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En Vietnam hay un problema de alcoholismo y la cantidad de bares no ayudan en nada

Al parecer, también están diseñados para hacer que tomes hasta que vomitar.

No hay una palabra vietnamita para decir "resaca", algo sorprendente si tomamos en cuenta la tradición nacional de beber en exceso. No obstante, hay una cervecería llamada The Hangover IV (¿Qué pasó ayer? Parte 4). Básicamente, Se trata de un local cuyo nombre es una enorme violación a los derechos de autor que está lleno de meseras uniformadas sirviendo cantidades infinitas de cerveza y al fondo del local dos posters luminosos con caricaturas de la deplorable película (Zach Galifinakis con un mono y Ken Jeong como el Rey de corazones). Los muros están decorados con lemas orwellianos que exaltan las virtudes de la cerveza hechos con luces de neón y posters que desentonan:

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"La gente buena toma cerveza".

"Mantén la calma y bebe cerveza".

"No puedes comprar la felicidad, pero sí puedes comprar cerveza. Son casi lo mismo".

La cervecería Hangover IV se inauguró hace un año más o menos, durante la época en la que la ciudad de Ho Chi Minh se llenó de bares especializados en cerveza. Las cervecerías son muy diferentes de los bares convencionales en Vietnam. Por muchos años, los hombres vietnamitas bebían en restaurantes inundados de testosterona donde las meseras servían cerveza caliente sobre cubos de hielo para grupitos de amigos y colegas que bebían al unísono. Las "cervecerías" son diferentes porque sirven cantidades enormes de cerveza en yardas de plástico en un ambiente con música a todo volumen.

Al parecer, también están diseñados para hacer que tomes hasta vomitar.

Hace no mucho, el Hangover IV estaba a su máxima capacidad en viernes por la noche a las 9PM. Una dj muy bien dotada tocaba música house y movía sus caderas en una plataforma elevada mientras que un joven mago, vestido completamente de negro, se sacaba un pañuelo del ojo. Al menos cuatro mesas tenían un pastel de cumpleaños en el centro. Parecía que todo el mundo estaba de buen humor porque todos posaban para las fotografías, repartían rebanadas de pastel e invitaban a cualquier persona a que brindara con ellos y se terminara una cerveza.

Todo es diversión hasta que entras al baño, donde hay un gran lavabo con una llave y un desagüe muy amplio.

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Le pregunte a Tam, una mesera que lleva diez día trabajando ahí, y me respondió: "¿te refieres al lavabo?". El gerente me confirmó que así le llamaban en esa cervecería, por así decirlo, es usado como un "lavabo para vómito".

A las 11PM descubrí a dos hombres vomitando con mucha fuerza en el lavabo. Atrás de ellos había un poster donde se veía un hombre con la cabeza en el retrete.

En el poster estaba escrita la frase: "A esto se le llama RESACA".

En una semana busqué cervecerías similares en Saigon y descubrí que todas tenían lavabos para vómito llamados "bồn ói/nôn".

La situación no siempre fue así en Vietnam. Este país pasó de ser uno de los más pobres en el mundo, a ser un lugar donde las fiestas de cumpleaños consisten beber en exceso y vomitar. No todos se sienten cómodos con eso. En realidad, la mayoría de los habitantes no están de acuerdo con el rumbo que está tomando la cultura del alcoholismo en Vietnam, pero nadie hace nada para evitarlo.

En cuanto a las regulaciones, el gobierno no toma en cuenta el consumo excesivo del alcohol. Un funcionario de la salud pública admitió que tomar de forma irresponsable ha provocado violencia intrafamiliar y accidentes de motoicletas. Pero lo único que han hecho es prohibir la venta de cervezas a partir de las 10 de la noche, prohibir el consumo de alcohol en la vía pública y a las mujeres embarazadas o en lactancia. Los periódicos ridiculizaron la ley seca y la Asamblea Nacional la derogó poco después.

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Hace poco, a un genio se le ocurrió una nueva ley para obligar a las cervecerías a tener aire acondicionado, algo que sólo hace que la experiencia de beber alcohol en exceso sea un poco más cómoda. Y claro, ninguno de estos esfuerzos han disminuido el entusiasmo nacional por ponerse hasta la madre.

He aquí un ejemplo: El pasado 12 de agosto, en un restaurante/karaoke en la provincia Binh Phuoc, el subdirector del Departamento de Relaciones Internacionales rompió un tarro de cerveza en la cabeza del subdirector del Departamento del Interior. Éste último salió corriendo y gritando del restaurante con la cabeza llena de sangre mientras el subdirector del Departamento de Relaciones Internacionales lo insultaba a gritos.

La pelea inició cuando a uno de ellos se le olvidó bridar con el otro. Era apenas mediodía en martes. Acababan de completar un curso para funcionarios públicos. Ambos se disculparon más tarde. Estaban ebrios.

Esta historia en sí no es muy común (llegó a ser noticia nacional). Sin embargo, ocurrió un año después de que el vice primer ministro le solicitara a los funcionarios en las provincias que hicieran cumplir la ley aprobada en 2012 que prohíbe consumir alcohol en horas de trabajo.

"En Vietnam, salir durante horas de trabajo para ir a tomar es muy difícil en comparación con Australia", dijo Lukas Parker, asistente de profesor de mercadotecnia que ha llevado a cabo investigaciones encubiertas para el campus local del Royal Melbourne Institute of Technology (Instituto real tecnológico de Melbourne). "La presión para divertirse es muy intensa", aseguró.

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Y sigue empeorando. Parker ha estudiado el comportamiento de los consumidores en cervecerías como Hangover IV. Lo malo (o lo más inteligente) de estos nuevos establecimientos, dijo Parker, es que inhiben la capacidad que tiene la gente de llevar la cuenta de lo que han tomado.

En Hangover IV, al igual que en muchas otras cervecerías en Vietnam, apenas entras al establecimiento y ya estás rodeado de meseras y chicas lindas que te animan a comprar cerveza de la marca que promocionan sus vestidos. Ya que ordenaste, regresan constantemente a tu mesa para volver a llenar tu vaso.

Siendo honestos, los vietnamitas apenas toman la mitad de la cerveza que suelen tomar los estadunidenses, aunque cada año la brecha se acorta más y más. Ahora son los consumidores de cerveza número uno per cápita del Sudeste Asiático, y cuando toman, lo hacen hasta vomitar.

Un director de proyectos de construcción jubilado que vive en Hanoi me dijo que empezó a ver lavabos para vómito hace casi diez años en cantinas ubicadas en la Región Delta del Río Mekong, donde los llamaban hò —que es la palabra que usan los remeros para llevar el ritmo y el sonido que hace la gente cuando vomita—.

El doble significado no es ninguna coincidencia. Así como el remero debe empujar su remo, el que bebe debe bajar su tarro en el momento indicado.

"Gracias a dios no tienes viniste aquí para discutir sobre negocios", dijo.

Dicho esto, hablar de lavabos para vómito hizo que una amigo irlandés que vivió 20 años en Hanoi recordara el "Army Bia Hơi" (se llamaba así porque vendía alcohol a un precio muy bajo junto al museo de la armada). Según mi amigo, el lugar cerró hace varios años. Este establecimiento atraía más que nada a señores que intentaban esconder su calvicie y que sólo querían beber no poder más. Por lo tanto, la mitad de los cubículos del baño no tenían nada más que un lavabo a la altura de la barbilla.

"Cuando entrabas al baño, lo único que veías era vómito en todos lados excepto en los lavabos", dijo con un aire de nostalgia. "Era la clase de lugar que siempre olía a cerveza, vómito, carne de perro y salsa de gambas… pero era divertido".

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