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Estos veterinarios se dedican a extraerle los cuernos a los rinocerontes sudafricanos

Hasta que se legalice la venta de cuerno de rinoceronte, esta parece ser la mejor manera de evitar que los maten.

​Era un día caluroso de julio en Hoedspruit, Sudáfrica, cuando el veterinario Peter Rogers recibió la llamada: una banda de cazadores furtivos acababa de dispararle a un rinoceronte en la cabeza. Pero no había muerto, el animal estaba herido y aterrorizado, y había estado corriendo muchos kilómetros. Cuando Rogers y su equipo llegaron, el rinoceronte se había derrumbado por el agotamiento. Antes de que llegara más ayuda médica, el gran animal había dado su último y estremecedor estertor.

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Veterinarios como Rogers esperan evitar futuras tragedias como esta al ser los primeros en llegar y ​quitarle los cuernos a​ los rinocerontes antes de que lo hagan los cazadores.

Roger es uno de los pocos veterinarios de fauna silvestre —menos de una docena en Sudáfrica— cuyo trabajo los lleva a la primera línea del problema de los cazadores furtivos. Todos los días se reciben llamadas telefónicas sobre incidentes de este tipo.

"Poder ayudar a un rinoceronte es la excepción", dice Rogers. "Casi siempre los encontramos muertos, con la mitad de la cara arrancada a hachazos. Los cazadores son unos completos bárbaros".

El rinoceronte Geza, cortesía de Mike Holmes.

Durante los últimos años se ha presenciado la peor ola de caza​ de rinocerontes de la historia reciente, debido a un aumento en la demanda por parte de millonarios vietnamitas y chin​os que usan los cuernos para fines seudomedicinales y como símbolo de estatus. Sudáfrica, hábitat del ochenta por ciento de los ​25 mil rinocerontes africanos que aún están vivos, ha sufrido esta oleada con especial intensidad. A medida que la situación se torna desesperada, veterinarios como Roger han comenzado a implementar lo que parece ser una solución radical: sacar el cuerno de los rinocerontes para detener a los cazadores.

La idea parece haber tenido cierto eco: el gobierno de Namibia apoyó oficialmente la estr​ategia. Pero los veterinarios de Sudáfrica, quienes deben atender a la mayor población de rinocerontes del planeta, dependen de la cooperación de pequeños parques privados, que cuentan con mejor equipamiento, para poder llevar a cabo esta estrategia.

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Los parques privados, al menos, reciben incentivos por apoyar el descornado. El ecoturismo es uno de los mayores sectores de Sudáfrica y los rinocerontes muertos no contribuyen demasiado a crear buenos recuerdos de las vacaciones. Por otra parte, algunos turistas extranjeros pagarían mucho dinero por presenciar cómo descuernan a un rinoceronte.

"Es una gran forma de ganar dinero", dice Max Emanuel, estudiante de veterinaria de la Universidad de Pennsylvannia que hizo un voluntariado de verano en la clínica de fauna salvaje de Rogers. "Un safari es una cosa, pero ver cómo le extraen el cuerno a un rinoceronte es una nueva experiencia para muchas personas".

Rogers comenzó su carrera capturando y reubicando rinocerontes a fines de los ochenta. Ahora aprovecha sus conocimientos para realizar una operación que parece sacada de Jurassic Park.

La cosa funciona así: el veterinario y el director del parque se suben a un helicóptero, ven a un rinoceronte y le disparan un dardo cargado con un poderoso opiáceo.

Preparación de un rinoceronte para la extracción del cuerno, cortesía de Max Emanuel.

"El resto de nosotros lo perseguimos por tierra. De repente el rinoceronte aturdido se tambalea unos minutos y se derrumba", dice Emanuel, explicando un caso real.

Luego es una carrera contrarreloj. Se ata al rinoceronte a un árbol y se controla cuidadosamente su frecuencia cardiaca mientras un equipo de científicos sacan muestras de pelo y sangre. Finalmente, se corta el cuerno del rinoceronte aproximadamente ocho centímetros por encima de la base, una distancia segura que evita cortar la nariz del rinoceronte.

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Extracción del cuerno de un rinoceronte, cortesía de Max Emanuel.

Reanimar a un rinoceronte tras la operación es la parte más arriesgada de todo el proceso. Después de una dosis de naltrexona, cuya composición química es similar al fármaco utilizado para tratar sobredosis de he​roína, la bestia de dos toneladas pasa de un estado comatoso a estar muy despierta y asustada.

"En ese momento tenemos que subirnos al todoterreno lo más rápido posible", dice Emanuel.

Puede que cortar el cuerno sea una solución disuasiva, pero el proceso es peligroso, complejo y depende del apoyo de los parques. Pese a que Emanuel ayudó a Rogers en la extracción del cuerno de casi cuarenta animales durante el verano, los cuernos están hechos del mismo material de nuestras uñas y vuelven a crecer, por lo que es necesario repetir la operación cada pocos años.​

Cuernos de rinoceronte, cortesía de Max Emanuel.

Mientras tanto, la crisis de los cazadores furtivos no muestra signos de remitir. En 2007, 13 rinocerontes fueron asesinados para la extracción de sus cuernos. Este año en Sudáfrica es la primera vez en la historia reciente en que los asesinatos superan a los nacimientos, según nos dijo Rogers.

No ha sido siempre así. De hecho, para muchos veterinarios en África, el curar rinocerontes heridos es una nueva experiencia.

"Hasta que se produjo el aumento de cazadores furtivos en 2007, los veterinarios no tenían muchos conocimientos sobre esta especie", afirma el doctor Wil​liams Fowlds, otro veterinario de Sudáfrica que trabaja en la provincia de Cabo Oriental. "Tuvimos que comenzar desde cero. El rinoceronte es un animal que nunca ha sido estudiado anatómicamente, por lo que no hay investigación sobre este tipo de heridas".

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Cuando los cazadores le sacan el cuerno a un rinoceronte, queda expuesta una cavidad del tamaño de una pelota de tenis. Emanuel recuerda hallar un rinoceronte herido el año pasado: con la ayuda de un cirujano craneofacial y un veterinario de caballos, Rogers creó una placa de metal que se fija al cráneo del rinoceronte para cubrir la herida abierta.

Preparación de un rinoceronte deformado para la cirugía, cortesía de Max Emanuel.

Fijación de la placa al cráneo, cortesía de Max Emanuel.

La placa instalada, cortesía de Max Emanuel.

"Algunas veces el rinoceronte se quita la placa y sufre una infección", dice Emanuel. "La cavidad de la nariz se le pudre y se le llena de gusanos. Tenemos que retirar el tejido muerto y anestesiar todo antes de volver a colocarle la placa".

Fowlds, que ​se enfrentó por primera vez a este problema en 2011, recuerda horrores similares. "A los cazadores no les interesa ni les importa saber dónde comienza el cuerno y dónde termina, así que cortan con un hacha directamente en el cráneo, a veces en mitad de la cara del rinoceronte. Muchos mueren por hemorragia, shock o de puro dolor. En los raros casos en los que uno sobrevive, debemos decidir si debemos o no intentar salvarlo".

Además de tratar con los rinocerontes adultos mutilados, los veterinarios deben lidiar con el creciente número de crías que quedan huérfanas.

"Muchas crías están vivas y ven ven cómo a sus madres les cortan la cara", asegura Fowlds. "Empiezan a aparecer orfanatos, pero lo cierto es que no tenemos sitio para albergar a tantos bebés rinoceronte".

Mientras la policía y los cuidadores de los parques luchan por frenar la matanza de rinocerontes, ​los cazadores se están organizando militarmente.

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"Lo peor de esta crisis es que ahora está en manos del crimen organizado", se lamenta Fowlds. "A estos tipos les encantan los productos de la naturaleza porque las recompensas son mayores y los riesgos son menos que traficando con armas, droga, humanos o cualquier otra cosa".

Lo más significativo de este cambio es que en muchos casos, los rinocerontes han sido disparados con dardos que contienen anestésico de veterinarios.

"En algún lugar de la cadena de suministro, desde la empresa farmacéutica hasta los veterinarios, hay una filtración", me dijo Fowlds. "Cada miligramo de estas drogas debería ser contado, pero en la práctica es algo difícil de controlar. Lo importante es que ahora los cazadores están disparando drogas a los rinocerontes, lo que es más silencioso que los rifles y parece ser más efectivo. Ahora pueden cazar dos, tres o cuatro animales al mismo tiempo".

¿Debería combatirse este agresivo aumento de la caza ilegal con una campaña de extracción de cuernos igual de agresiva? Rogers y Fowlds se muestran escépticos.

"Para los cazadores es una cuestión de riesgo frente a recompensa: ¿Van a ir tras un rinoceronte que no tiene cuerno si encuentran uno con cuerno? Quizás no. Pero, ¿van a disparar a un rinoceronte sin cuerno si no tienen otra opción? Sí. Esto es posponer, no estamos solucionando el problema a largo plazo".

Tras una pausa, agrega: "Ahora, si pudiéramos disparar a estos hijos de puta en cuanto los vemos, ​como lo hacen en Botsuana, la cosa cambiaría". Se refiere a los cazadores furtivos.

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"Dejamos cerca de medio kilo de cuerno cuando descornamos al animal", agrega Fowlds. "Al precio actual de mercado, todavía vale la pena matarlo".

De hecho, ​la fortuna que los rinocerontes llevan sobre el cráneo​ posee una poderosa atracción. Incluso quienes descuernan a los rinocerontes para protegerlos deben guardar lo que sacan bajo estricto control.

"Todos guardan los cuernos", dice Emanuel. "Incluso recolectan las aserraduras de la motosierra. Si se legalizara el comercio de cuerno, estarían en posesión de una fortuna".

Pese a sus limitaciones, la extracción del cuerno parece ser mejor que los anteriores planes para frustrar a los cazadores. Descolorar los cuernos y ponerles veneno parecía una buena idea, pero en la práctica esta estrategia sirvió de poco para detener a los cazadores, a quienes no parecía interesarles que un par de sus clientes murieran envenenados.

Y pese a que las entidades gubernamentales detrás de ​CITES parecen no estar listas para llegar al fondo del asunto y crear un mercado internacional legal, la opción aun sigue en la mesa. El doctor Duan Biggs, conservador de fauna silvestre de la Universidad de Queensland, en Australia, cree que la práctica de criar rinocerontes podría ser una forma segura, efectiva y humana de producir suficiente cuerno de rinoceronte como para cubrir la demanda de Asia, según informó The Guardian.

"No es necesario matar a un rinoceronte para obtener su cuerno", dijo Biggs en un debate público organizado por Earthwatch el pasado octubre. "Puedes recolectar ocho veces más cuerno cortándolo regularmente que matando al animal. Supondría un riesgo muy bajo para los rinocerontes y podrían vivir normalmente".

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Rogers considera que alguna forma regulada de venta de cuerno sería la única solución a largo plazo.

"La gente no va a dejar de querer cuerno de rinoceronte", me dijo. "Estás luchando contra miles de años de tradición y supersticiones. Cada día hay millones de personas lo suficientemente ricas como para comprarlo. Esperar que los cazadores furtivos vayan a parar es como poner cien mil dólares bajo un árbol y esperar que nadie se los lleve".

Otros creen que regular el comercio podría enfurecer a los cazadores y haría imposible saber qué cuerno de rinoceronte procede de una fuente limpia y cuál no. Y la venta legal podría expandir los mercados al reducir su precio y el estigma asociado con este lujo.

"El gran argumento para la venta es que nada más está funcionando", dice Fowlds. "Pero es muy complicado. Si un modelo de negocio va a funcionar, el precio del producto tiene que bajar muy por debajo del factor de riesgo para los cazadores furtivos. Si creamos un mecanismo de compra y venta y el valor del cuerno de rinoceronte se mantiene alto, la caza ilegal va a continuar".

Pero la base del problema sigue siendo la demanda en Asia. Probablemente el destino del rinoceronte lo determinarán las fluctuaciones de esta demanda en dicho continente.

"Creo que es posible reducir la demanda, pero se necesita una respuesta mundial", dice Fowles. "Como veterinarios, hemos tenido que incorporar ese componente educativo a nuestras vidas porque es muy importante que la gente vea por lo que pasan estos animales, que vean el impacto de la caza furtiva en rinocerontes y humanos. Los rinocerontes son parte de nuestro patrimonio y de nuestra identidad. Si no los podemos salvar a ellos, no podemos salvar nada".

Thandi, un año después de ser atacado por los cazadores y tratado por el Doctor Fowlds, cortesía de Fowlds.