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Cultură

Hablamos con gente que dejó de usar Facebook

El tiempo que desperdicias en Facebook puedes usarlo en hacer todo aquello que dices en Facebook que vas a hacer. O usarlo para ver porno.

Imagen vía.

"Bueno amigos, llegó el momento de decir adiós. Dejo Facebook. Fue una decisión difícil pero últimamente tenía la sensación de estar perdiendo demasiado tiempo mirando cosas por aquí, cosas que no me importan en absoluto. A partir de ahora prefiero centrarme en las personas que realmente me importan y que no necesitan mandarme un mensaje para contactar conmigo. A partir de ahora pueden encontrarme en elreydelcamaron@gmail.com".

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Supongo que este tipo de parlamentos les resultarán familiares. A veces, no muy seguido, alguno de tus contactos de Facebook decide desertar y cerrar su cuenta. "Cerrar el changarro" como dicen algunos. De algún modo percibimos la decisión como un acto de valentía, un gesto admirable y digno de ser secundado pero también es inevitable pensar eso de "pobres tipos, ahora no se van a enterar de nada". Estos nuevos personajes se me antojan como héroes contemporáneos, como una suerte de Keanu Reeves en Matrix —o mejor aún, como los protagonistas del maravilloso Next Men de John Byrne—, ese personaje visionario que comprende que el mundo en el que vive no es nada más que una ilusión que lo aparta de la verdad.

Para averiguar qué pasa por la cabeza de un ser —¡ese loco!— que decidió abandonar Facebook, contactamos a varios personajes que, hace mucho o hace poco, decidieron saltar del barco hacia las frías aguas de la privacidad. Puede que el acto de desertar fuera un gesto heroico cargado de connotaciones políticas y sociales o puede que, simplemente, lo abandonaran porque apenas le daban uso al invento. Sea como sea, el caso es que ya no están entre nosotros.

Estos testimonios no son precisamente de gente que puede considerarse exhibicionista, por lo tanto mantendremos sus rostros fuera de campo. Al fin y al cabo están huyendo constantemente de las afiladas garras de internet.

Héctor, 37

VICE: ¿Cuándo decidiste largarte de Facebook y cuánto tiempo, más o menos, llevabas registrado?
Héctor: Lo decidí un domingo por la noche, en la cama. Creo que me dolía el estómago, no podía dormir y una de las muchas cosas que pensé fue: "a la mierda, mañana borro la cuenta". Bueno, tampoco es que sea una decisión demasiado trascendente, a fin de cuentas Facebook es una mamada como otras muchas, así que no lo vi como un gran movimiento estratégico, como algo heroico, sino como un pequeño paso necesario para desprenderme de cosas supletorias que me robaban tiempo que, en mi caso, podría aprovecharse mejor.

En realidad llevaba registrado bastantes años pero mi aportación en todo este tiempo se ha limitado a poner algunas canciones y cuatro tonterías más, estaba llenando el gran saco de internet con un poco más de porquería de la que no le interesa a nadie así que ahora hay algo de espacio extra para que lo ocupe otro con sus cosas.

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¿Por qué te largaste?
Supongo que cada vez aborrezco más el uso que se está haciendo de la tecnología. Parece que tener internet en el celular le ha absorbido el cerebro a demasiada gente, gente muy valiosa que ha terminado difuminándose con ese aparato del demonio siempre (SIEMPRE) en las manos. Odio esa sensación de ir por la calle o estar tomando una cerveza con alguien y no saber si puedo hablarle o no porque está mirando alguna mierda en el teléfono. Pero, en fin, que cada uno haga lo que quiera, simplemente no quiero formar parte de eso.

Al principio me gustó la idea de Facebook y lo usé durante años, de hecho ha sido la única red social en la que he estado registrado, pero al final estaba perdiendo el tiempo mirando fotos de mis excompañeros de la escuela y recetas de cocina que nunca haré. Creo que nada de lo que vi ahí ha hecho que mi vida sea mejor. Si alguien me garantizara que se reabrirá el debate sobre Quevedo o Góngora en exclusiva para Facebook o si por lo menos pudiera ver fotos de todos mis contactos desnudos pues volvería a abrirlo y hasta contrataría internet en el celular, pero creo que de momento no va a ser el caso.

¿Cómo lo hiciste? ¿Algún parlamento épico o silenciosamente, sin decir nada?Bueno, dije que iba a cerrar el changarro y puse mi mail de contacto por si alguien quería seguir hablando conmigo. Realmente son pocos los que lo han hecho pero con los cuatro o cinco que me interesa hablar lo sigo haciendo por esa vía. Tampoco soy un neoludita, no estoy en contra de la tecnología ni nada de eso, utilizo internet a diario y me parece un invento chingón, simplemente no veo la verdadera utilidad de las redes sociales, ahora mismo no quiero ver la mierda intrascendente de los demás, ni que ellos vean la mía.

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¿Desde entonces tu vida ha mejorado o empeorado?
Juraría que está exactamente igual que antes de que existiera y seguirá siendo igual cuando vuelva a pasar el cometa Halley. No creo que una persona deba definirse por lo que hace o deja de hacer en las redes sociales. Supongo que si pierdo la casa y el trabajo y acabo durmiendo en un cibercafé y alimentándome a base de Monsters entonces la cosa realmente habrá empeorado, pero dudo que eso tenga demasiado que ver con tener o no una cuenta de Facebook. Pero no me parece un tema lo suficientemente interesante como para estar aquí escribiendo al respecto, ¿por qué me preguntas estas cosas? Pregúntame por asuntos más interesantes, como el acelerador de partículas o por qué Cesc se fue al Chelsea y, entonces sí, ahí tenemos tema para rato.

¿Qué es lo que extrañas de Facebook?
No sé, casi nada. El típico recopilatorio de jugadas estelares de Michael Jordan que nunca se me ocurriría buscar y siempre agradecía que alguien subiera, algunas imágenes de Sergio Dalma saludando a los fans desde el backstage y ahora mismo no se me ocurre nada más.

¿Piensas volver?
Nunca se sabe, uno siempre acaba cayendo en la contradicción, pero por el momento, y si no se cumple alguna de las condiciones que proponía al final de mi segunda respuesta (preferiblemente la segunda), no creo que vuelva. No pretendo mostrar una posición de superioridad moral ni nada por el estilo, sigan haciendo lo que les de la gana, ya sea usar Facebook o contratar un sicario en la deep web, a mí me parece bien.

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Amaia, 33

VICE: ¿Cuándo decidiste largarte de Facebook y cuánto tiempo, más o menos, llevabas registrada?
Amaia: Me registré en 2009 para poder ver unas fotos que alguien subió de algún concierto y no lo volví a usar hasta 2011. Me fui en 2014.

¿Por qué te largaste?
Me di cuenta de que perdía demasiado tiempo viendo las tonterías que subían los demás y hasta llegaban a molestarme, por lo del chat infernal y esa sensación de control.

Todo aquello me parecía una realidad de mentira y mantenía relaciones forzadas que no me interesaban en absoluto.

¿Hiciste algún parlamento épico antes de borrar tu cuenta?
Como amante de las "bombas de humo" me fui de un día para otro, cerré Facebook y borré WhatsApp de mi celular.

¿Podrías decir que tu vida ha mejorado?
En el momento que cerré todo fue genial, ya no veía toda esa mierda, esas fotos y comentarios y dejé de odiar a la gente. Dejé atrás ese afán por mirar Facebook todos los días varias veces y no mirar WhatsApp. Fue una liberación pero como soy una incoherente, a los pocos meses volví al WhatsApp (si no era como no tener amigos).

¿Extrañas algo de lo que te aportaba Facebook?
NADA. Si algún día alguien sube algo reseñable, legendario, algo que deba ver, mis amigas me lo van a enseñar (las quiero, brujas).

¿Piensas volver?
Ni loca.

Rubén, 33

VICE: ¿Cuándo decidiste largarte de Facebook?
Rubén: Decidí darme de baja hace unos días, por puro desgaste. Hacía tiempo que lo utilizaba sobre todo para dar salida a movidas que montaba: conciertos, publicitar la salida de mi fanzine y todo eso. Era como un Community Manager sin cobrar. Al final me daba un poco de rabia a mí mismo, invitando a gente a eventos a los que sabía que no asistirían. Era como mendigar "asistiré" o "me interesa", y eso no está padre.

¿Cuánto tiempo llevabas registrado?
Me registré en el 2007. Nos habíamos licenciado unos meses antes y la única manera de mantener más o menos el contacto era el Messenger. Un amigo vivía en Australia y me explicó que allá era lo más, pero por entonces muy poca gente de mi entorno lo tenía, sólo él y una chica que estaba haciendo las prácticas en Miami. Poco después entré de becario en la tele y la gente empezó a utilizarlo, era la época en la que agregabas a todos.

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¿Por qué abandonaste el barco?
Un poco por lo dicho en el comentario anterior, y por conversaciones que he tenido con amigos sobre el uso que le damos al asunto los que tratamos de anunciar y promover las historias en las que participamos. Si convertir mi muro en un anuncio ambulante se me hacía pesado no quiero imaginar al resto. También influyó la dualidad de mis aficiones: al margen de la música me gusta el fútbol y soy socio del Espanyol, y no sé porque eso le hace gracia a mucha gente, así que siempre que iba a conciertos acababa justificándome por el hecho de preferir a Burgui antes que a Luís Suárez. La presión social me pesó.

¿Escribiste algún texto de despedida?
No te mentiré: pensé en hacer un parlamento épico anunciando mi marcha. La cosa es que hace tres años ya lo hice y como volví no me quedaba mucha credibilidad para volver a hacerlo. Tampoco quería irme diciendo "esto es una mierda", porque he aprovechado mucho Facebook y otras redes, y sería un tanto cínico. No quería ser el exfumador que se convierte en un cruzado contra el humo: que la gente fume lo que quiera. Entiendo que mi reciente aversión a Facebook es más problema mío que de la propia plataforma. Lo que sí hice es dejar mi correo electrónico, en plan "no éramos lo suficientemente amigos como para haber intercambiado previamente los teléfonos o el correo pero si quieres algo podrás encontrarme aquí".

¿Consideras que estás mejor que antes?
Quiero creer que ha mejorado; todo lo que se puede mejorar por dejar algo como Facebook. Preveo no acabarme los megas del celular tan rápido y eso ya es una ganancia. Además una vez leí que ver fotos de viajes de los demás cuando tú estás en el trabajo durante el verano puede provocarte depresión. Veranear en el trabajo se volverá menos duro y eso ya es una victoria. De lo que sí me he dado cuenta es que todo el mundo acostumbra relacionar el hecho de borrar Facebook con que te ha pasado algo malo. Mucha gente me ha preguntado: en plan preocupada "Pero, ¿por qué dejas Facebook?".

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¿Qué es lo que extrañas de Facebook?
Era mi puta agenda, así que voy a tener que buscar otro método para enterarme de los conciertos a los que me gustaría ir a partir de ahora. Por otra parte, en la escuela fui de los últimos en tener celular y eso me alienó un poco, sobre todo porque soy un neuras, así que doy por hecho que en breve me voy a frustrar por perderme movidas en las que mi entorno participa de manera más o menos colectiva. Y creo que también echaré de menos a un güey, no diré el nombre, que me insultaba cada pocas semanas por no haber hablado de su disco en mi web.

Otra cosa en la que no había caído en cuenta es que esa gente controla un montón de cosas. Si intento poner Spotify se me reactiva la cuenta, y aún no sé qué pasa con todo lo demás que estaba asociado al Facebook. ¡Es una jungla!

¿Volverás algún día a registrarte?
Espero que no, vamos a alargar este momento zen todo lo que podamos. El amigo con el que programaba conciertos también borró su cuenta y nos daremos apoyo en esta larga travesía.

Jonathan, 33

VICE: ¿Cuándo decidiste largarte de Facebook? ¿Cuánto tiempo llevabas registrado?
Jonathan: Va a hacer dos años que decidí cerrar la cuenta. Buena decisión. Sin duda. No recuerdo cuándo la abrí. Supongo que en un momento de debilidad mental. Nada nuevo.

¿Por qué cerraste la cuenta?
Me había convertido en un adicto a los likes. Soy de vicios baratos. Facebook alimenta inconscientemente tu egolatría. Ahora ya no lo encuentro necesario. Además, me di cuenta de que la gente relata su vida sin tapujos, sin ningún tipo de filtro. Detesto ese comportamiento humano. Trapos sucios 2.0. En realidad, a nadie le interesan tus problemas. A nadie le interesa qué cenaste anoche ni si saliste de fiesta y te metiste tres líneas de coca. A nadie le interesan tus frases con doble sentido dirigidas a tu ex. A nadie le interesan las citas de Paulo Coelho o Jorge Bucay. A nadie le interesan tus vacaciones en Jaipur. A nadie le interesa la apestosa música que escuchas. Y, por favor, a nadie le interesan las fotos de perfil con tu pareja ni si a tu hijo/a le salió el primer vello púbico o tiene almorranas. Cuando antes se dé cuenta la gente de que no interesa, de que su vida es igual de mediocre que las del resto del personal, más tranquila vivirá.

¿Cómo fue tu despedida?
Me fugué sin decir nada. No soy de dramas.

¿Desde entonces tu vida ha mejorado o empeorado?
Mantengo el contacto con las personas que me interesa mantenerlo. Para eso existe WhatsApp. Mi vida social no se ha visto afectada ni para mejor ni para peor. Continúa siendo nula. Pero animo a todos los trolls y haters que lean esto a cerrar sus perfiles. El tiempo que desperdician en Facebook pueden usarlo en hacer todo aquello que dicen en Facebook que van a hacer. O en ver porno. El porno está muy bien. Liberas endorfinas.

Supongo que hay algo que aún extrañas de Facebook. ¿Qué es?
Las faltas de ortografía de la gente. Pobres animalitos. Les das un teclado y se creen alguien.

¿Piensas volver?
No. Se puede vivir perfectamente sin Facebook. Además, tengo la excusa perfecta para no felicitar en los cumpleaños ni asistir a reuniones de alumnos. Cabrones, si llevamos desde la prepa sin vernos es por algo.