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Cultură

¡Feliz Mean Girls Day!

Me enseñaste tanto.

Este texto se publicó originalmente en abril de 2014.

Tal vez ahora es el peor momento para admitir esto, ya que hoy es el Mean Girls Day, pero la niña de 14 años que llevo dentro no entendió totalmente esta película. Tuvo menos estilo que Clueless, fue menos sofisticada que Heathers y cien veces menos cool que Cruel Intentions. Mean Girls llegó tarde a la fiesta con su bolsa de diseñador y esperó que todos hablaran de ella hasta morir. Y la mayoría del tiempo lo hicieron. En retrospectiva —o más importante, después de verla con una completa y enorme cruda— es una historia diferente. Pero en ese momento se sintió como algo irrelevante, con la actuación de Lindsay Lohan y un presupuesto enorme.

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Antes de Mean Girls, toda la gente que conocía estaba feliz con la idea imposible que necesitabas tener un crucifijo lleno de cocaína para ser cool, como en Cruel Intentions. Luego llegaron las plásticas, que simplemente te pedían no usar pants deportivos. Yo no sé, pero la adolescente en mí se sintió decepcionada. Buffy seduciendo a su medio-hermano en uniforme escolar era mucho más emocionante que un montón de chicas usando collares Tiffany y productos Maybelline. Ya conocíamos a estas personas; fuimos a la escuela con ellas. Sus madres tenían Mini Coopers y eran personas superficiales. Si tomamos en cuenta que A los trece acababa de salir un año antes, —esa película hizo que quisiera saltarme las clases aburridas de la secundaria para meterme alucinógenos y hacer que mi mejor amiga me golpeara repetidamente en la cara— puedes entender por qué Mean Girls falló al capturar mi atención.

Todo era demasiado normal, desde sus villanos hasta su trama. Oh, ¿hay un libro rosa lleno de cosas-no-tan-ofensivas sobre personas siendo lesbianas y gordas? Mira cuánto me importa esa mierda mientras exploto un edificio donde está mi primer novio psicópata y prendo un cigarro con la explosión (Heathers).

Regina George podrá besar a su ex novio frente a Cady a propósito, pero Cecile Caldwell se coge a su profesor de violonchelo y ni siquiera le importa quién sepa (Cruel Intentions). No, no es justo comparar todas las películas de adolescentes del mundo con Mean Girls, pero siento que a esa edad prácticamente estás trabajando en una escala de 0 a ESCANDALOSO, y para ser honesta, que a Regina la atropellara un camión fue casi igual a cuando Racheal Leigh Cook se tropezó en unas escaleras (She's All That).

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Después de un tiempo, dejé de usar minifaldas con pastelones —aunque estoy usando una ahorita mismo; suspiro… fashion—, me rendí amenazando que me iba a perforar el ombligo yo misma, y dejé de robar dinero para pagar mi creciente adicción a las drogas. Las películas para adolescentes que no fueron dirigidas por Jude Apatow salían de moda rápidamente, y Mean Girls desvaneció en algo que podías ver citado en una playera en la televisión, o entre los DVD's de Los Sopranos en casa de tus padres. Ahora, diez años después, cuando la gente está fingiendo estar emocionada por la continuación numero 900 de The Hangover, estoy comenzando a pensar que le debo a Mean Girls más de lo que imagino.

La verdad es que, tan poco respetuosa como lo fui en ese tiempo, Mean Girls nos hizo un favor a todos. No solamente nos preparó para un mundo en el que realmente no puedes besarte con tu medio-hermano en una mansión en Beverly Hills (¿por qué pasaba eso tanto? Realmente espero que todavía no estemos escondiendo eso como nuestra fantasía sexual), nos dio la oportunidad de rechazar las cosas que no queríamos. Hasta ese punto, idealicé a casi todos los personajes que se suponía que tenía que idolatrar —desde las porristas hasta las ridículamente hermosas e "incomodas" estudiantes de arte (a.k.a las que usan lentes), los góticos y las hermanas mayores mas serias (eso es para ti, Julia Stiles). Nunca cuestioné los motivos de lo que me estaban vendiendo. Pero después de Mean Girls, estaba oficialmente harta de todo eso.

Tampoco estoy diciendo que la película no fue genial. Tienen a Amy Poehler como la mamá sexy de Rachel McAdams, por el amor de dios, tienen a Lindsay Lohan con su color natural de cabello, hay disfraces sexys del día de brujas y tienen una brillante y patética deconstrucción de la villana principal. Hay personajes queridos, tomas geniales en cámara lenta en pasillos de la escuela, y más estereotipos de secundaria como emborracharte y fajar profundamente en una recámara disponible en una fiesta horrible con vasos rojos.

Simplemente no es para mí, lo cual resultó perfecto. A veces sólo necesitas algo que te haga pensar que tus amigos son estúpidos. A los 14, estaba bien pinche emocionada por tener algo de que quejarme. Finalmente podía voltear los ojos a algo de lo que todo mundo estaba hablando y sacudir mi cabello con desprecio. Y por eso, Regina George, te mereces las gracias.

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@BertieBrandes