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Gracias por su preferencia sexual

Jotos heteronormados, jotos homonormados

Vivimos la proliferación de la rainbow marketing. Estas campañas, a la vez que buscan ofertar un producto o servicio, también crean una norma de lo que el gay actualmente es o debería de ser.

Ilustraciones por Mrpoper Nicolás Marín.

Vivimos la proliferación de la rainbow marketing. Una colocación de productos o servicios vendidos especialmente al segmento LGBT. No es que antes los raritos como yo no usáramos cierta aerolínea o se nos cerrara la puerta de algún restaurante, sino que en los últimos veinte años algunas empresas han incluido en su mercadotecnia la imagen de alguien y sobre todo una pareja gay, lésbica o trans. Por supuesto, todxs ellxs de clase media o alta porque aquí lo importante es que haya poder adquisitivo más que una defensa o inclusión de la supuesta minoría. Como ejemplo basta "The Proud Whopper", la hamburguesa gay que lanzó Burger King en San Francisco en julio pasado.

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Particularmente no puedo identificarme con las campañas que siguen la línea de la también llamada mercadotecnia rosa, que busca atrapar al segmento de consumidores LGBT. En su mayor parte las representaciones del gay utilizado no combinan con el tipo de homosexual que creo que soy. Estas campañas, a la vez que buscan ofertar un producto o servicio, también crean una norma de lo que el gay actualmente es o debería de ser. Entonces viene el problema de siempre, incluso desde antes que la homosexualidad fuera catalogada como enfermedad: ¿cuál es mi identidad en ámbitos como el familiar, el grupo de trabajo o entre los desconocidos de mi barrio? ¿Esperan que sea un homosexual con una pareja estable y con una niña cachetona de tanta alegría? ¿Esperan que sea un gay barbón, un gay depilado o un gay lampiño? ¿Esperan que sea un gay afectado por la música pop y la ropa vintage? ¿Esperan que sea así para aprobar mis derechos legales? En estas esperas se conforma una trampa política de asunto crudamente social.

Mi familia no es religiosa pero es convencional, sigue las normas, los estándares, no procura romper, sino tensarse para resistir cualquier ataque de lo único, lo raro, lo que no está en la publicidad o en la página de sociales, sino en la nota roja o cultural. No es religiosa pero cumple con normas litúrgicas. Una ocasión mi hermana llegó escandalizada, con sus hijos bajo el brazo, después de la misa que dan a los padres de los niños que van al catequismo. Su escándalo se debía a que el sacerdote había dicho un chiste evidentemente machista sobre un muchachito que confiesa a su familia ser gay, y entonces su papá le responde que como es pobre no es gay, sino maricón, sólo un joto. Y chíngate, remató el sacerdote según mi hermana. La posibilidad de consumo es la que da una posición de género en la actualidad. Como la iglesia, la publicidad rosa también evangeliza: venden una ideología a los gays o lesbianas para que aspiren a ser esos sujetos homosexuales permitidos dentro de un marco conocido idéntico al de los heterosexuales. A los trans aún se les delega. Y desafortunadamente quienes caen más en ese pozo del deseo normativo son los jotos del chiste.

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Estos campos de guerra son conocidos como heteronormatividad y homonormatividad. Ambos son sitios a los que no pertenecemos ni yo ni muchos conocidos. Vamos hacia otro lado, es posible que estemos perdidos o próximos a encontrarnos en una definición, pero ciertamente no estamos en esos grupos. La heteronormatividad es un concepto de Michel Warner cuando argumentar que la heterosexualidad no sólo se convierte en la norma sexual por excelencia, sino en su única opción viable y posible. También, hay que decir, es entendida como un contrato social y una obligación moral, cuando todo esto se juega en el terreno de la homosexualidad. Por ejemplo, cuando la única posibilidad de ser gay es que salgas de tu casa para tener una familia con otro hombre donde uno ocupe el puesto de caballero y el otro de dama, esto se traduce en homonormatividad. Calcar patrones caducos pero que son aceptados por el mundo heterosexual que los ha practicado, diciendo que son estables pero que en la práctica vemos su fracaso en muchas familias por el mundo.

Tanto los jotos heteronormados como los jotos homonormados son clientes perfectos de la rainbow marketing. La persiguen, la anhelan, la practican. Pero a los otros, algunos que nos resistimos, ¿qué es lo que nos venden? Como en las telenovelas, la mercadotecnia rosa nos vende en esencia la idea de que es posible una estabilidad amorosa o una vida entera con alguien. Encontrar la mitad faltante de la naranja. Y más allá, claro. Es cierto que muchos buscamos una relación amorosa con otro, incluso a algunos se les va la vida en eso. Recientemente Beatriz Preciado publicó un artículo en el cual se intuye que pasa por una ruptura amorosa, y nos dice que "la estadística es más fuerte que el amor. Más fuerte que la política queer". ¿Y qué hay para eso? No me extrañaría que la rainbow marketing tenga un crucero para curar la soltería gay, lésbica, trans, incluida la heterosexual. Lo gay friendly como una bandera en todos los comercios.

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Sobre la homonormatividad que se mezcla con el neoliberalismo como sucede con la mercadotecnia rosa, Lisa Duggan ha dicho que la producción capitalista y de manutención de un "mercado rosa" hace de "gay" o "lesbiana" meras marcas comerciales. Etiquetas para atraer público. Para cerrar filas de pensamiento. En donde no hay cabida a otras búsquedas o figuras marginales como el soltero, el discapacitado o el asexual. Todo debe ir hacia un mismo destino heteronormado y/o homonormado. Pensando en estos personajes, me pregunté qué pensaban los otros y mandé dos preguntas a lectores o conocidos. Me dieron respuestas bastante atinadas sobre la imagen de los jotos heteronormados y los jotos homonormados. Personajes que están imponiendo un gusto social, cultural, político y económico a estala mundial. Los invito a leer las respuestas que me llegaron. ¿Qué piensan ustedes del asunto?

Vealan Beefland

1. ¿Qué es un joto heteronormado?
Un joto heteronormado es el que encabeza su perfil de Grindr con "Masculino busca similares", tiene en la sala un póster de Natural born killers o en su cuarto uno de Donnie Darko (según la edad), en la primera cita alaba tu masculinidad y agrega "para estar con alguien afeminado, mejor me voy con una mujer" o condena tu falta de masculinidad diciendo "yo respeto a los demás, pero no me gustan las locas", cree en el matrimonio gay porque el amor y los derechos civiles no tienen distingos y descree del matrimonio gay porque no se trata de hacerla de tos, sino de conseguir un cachito de paraíso. Un joto heteronormado es la víctima de la ideología dominante.

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2. ¿Qué sería lo homonormado?
Un joto homonormado es el que encabeza su perfil de Growlr con "Osito querendón", tiene en la sala un póster de Valerie Solanas o en su cuarto uno de Donnie Darko (según la edad), en la primera cita alaba tu falta de masculinidad y agrega "si no cogemos padre, al menos podemos ser comadres" o condena tu exceso de masculinidad diciendo "no seas closetera, acéptate, mi vida", cree en el matrimonio gay porque el amor y los derechos civiles no tienen distingos y descree del matrimonio gay porque no hay que pedirle nada al Estado, mucho menos el reconocimiento de un cachito de paraíso. Un joto homonormado es la víctima de la ideología no dominante.

Franka Polari

1. Yo uso el concepto "heteromermado". La merma producida en el placer potencial debido a imaginarnos los placeres y las relaciones como si fuéramos hetero. ¿Un joto heteronormado? Es el marica que ha renunciado a la imaginación y al potencial de otros placeres para abrazar la merma que produce igualar sus relaciones a la de los heterosexuales en vez de explorar e imaginar nuevas formas.

2. Que todos debemos vivir bajo la bandera del arcoíris y quedarnos en los límites del ghetto y de la masculinidad hegemónica. Que debemos hacer coreografías sobre canciones pop en vez de golpear en el slam.Como cuando no me dejaron entrar a un antro gay de Guadalajara porque se me veían los tatuajes y no me veía como se debe ver un gay… ¿Y qué hice? Me fui a un antro buga. ¿Y en el antro buga no parecía joto? Obvio, porque bailaba.

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Vaquero sonorense

1. Enseguida del rancho de mis jefes vivía un vaquero llamado Horacio. Todos los que vivían en los otros ranchos, que no eran muchos, sabían que era joto. Él tampoco lo ocultaba. Se sabía que se cogía al vaquero que se dejara y llegó a tener a un wey ahí unos años. Era visto por los demás como alguien de peligro. Nadie le hacía paros con el ganado. Él murió hace un año y su wey se quedó con todos los animales. Este wey ya vive ahí y la gente lo considera gracioso. Es amigo de todas las doñas y hasta le cuidan el ganado cuando él no esta. Él por supuesto está feliz.

2. Lo homonormado sería la razón por la cual él (el que se quedó con todo) no se quedó a vivir ahí. Solo va y viene. Él sabe que quedándose ahí no será mas que la jota loca.

Alejandro Tena

1. Pues no soy un experto en el tema, pero yo lo percibo como un homosexual que se percibe dentro de un mundo donde lo que rige es la heterosexualidad con sus usos y costumbres y por lo tanto cree que está mal o que sus acciones deben ir acorde a la norma. El mejor ejemplo es el gay de clóset. Aunque no creo que todos los gay de clóset se avergüencen de lo que son, sí creo que todos piensan que su condición merece ser oculta y que sus acciones deben ser lo más parecido a lo heterosexual. También están los homosexuales que no son de clóset pero quieren encajar en los estilos de vida de los heterosexuales. Por ejemplo, yo creo que casarse por la iglesia forma parte de la "heteronormatividad"; no tiene por qué ser exclusivo de los heterosexuales pero el que un homosexual quiera casarse así, con todo y vestido blanco de novia, me parece producto de la heteronormatividad.

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En lo personal creo que casi todos estamos heteronormados ya que prácticamente todos crecimos con esta educación. Yo desde niño sentía que me gustaban los hombres pero yo no encontraba relación ni problema entre eso y mi plan de tener novias, casarme y tener hijos. Cuando entré en la pubertad fue cuando descubrí que estaban relacionadas y por lo tanto representaba un impedimento la una con la otra (aunque ud. no lo crea). El proceso para aceptarme implicó romper con esquemas, entre ellos el heteronormativo.

2.El término se me hace como de una persona que está atrapada en lo que debe ser un homosexual, el estereotipo. Si criticamos la heteronormatividad que se le exige a todos los seres humanos en la sociedad, creo que lo homonormado ofrece todavía menos opciones, es más restrictivo, y en cierta forma, también es lo que espera la sociedad de un homosexual. En mi opinión, bajo una homonormatividiad los hábitos de vida, aspiraciones, moda, gustos, relaciones de pareja son mucho menos variados. No hay un estereotipo del hombre heterosexual sino más bien de tipos de hombres heterosexuales: el macho, el intelectual, el creador; pero sí hay uno del homosexual (empezando con que la palabra remite primeramente a un hombre). Y aunque en la realidad hay mucha diversidad entre los homosexuales, sí parece que hay unos que siguen la receta del estereotipo como una guía para la vida.

Cuando estaba leyendo un ensayo sobre literatura gay, casi todas las primeras obras que trataban con seriedad abiertamente el tema eran idénticas: un protagonista que sufría porque todos se lo querían coger y nadie le quería dar amor, pero el protagonista era igual, entonces sufría porque le rompían el corazón y pero el también lo hacía. Ese eterno drama lo he escuchado de varias personas heterosexuales "es que los jotitos sufren mucho en el amor" y se sobre entiende que es porque todos son víctimas y victimarios. Desde entonces en cine, libros y TV el gay parece estar condenado, por el sólo hecho de ser homosexual, a vagar sin rumbo y sin amor; y esta creencia se vuelve una forma de aviso-educación homonormativa.

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Anónimo

1. Un joto heteronormado es quien encuentra una reconfortante tranquilidad en la diferencia clara entre masculino y femenino. Le angustia pensar en espacios ambiguos, responde adiestrado por cierta misoginia a los hombres afeminados con rechazo (aunque él también lo sea). Me llama particularmente la atención cuando se ubican como 100% activo/pasivo, asumiendo que eso determina por completo la identidad. Valoran a las mujeres guapísimas, pero fuera de sus más cercanas amigas raramente reconocen a mujeres como interlocutoras.

2. Siempre que se pueda asumir que "lo gay" se puede definir en un par de minutos/ideas y se recurra al estereotipo básico en que se escucha cierta música, se viste/peina de cierta forma, etc. Se está pensando en un "deber ser" y lo demás se plantea como excepción.

Incluso parece que los círculos cerrados de relación social (donde se excluye con frecuencia a las mujeres), de consumo cultural o comercial terminan por definir modelos de comportamiento gay.

Arkive

1. Una persona conflictuada (u oscilante) entre los patrones de conducta de una comunidad y los patrones de conducta que establece el poder. Se necesita actuar de cierta forma para 'librarla' en la oficina, familia, conocidos; no voy a andar arriesgando (¿?). Estoy 'traicionando' a mi comunidad (si es que me siento parte) o a mí mismo(a) al decir, hacer, pensar contrariamente a lo que (parece) me hace feliz, me hace 'yo' o lo que me es afín (¿?). Ese cabrón anda con un pinche ruco. Le ha de pagar todo.

2. Lo delimitado por los intereses de una comunidad con ciertos códigos éticos, estéticos y conductuales. Cuando pienso en las decisiones de quien fue mi pareja después de que cada quien agarrara por su lado (casarse, dedicarse al celibato, 'salir del clóset', tener hijos, reasignar su sexo) siento que como persona es un fraude; no existe forma en que pudieran gustarle las mujeres (u hombres)… nomás se está engañando (¿?). ¿Heteroflexible?, no mames.

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