FYI.

This story is over 5 years old.

Noticias

Es hora de hablar de la inseguridad en México

A casi un año y medio del gobierno de Enrique Peña Nieto, seguimos esperando a que disminuya la violencia en el país.

El estado de Morelos sobresalió por primera vez en el tema de inseguridad después de la muerte del hijo del escritor Javier Sicilia, quien convocó a una marcha en Cuernavaca por la paz para llegar a la Ciudad de México. Al menos 3 años después, los números rojos no descendieron para la tranquilidad de los morelenses, por lo que más de 15 mil personas salieron a marchar nuevamente, esta vez por el asesinato de Alejandro Chao Barona, un catedrático de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos y su esposa.

Publicidad

La reacción de Graco Ramírez, gobernador de Morelos es la misma que ha mantenido desde hace 18 meses que lleva de su sexenio: afirmar en redes sociales que se investigará el hecho y que no quedará impune. Luego denunciar que sus opositores utilizarán este hecho para "golpear" sus "resultados" en seguridad pública.

Y con el emblemático 'Ya estamos hasta la madre' del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD), el rector de la universidad estatal acompañado de Sicilia y los miles de ciudadanos morelenses, exigieron justicia pues incluso dudaron de la 'rapidez' con que capturaron a los presuntos homicidas y pidieron que ojalá así fuera en todos los casos que aún siguen impunes y sin resolverse.

Apenas con algunos meses en la presidencia, el New York Times ya cuestionaba la estrategia contra la inseguridad de Enrique Peña Nieto comparándola con la del ex presidente Felipe Calderón, cuya guerra contra el narcotráfico dejó más de 100 mil muertos. El diario estadunidense aseguró que en cada sexenio una figura grande de la delincuencia cae para dar legitimidad a cada gobierno y que ya se esperaba que durante el sexenio de Peña así fuera.

Es de suponer que la cantidad de capos que han sido abatidos o capturados es proporcional a la carencia de legitimidad que existía entonces. Hablamos pues de los más destacables como Nazario El Chayo Moreno que fue abatido, también Enrique El Kike Plancarte Solís de los Caballeros Templarios, por mencionar algunos.

Publicidad

Foto vía.

En Tampico el panorama es parecido, y es que mientras todos los medios y muchas autoridades se enfocaron en intentar resolver los conflictos de la zona de Tierra Caliente en Michoacán, los otros estados lentamente surgen en el mapa de la inseguridad.

Para Tamaulipas, el domingo fue un chiste de humor negro de mal gusto: mientras al menos 10 mil personas vestidas de blanco salieron a protestar por la paz y seguridad, varios automóviles fueron incendiados en ciudad Madero, en lo que se reportó como un  ajuste de cuentas por parte de miembros del cártel del Golfo. Lo preocupante es que Tamaulipas lleva días sobrepasado por la violencia y con numerosas muertes violentas, el gobernador priísta Egidio Torre Cantú justificó que estos acontecimientos son producto de la estrategia que se aplica contra los grupos de delincuencia organizada y que el combate frontal está dando resultados.

Los escenarios son sanguinarios y desastrosos, con grupos de hombres armados en calles de Ciudad Madero, enfrentamientos con policías federales, narcobloqueos a carreteras e incendios a vehículos.

Tan solo en los dos primeros meses del 2014 se contaron 2 mil 920 víctimas de homicidio doloso a nivel nacional, según el Observatorio Nacional Ciudadano (ONC). El Estado de México encabeza la lista, seguido por Michoacán, Guanajuato, Guerrero, el DF y Chiapas.

Foto vía.

Tamaulipas, por otro lado encabeza la lista de secuestros hasta febrero del 2014, después Michoacán, seguido por el Estado de México, Morelos y Veracruz. Mientras que en el 2013 las denuncias de secuestro y extorsión alcanzaron sus cifras máximas históricas a nivel nacional.

A las dos semanas de haber tomado protesta como Presidente de México, Peña Nieto presentó su nueva estrategia de seguridad pública basada en seis líneas de acción para disminuir la violencia. En el que el principal punto era la planeación: no pensaban improvisar ni actuar nada a corto plazo. "La política de seguridad no será reactiva", dijo EPN. El tercer punto consistía en el respeto y protección a derechos humanos, donde incluso reestructurarían el Instituto Nacional de Migración. El cuarto era la coordinación con los gobiernos estatales y con el DF. Entre otros no tan prometedores.

La preocupación aumenta entre la población, sobre todo cuando las autoridades justifican que todos los actos violentos que se viven en el país "son parte de la estrategia" porque entonces no cambia nada. Como cuando Felipe Calderón dijo que las muertes de los civiles en enfrentamientos eran "bajas colaterales". Sólo porque es parte de su planeación, no significa que todo el país tiene que aguantar y aceptar las pérdidas humanas. ¿Es que México espera otro sexenio lleno de miles de víctimas mortales y aumento en la violencia?

Sigue a Estefanía en Twitter:

@unaestefania