Hard rock en Corea del Norte

En el primer lugar de su lista, además de afirmar haber curado el sida, el ébola y el cáncer, el jefe de estado de Corea del Norte, Kim Jong-un, puede agregar a sus logros el haber organizado el primer concierto de rock extranjero en Corea del Norte. El 19 y 20 de agosto, la banda de rock eslovena Laibach se presentó ante un grupo selecto de norcoreanos para celebrar el aniversario de la liberación de Corea del régimen japonés al final de la Segunda Guerra Mundial. Laibach reunió a unas cuantas celebridades con autorización para entrar al Reino Ermitaño, entre los que destacan Dennis Rodman y tres miembros de los Harlem Globetrotters.

Si nunca has escuchado de Laibach, escucharlos una vez puede explicar por qué Kim Jong-un escogió al grupo de rock industrial para celebrar los 70 años de independencia. La actuación militarista que Laibach hace en en vivo y su estilo musical con gruñidos han sido criticados durante décadas. Su vestuario y las letras de sus canciones aparentemente promueven el totalitarismo hasta tal punto que no está claro si Laibach es fascista o comunica un mensaje antifascista a través de la ironía. Laibach, al borde de la parodia, explora ideas complejas sobre el colapso económico occidental y el espionaje doméstico, a menudo al reinterpretar himnos pop, incluyendo todo el álbum de los Beatles Let It Be.

Mientras Laibach y Kim Jong-un siguen teniendo un poco de misterio, podemos apostar una sola cosa: como dijo Morten Traavik, el organizador del tour, a la BBC en julio: "Tanto el país como la banda han sido retratados como unos parias fascistas. La verdad es que ambos están siendo interpretados de manera equivocada".