Antes me consideraba todo un gamer pero ahora que estuve en The Reality, una de las fiestas LAN más grandes de los Países Bajos, sé que no merezco ese título. Fui a fotografiar las festividades del fin de semana y me di cuenta de que ni en mis días más apasionados como gamer habría sido capaz de cruzar el país con mi computadora solo para sentarme y hacer exactamente lo mismo que hago en casa. Pero estos güeyes lo hicieron —durante 50 horas seguidas—. Nunca he tenido ese nivel de dedicación.
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Y ver esa dedicación fue lo que más disfruté mientras caminaba por el salón de eventos en Assen, hace más o menos una semana. La mayoría de los gamers llevaba cobijas, cajas, ventiladores y suficientes bebidas energéticas para dar vida a los Guerreros Terracota. Los organizadores montaron un dormitorio para que los participantes pudieran descansar pero los guerreros más feroces en The Reality no quisieron dormir lejos de su pantalla. Prefirieron tomar siestas en sus sillas y despertar unas horas después, no muy frescos pero al menos cerca del campo de batalla.
