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Cultură

El conductor más enojado del mundo se da en la madre al intentar patear a un ciclista

Este video que se viralizó el fin de semana es una obra de arte. Es nuestra 'Mona Lisa'. Dale play y disfruta.

Todas las captura de pantalla vía YouTube

Vean este hermoso video que se volvió viral el fin de semana en Inglaterra, donde un hombre encabronadísimo con un ciclista lo persigue, intenta patear la llanta trasera de la bicicleta y se cae en el intento, golpeándose la cara y mostrando una furia tan pura e intensa que es casi hermosa, una furia tan eterna que el copiloto ni siquiera parpadea, está tan acostumbrado a ella, que ni dice nada.

En el minuto 2:52 ocurre mi cosa favorita en el mundo, y eso es cuando dice: "ponte el… ¡CÁLLATE LA PINCHE BOCA!" En resumen, Papá Peugeot está enojado por la clásica razón por la que se enojan los automovilistas enojones: los ciclistas no son coches y por lo tanto, "no obedecen las reglas de la vialidad". Y entonces el ciclista se da cuenta de que Papá Peugeot no trae cinturón, por lo que también está violando las reglas de vialidad y le dice: "Póngase el cinturón". Es entonces cuando el furioso Papá Peugeot grita: "ponte el… CÁLLATE LA PINCHE BOCA".

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Es la oración perfecta. Ésta es la oración perfecta. Se desliza y baila en la boca. "Ponte el…" empieza, repitiendo la instrucción que le dieron a él y luego hace una pausa, dándose cuenta de que no tiene ninguna palabra que quede con "ponte", por lo que cambia la orden mientras intenta ponerse el cinturón desesperadamente y entonces recuerda el punto del enunciado: preguntarle al ciclista si le importaría guardar silencio. Qué hermoso.

La rabia de papá enojado es hermosa, porque eso es lo que es: un papá encabronado. El ciclista llega por detrás y dice: "muy cerca, muuuuy pinche cerca" y Papá Peugeot se encabrona mucho. Llegó de inmediato al 100 sin haberse acercado nunca al 0. El 0 fue el día en que nació y desde entonces se la ha pasado en 100. "OYE", dice. "¿QUÉ TAN PINCHE GRANDE ES ESA BICI?" Y una y otra vez: "¿Ah, sí?" lleno de rabia. Me encanta. Imagínate andar manejando por ahí siendo una eterna fuente de furia. En un Peugeot. Y de nuevo fíjate cómo el copiloto no dice nada. Está acostumbrado. Es un enojo ordinario. Es el hombre más enojón del mundo.

Sin embargo, lo maravilloso del video está en la caída: un gracioso y perfecto momento de karma que trasciende lo "chistoso" y se convierte en "arte" al verlo en cámara lenta.

Es en la patada de Papá Peugeot del minuto 3:25 cuando se da cuenta de que su simple cuerpo no puede alcanzar a una bicicleta y en un momento de intensa desesperación gracias a su enojo intenta patear la llanta trasera, pero se le va el pie y entonces…

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… entonces se da cuenta de que va a caerse, inclinándose hacia la izquierda, impulsado por su propio y débil pie pateador, el Judas de sus pies, el pie que lo traicionó cuando más lo necesitaba…

… y sigue cayendo —lo sabe— y su velocidad de alguna forma le quita los lentes de la cara…

… y entonces ahí, en el momento de la verdad, con los pies en el aire y los brazos extendidos hacia el inevitable impacto del suelo debajo de él, el concreto se acerca para saludarlo y luego sigue un momento de calma; su cara está tranquila y acepta las cosas, su cuerpo está listo para el destino que su enojada mente le ha deparado y sabe que habrá dolor, un dolor tan profundo no sólo en sus dedos y rostro, sino también en su ego, abollado como el capó de un Peugeot después de atropellar a un ciclista.

Éste es el momento que se alargará por toda la eternidad. Es un momento de arte y belleza. ¿Acaso el 2015 nos había dado un momento más perfecto que éste? No. Este momento debería ser impreso en un lienzo y colgado en un museo para la posteridad. Se debería cobrar y hacer una fila de horas para ver este momento. Debería haber guardias con radios a cada lado de este momento. Los ladrones más sofisticados intentarán robarse este momento. Los falsificadores harán replicas baratas. Ésta es nuestra Mona Lisa.

Hombre en el suelo, 2015.

Hombre desesperado y con el trasero al aire por haberse caído de la banqueta, 2015.

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¡Uuhh!, 2015.

Los comentarios de YouTube —y gran parte de la discusión desde que el video se viralizó— se enfocan en decidir quién está bien y quién está mal, haciendo de este incidente una simple campaña del bien contra el mal: bicicletas contra coches.

Pero enfocarnos en eso es olvidar lo esencial del video, y eso es que ésta es la cosa más hermosa que cualquier generación reciente haya creado. Los coches y las bicicletas se perderán con el tiempo, pero Papá Peugeot seguirá. Todos viviremos y moriremos, pero Papá Peugeot cayendo de nalgas gracias a su eterna rabia vivirá por siempre.

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