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Ediciones VICE

El Nintendo 64 cumplió 20 años y aún nada ha podido superarlo

A manera de tributo por los 20 años de esta máquina hermosa, revisitamos los mejores juegos que existieron para la última consola de sala con cartuchos.

Este 29 de septiembre, el Nintendo 64 cumplió 20 años y todavía siento una pequeña parte de la emoción que tenía cuando lo anunciaron. Con las increíbles gráficas de Donkey Kong Country y sus secuelas todavía frescas en la memoria (algo que en su momento me parecía imposible superar), no podía ni siquiera imaginar lo increíble que sería jugar por primera vez las secuelas de mis juegos favoritos del SNES en 3D y ver a los personajes que se robaron mi corazón desde que era un infante.

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Sentado frente a la televisión, esperaba con ansias los especiales de Nintendo Manía desde el E3 de ese año, donde Guss Rodriguez (que desde muy chico no me daba confianza) recorría junto a dos o tres niños el E3, mostrando lo más nuevo de Nintendo. Veía con emoción clips de Mario 64 y con envidia a los niños que pudieron probarlo antes que yo, mientras me imaginaba cómo se vería el Zelda, el Mega Man y el Kirby (ese juego de Game Boy, semejante joya). También veía emocionado las posibilidades que daría el poder jugar Mario Kart con cuatro controles (cuatro putos controles). En fin, la emoción sobrepasaba todo.

A mi me tomó un año desde su lanzamiento para tener uno, pero mis primos pudieron comprarlo casi desde el primer día, así que convertí su casa en mi casa. Prácticamente todos los fines de semana me la vivía ahí jugando Killer Instinct Gold hasta el cansancio, embobado por las pechugas de Maya, y asesinando al hijo pingüino de Cool Cool Mountain en Mario 64. Al mismo tiempo buscaba como loco updates del juego que más esperaba, The Legend of Zelda. Todavía recuerdo cómo se me enchinó la piel al abrir la Club Nintendo y ver una foto de la toma cenital de Link recorriendo el espacio anterior al "Market Place" de Hyrule. Un pinche sentimiento increíble que sólo la magia del Nintendo 64 me permitió tener.

Un año después el N64 encontró un hogar en mi morada, acompañado de Quarterback Club 97' —con Brett Favre en la portada—, el padre de todos los first person shooters, Goldeneye, y el mágico Mario 64; no podía estar más feliz. Pasé gran parte del invierno jugando con uno de los mejores equipos de la historia de los Vikingos de Minnesota, explorando los pasillos del castillo de Peach, y masterizando el arte de los karatazos con Boris en "Temple". Y cuando no estaba en mi casa, estaba en la de mis vecinos, amigos o distintos familiares destruyendo Wave Race 64, 1080 Snowboarding y una infinidad de juegos que por poca liquidez nunca tuve.

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Como estas memorias hay un chingo más, por eso a manera de tributo por los 20 años de esta máquina hermosa, revisitaré los mejores juegos que existieron para la última consola de sala con cartuchos (a espera de lo que tenga que decir el Nintendo NX):

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Goldeneye

Si me quiero poner mamón, diría que Perfect Dark es mejor juego que Goldeneye. La música, las gráficas y la historia sobrepasan al mejor juego de James Bond que existe a la fecha. Pero fue Goldeneye el que revolucionó al género de los First Person Shooters (extraño cómo la rompías, Rare). Aprovechándose de la capacidad que te daba el tener cuatro personas jugando simultáneamente y la historia de una de las películas más populares del agente 007, Rare creó un juego increíblemente divertido en single player y estúpidamente adictivo cuando lo jugabas con más personas. Recuerdo todos esos cumpleaños de amigos en los que empezábamos a jugar a las 6 de la tarde y soltábamos el control hasta la madrugada, o la primera vez que llegué Statue, un nivel/cementerio en honor a la recién caída Unión Sovietica que sirvió para alimentar mi curiosidad por la historia de Rusia, y la emoción de perseguir a Alec Trevelyan por Antena adjuntadas el centenar de veces que caí al vacío intentando llegar a la última plataforma. A la fecha, ningún FPS me ha enamorado como éste.

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Banjo-Kazooie

Probablemente la última gran obra maestra de Rare. Como estudio hermano de Nintendo y basados en la maravilla que fue Mario 64, Banjo-Kazooie se robó nuestros corazones gracias a su increíble humor y gameplay prácticamente perfecto. Si Mario logró romper todos los paradigmas de los juegos de plataforma, Banjo-Kazooie logró perfeccionarlo, al punto que opacó uno de los juegos más esperados para la consola: Donkey Kong.

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Mario Kart 64

Rare logró hacer una genialidad con Goldeneye, Banjo-Kazooie y muchos otros juegos para SNES y N64 gracias a que entendía muy bien a a gran N, pero nadie conoce a Nintendo y las capacidades de sus consolas como ellos mismos. Prueba de ello es Mario Kart 64, para muchos, el mejor de la serie (no concuerdo, el del SNES y el del Wii U son mejores, a mi parecer). Nuevos corredores y nuevos ítems se sumaban a mundos enorme y un Rainbow Road que no pudimos imaginar ni en nuestros sueños más locos. Mario Kart 64 levantó un standard no sólo en la serie, sino en los juegos de carreras de autos.

Smash Brothers 64

Nunca fui mucho de juegos de peleas, pero Street Fighter II Turbo para las arcadias y el SNES logró que el género me conquistara. Ver a Vega darte en la madre con tal velocidad que casi no te dabas cuenta y a Honda y a Chun Li repartiendo karatazos y patadas a toda velocidad me parecía impresionante. Pero ni este ni ningún juego me pudo preparar para la brillantez de Smash Brothers. Pelear con los mejores personajes del medio - porque hay que aceptarlo, nadie como Nintendo para hacer personajes memorables-, apoyarte con los relativamente nuevos Pokémones para poder darle en la madre a tu oponente, el increíblemente divertido y frustrante martillo, el formato "el que se cae pierde" y el impresionante pensamiento detrás de las fortalezas y debilidades de cada uno de los luchadores hacen de este juego - esta dinastía - algo inigualable. No es coincidencia que Hideo Kojima pidiera que Snake participara en la versión para Wii.

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Super Mario 64

Desde inicios de lo años 90's Shigeru Miyamoto, el padre de las franquicias más famosas de la gran N, pensaba migrar a Mario del formato 2D al 3D con el proyecto Super Mario FX. Las limitaciones del SNES frustraron este sueño, pero el surgimiento del N64 le permitió crear al padre de los juegos de plataforma en 3D: Super Mario 64. El plomero italiano cambió el formato 2D lineal que lo había llevado a la fama por mundos enormes que te invitaban a explorar todos sus rincones hasta conseguir as estrellas necesarias para poder luchar con Bowser y rescatar a la princesa Peach. La emoción no termina ahí, los grandes fans de Mario se verían recompensados al conseguir las 120 estrellas del juego y poder tener una cita uno a uno con mi personaje favorito de la franquicia: Yoshi. El juego sigue muy vigente en la mente de millones, al punto que está corriendo un meme que expone las tendencias asesinas de todos aquellos que lanzaron al vacío al pequeño pingüino perdido del mundo Cool Cool Mountain.

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The Legend of Zelda: Ocarina of Time

Todavía recuerdo ese día de enero en el que, después de buscar en prácticamente todas las tiendas del D.F, terminé pagando un dineral por una copia de Ocarina of Time en la tienda de Nintendo en Plaza Interlomas, la sede de cientos de negocios que nadie visita. Apenas lo tuve en mis manos, corrí a mi casa y me puse a jugar, ante la mirada enrarecida de mis padres. Y es que ningún juego me ha emocionado como éste, mucho gracias a que antes de que saliera el juego estuve destrozando A Link To The Past para SNES, algo que alimentó mis ansias y expectativas. A esto se suma un comercial en alta rotación que presumía breves imágenes del juego con la tonada más pegajosa del planeta.

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Desde que vi el menú de inicio, con Link corriendo por Hyrule sobre Epona, supe que jugaba algo histórico. Gráficas impresionantes para su momento, la redefinición del gameplay con el Z-Targeting y el hecho que el tiempo corriera dentro del juego y que el día y la noche hagan un cambio importante en Hyrule, marcaron pauta en la industria. A esto hay que sumar peleas memorables como la de Queen Gohma en el Great Deku Tree, Bongo Bongo en el Shadow Temple y Twinrova del increíble Spirit Temple, a Epona y la capacidad de recorrer el mundo a caballo, la oportunidad de pescar en Lake Hylia y una enorme cantidad de side quests que sí fueron una realidad o existieron como rumores. OoT es tan perfecto que al final importa poco que el frame rate baja horriblemente al entrar al Water Temple. En fin, podría seguir hablando y hablando sobre él pero mejor lo dejo para otra ocasión.

The Legend of Zelda: Majoras Mask

Con la ayuda del Expansion Pak y ya con un monolito de juego como base, salió Majora's Mask, un título increíblemente oscuro que en su momento fue injustamente, pero previsiblemente, comparado con su antecesor. Lo digo injusto porque si bien muchos de los personajes de OoT regresaron con otros nombres en el mundo de Termina junto a varios otros gimmicks —incluida la ocarina— es un juego bastante diferente a su predecesor; una obra maestra por sí sola.

Así como Ocarina of Time innovó con el transcurso de día a noche, Majora's Mask lo hizo con la posibilidad de jugar con el tiempo para poder cumplir todos los retos del juego. Esto y las dinámicas y poderes de distintas marcas ayudaron a darle una profundidad única al gameplay. Además, Majora's Mask es responsable de uno de los mejores dungeons en la historia de los videojuegos: Stone Tower Temple. Es un juego pinche increíble que recomiendo mucho revisitarlo a todos los adultos que en ese momento eran niños o adolescentes, ya sea en su recién lanzada versión para 3Ds o en el N64.

Esta lista podría continuar eternamente: Resident Evil 2, Turok 2, Extreme G, South Park, Donkey Kong 64… Son muchos los juegos y muchas memorias que celebrar a 20 años del lanzamiento de una consola que llevo conmigo por siempre. ¡Felicidades N64!

Celebren conmigo en Twitter, @finkelcerdo