"La mayoría de los policías son amables, sólo hace falta acercarse a ellos para comprobarlo, pero si llegan mentando madres, pues no se puede. Lamentablemente, en nuestro trabajo, uno debe acostumbrarse a malos tratos. Los medios y la cultura son los que nos hacen mala fama… seguro tú escribirás algo malo de mí (risas), es una broma, tranquilo".
"La gente piensa que todos los policías de tránsito nos dedicamos a pedir mordida, pararnos en un semáforo o joder a la ciudadanía, pero la realidad no es ésa. Mira, aquí estoy de valla para que estos no pasen, (risas)".
"Yo sólo cumplo con mi trabajo. Así como tú das información, mi trabajo es dar seguridad. Cada quien ve cómo llevar el pan a la casa".
"Yo lo hago por mis hijos. Veo a estos chavos y pienso en ellos, da tristeza ver a tanto chamaquito detenido, pero ni modo los debemos detener porque de otra forma no aprenden".
"Claro que da miedo. Ver a tantas personas protestando te estremece, es un trabajo de riesgo, pero debemos proteger nuestro hogar, nuestra ciudad".
"Suelo aconsejar y tratar como me gustaría que la gente me trate, no me gusta que piensen que todos somos iguales".
"Nuestra última acción será actuar por la fuerza, pero también somos humanos, en algunos casos habrá que defendernos. Ponte a pensar, ¿a ti te gustaría que te avienten piedras o te golpeen?"
"Muchas veces sólo se le reconoce a los artistas o algunos los políticos que hacen cosas buenas, la gente no voltea a ver lo que nosotros hacemos por ellos, no es una profesión muy querida".
"Siempre quise ser policía, pero llegas a las calles y se te va quitando esa ilusión, es muy pesado".
"Puede que la gente esté harta del gobierno y por eso hay tanta marcha, pero la realidad es que en México la gente es huevona, lo más fácil es venir y caminar en Reforma, pero no hacen nada más".