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Fidel Castro rompe el silencio y habla acerca de las relaciones con Estados Unidos

'No confío en las políticas de Estados Unidos ni he cruzado una sola palabra con ellos, pero esto no significa que yo rechace una solución pacífica a los conflictos'.
Imagen vía Wikimedia Commons.

El líder de la Revolución y ex presidente cubano Fidel Castro aparentemente ha roto su silencio acerca del restablecimiento de las relaciones entre la isla y Estados Unidos, al decirle a los estudiantes que aunque aún no confía en el gobierno estadunidense "defenderemos siempre la amistad y la cooperación con todos los pueblos del mundo, entre ellos nuestros adversarios políticos".

El comentario fue incluido en una carta, supuestamente escrita por Castro, la cual fue leída el lunes en la Universidad de La Habana, en el setenta aniversario de su propio ingreso a la institución.

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El 17 de diciembre, Estados Unidos y Cuba anunciaron planes para normalizar sus vínculos diplomáticos y abrir embajadas en sus respectivas capitales. La semana pasada, representantes de los dos países se reunieron en La Habana para sostener una conversación simbólica. Se trata del mayor acercamiento en más de medio siglo.

Castro, quien tomó el poder en 1959, tiene 88 años y recientemente ha sufrido una serie de complicaciones de salud. En 2006, cedió el poder a su hermano menor Raúl, quien fue el encargado de anunciar los acuerdos de diciembre pasado en televisión.

Hasta esta carta, también publicada en diario del Partido Comunista, Granma, poco se sabía acerca de la participación y la opinión de Fidel sobre un acercamiento con el mismo país que ha intentado asesinarlo durante años.

Fidel ratificó la legitimidad de la decisión al afirmar que su hermano Raúl había consultado debidamente a la Asamblea Nacional de Cuba y al Partido Comunista antes de llegar a un acuerdo. A pesar de dar su apoyo tácito a la medida, Fidel agregó que aún no había conversado personalmente con ningún representante del gobierno estadunidense.

"No confío en las políticas de Estados Unidos ni he cruzado una sola palabra con ellos, pero esto no significa que yo rechace una solución pacífica a los conflictos".

A pesar del acuerdo, que suaviza las restricciones para viajar a Cuba y facilitó la liberación del contratista estadunidense Alan Gross y tres espías cubanos, Obama no ha logrado levantar por completo el embargo sobre Cuba. Para hacerlo necesitaría la aprobación del Congreso.

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"Por un lado, Castro autoriza o al menos no se opone a los cambios", le dijo a VICE News Jorge Duany, director del Instituto de Estudios Cubanos en la Universidad Internacional de Florida. "Por otro lado es muy cuidadoso al referirse a este acercamiento. En esa misma línea se ha mantenido el equipo negociador cubano durante los diálogos para restablecer relaciones. Hicieron cosas para avanzar en la negociación, pero a la vez se han rehusado a cambiar sus políticas".

En la carta, que por momentos tiene un tono filosófico, Castro habló acerca de la desigualdad en ingresos y recordó sentirse influenciado por Marx, Lenin y Mao durante su años de estudiante. Si tuviera que volver a la universidad, afirmó Fidel, estudiaría ciencias.

Castro fue más punzante en sus críticas a Estados Unidos y a Israel, a quienes acusó de apoyar al "ejército racista sudafricano" en su guerra contra Angola durante los años setenta. En esa época, Castro envió más de veinte mil tropas para luchar en uno de los conflictos más sangrientos de la Guerra Fría.

En diciembre de 2013, Obama estrechó la mano de Raúl Castro durante el funeral de Nelson Mandela en Johannesburgo. Fue la primera vez que los jefes de estado de los dos países se encontraron frente a frente desde la Revolución Cubana. Dada la connotación histórica del funeral, en aquella ocasión Fidel comentó que era un escenario extraño para el encuentro.

"Creo que si por él fuera, Fidel continuaría en una línea mucho más dura", le dijo a VICE News Peter Winn, profesor de Historia latinoamericana en la Universidad Tufts. "Si en el funeral de Mandela hubiera estado Fidel en lugar de Raúl, ¿le hubiera dado la mano a Obama? Él insinúa que tal vez no".

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La reactivación de las relaciones en diciembre fue bien recibida en todos los países de América, incluso entre líderes como Nicolás Maduro, quien ha tenido tensiones con Estados Unidos en el pasado.

"Este era un tema pendiente en las relaciones de Estados Unidos con América Latina, era el único asunto en el que toda la región estaba de acuerdo", afirmó Peter Hakim, presidente emérito del Diálogo Interamericano. "El acuerdo se deshace de la última reliquia de la Guerra Fría y evidencia que Estados Unidos y América Latina están cambiando de posturas".

"A Venezuela le va a resultar difícil sostener su retórica antiamericana si Cuba ya no forma parte de ella", agregó Hakim.

La decisión del presidente Obama de normalizar relaciones le ha traído críticas de algunos sectores en Estados Unidos, entre ellas las del Senador de Florida, Marco Rubio, y el Senador de Nueva Jersey, Bob Menendez, ambos de ascendencia cubana. En una carta dirigida al Secretario de Estado, John Kerry, Menendez acusó al gobierno de Obama por no referirse a las propiedades estadunidenses que fueron nacionalizadas tras el ascenso de Castro al poder.

"El gobierno aún no ha especificado cómo conseguirá que el régimen de Castro se haga responsable por los más de seis mil millones de dólares que reclaman los ciudadanos y empresas americanas que fueron expropiados por los Castro", escribió Menendez.

Peter Winn dice que la cuestión de los bienes expropiados y las compañías estadunidenses que fueron nacionalizadas —las cuales prosperaron antes de 1959, bajo gobiernos cubanos dominados por Estados Unidos— no logrará detener las conversaciones ni influirá en la opinión de la comunidad cubana en Estados Unidos tanto como en el pasado.

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"Es una historia de hace más de cincuenta años", dijo Winn. "Ya en 1962 las propiedades restantes de Estados Unidos en Cuba estaban virtualmente extintas".

Algunas de la compañías que reclamaban ya no existen o han sido absorbidas por otras más grandes. Las esperanzas de muchos exiliados cubanos que tenían reclamos similares, aunque menores, ya han desaparecido. En cuanto a los cubanos que residen en lugares como Florida, según Winn, la esperanza de recuperar las propiedades que sus familiares perdieron hace más de medio siglo podría ser superada por el deseo de poder viajar para visitar a sus seres queridos.

"Hay cubanos americanos de segunda y tercera generación", dice Winn. "Contrario a sus padres y abuelos, quienes se veían a sí mismos como exiliados que algún día regresarían, ellos no tienen planes para volver a vivir en Cuba; son estadunidenses. Puede que quieran recuperar su casa en La Habana, pero esa no es su principal meta en la vida".

Duany, cuyo suegro tenía casas que fueron expropiadas por el gobierno Cubano, afirma que las ganancias que podrían llegar de establecer nuevos negocios en Cuba, incluso para compañías cuyas propiedades fueron expropiadas, superan largamente el valor de cualquier propiedad que pudieran recuperar. Ni siquiera se sabe cómo podría Cuba recaudar seis mil millones de dólares. Afirma Duany.

Hemos visto mucho interés en regresar; todos, desde las aerolíneas hasta las compañías de tarjetas de crédito y remesas, quieren volver a operar en Cuba.

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Cuando Castro tomó el poder, Cuba —que está a sólo 145 kilómetros de Florida— dependía en buena parte del comercio con Estados Unidos. En respuesta, Estados Unidos volvió a sus antiguos mecanismos de influencia, incluyendo una cuota máxima para la importación de azúcar, el producto más importante entre las exportaciones cubanas. Aquellas presiones fracasaron y en 1962 el presidente Kennedy instauró un embargo completo al comercio con la isla.

Durante décadas, Cuba dependió de ayudas extranjeras, primero de la Unión Soviética y luego de Venezuela. Muchos analistas sospechan que la incertidumbre ante la baja en el precio del petróleo y la crisis de la economía venezolana ayudaron a acelerar el acuerdo de diciembre.

En abril, varios jefes de estado, Obama y Raúl Castro incluidos, se reunirán con motivo de la Cumbre de las Américas, en Ciudad de Panamá. Aunque el tema del embargo comercial de Estados Unidos sobre Cuba aún no ha sido tratado, la Cumbre (en la cual se ha hablado durante años acerca del embargo) puede ser una oportunidad para que los dos líderes toquen el tema.

A principios de enero, Cuba anunció la liberación de 53 prisioneros políticos, cumpliendo con una promesa que se había hecho en diciembre.

"Todo sugiere que va a haber un anuncio importante, al menos por parte de Estados Unidos, en cuanto a concesiones que están dispuestos a hacer para avanzar en el restablecimiento de las relaciones", sostiene Duany. Entre ellas, eliminar a Cuba de la lista de estados patrocinadores del terrorismo elaborada por el Departamento de Estado de Estados Unidos. Predijo el investigador.

Como siempre, Fidel Castro será el hombre tras bambalinas en la reunión, un hombre al que muchos desprecian por su récord negativo en derechos humanos, pero que también es para muchos un símbolo de la lucha antiimperialista en todo América.

Para concluir su carta Fidel afirmó que "la dignidad humana" debería orientar nuestras reacciones ante "los grandes peligros que amenazan a la humanidad".

"Ningún país está excluido de estos derechos. He luchado con ese ideal en mente y seguiré haciéndolo hasta mi último aliento", escribió Castro.

Sigue a Samuel Oakford en Twitter: @samueloakford