido una y otra vez en distintos medios: cualquier acercamiento intencional y no consensuado es acoso. Y parece ha llegado lejos; al menos se ha extendido por el barrio de la red social.

Sorprendentemente, la opinión sobre el video no se dividió como, en el mejor de los casos, suele pasar: entre indignación y "pues para qué tiene chichis si no quiere que se las agarren". Esta vez la mayoría de las reacciones entendieron el hecho como un caso de abuso y violencia de género y condenaron los actos del conductor del mal. Idea para comprobarlo: buscar en Twitter o Facebook Tania Reza y/o Enrique Tovar.

Incluso cuando en una penosa estrategia de control de daños se difundió un video, a través de la cuenta de Youtube de Televisa Prensa, en el que ambos conductores explicaban que todo había sido una broma planeada, la opinión no cambió mucho.

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Luego Televisa lanzó un comunicado de prensa donde anunció el despido de ambos conductores:

Y Tania escribió en su página de Facebook un mensaje anunciando que la presionaron a grabar el video de aclaración y echarse la culpa:

Y a pesar del giro, de todos los giros de los hechos, se conservó la indignación general. Aún si Tania estuvo de acuerdo con la escena, lo que ésta representa es reprobable. Parece que internet lo sabe cada vez más: no es una broma, no es gracioso, no hay otro lado de la moneda porque no es una moneda, sino una desgracia. No hay indulto para el caso. Actuado o real, broma o no, el video es una muestra muy cruda de la violencia de género que cada vez menos personas están dispuestas a justificar.

Con un pequeño video viral los conductores lograron lo que un maratón de la Rosa de Guadalupe con sus mensajes confusos y sus historias blandengues para crear conciencia nunca iba a lograr: pusieron en evidencia en televisión abierta y explicado con peras y manzanas (o con manos y chichis, será) que cualquier mirada, palabra o tocamiento no consensuado es asqueroso y no se debe tolerar ni se puede desestimar porque "lo merece", "se ve que quería", "se lo buscó" ni, por supuesto, porque "lo rechazó porque está hormonal".

Posiblemente el mensaje de que no es violencia de género si lo hago en juego va a seguir existiendo en la televisión, pero podría morir con ella si no se sigue replicando en otros medios. Por eso aún no basta del tema, porque aunque ya no es (tan) sólo un juego, ya no es (tan) aceptable, ya no es (tan) natural, la televisión y su mensaje son zombis obstinados a los que para morir de verdad aún les falta mucho más.

Por ahora: gracias a la televisión por darnos uno de sus peores espectáculos en un momento perfecto. Televisa, Tania Reza y Enrique Tovar vinieron a demostrar que no se ha hablado suficiente sobre acoso y violencia de género, pero lo que se ha dicho ha servido de algo. Parece que estamos entendiendo cada vez más la violencia de género como violencia y ya no como exageración o responsabilidad de la parte violentada. Ya se avanza, pero por todo lo que falta: no dejen de escribir, no dejen de desentrañar el problema. No dejen de hablar. Y cuando duden: piensen en el tarado de Enrique Tovar.

@diamandina