El miércoles pasado en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, el rostro de Estela de Carlotto evocó al de alguna abuela de película de la época del Cine de Oro, o al de Libertad Lamarque en sus últimas interpretaciones en la soap opera mexicana, pero su lucha supera a cualquier drama presentado en el cine de cualquier época.

Apenas el domingo pasado, De Carlotto, presidenta de la asociación Abuelas de la Plaza de Mayo, se reunió con los familiares de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa para platicarles su lucha de más de 36 años en la búsqueda de su nieto Guido Montoya, a quien se dedicó a buscar después de que la dictadura argentina le regresara el cadaver de su hija Laura a finales de los setentas, y de quien supo había nacido durante el secuestro de su hija por relatos que le fueron proporcionando los testigos del cautiverio de Laura.

Su paciencia, empatía e inquebrantable voluntad fueron claves en la reunión para transmitirles un apoyo que su simple tono de su voz es capaz de dar en momentos como los que viven los familiares de los jóvenes desaparecidos.

Durante su conferencia titulada "Relatos sobre identidad, nietos y reencuentros" y como parte del programa especial de Argentina quien funge como invitada de honor en la FIL 2014, la "abuela" ganadora del Premio de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en 2003 señaló que "el caso de los jóvenes desaparecidos en México es un caso del que todo mundo está enterado, por lo que el gobierno debe actuar con celeridad ante una situación tan delicada".

Ante un auditorio abarrotado de la manera más plural posible como debe ser en una feria del libro como la que se celebra en Guadalajara, la luchadora social argentina señaló que si bien es necesario ejercer presión al gobierno, "la violencia en estos casos no sirve porque viene la represión…. Aunque yo no les puedo decir que tengan la paciencia de esperar 36 años para tener respuestas porque sería una ofensa".

"En el mundo se están hacienda actos de apoyo por estas familias que no saben donde están sus hijos, las madres en Argentina quieren saber dónde están los restos de sus hijos, aún, están esperando a abrazar los restos, porque es una forma de cerrar el duelo… Quieren una respuesta, la que sea, les ofrecen dinero, no quieren; el hijo no tiene precio, y eso es justo lo que están esperando los padres de los normalistas de Ayotzinapa".

Frente a una manta donde aparecen estudiantes argentinos lanzando un mensaje de apoyo a los familiares de los normalistas, De Carlotto señaló que "todo lo que sea contra los jóvenes es malo, de este gobierno y del que sea, lo que debemos hacer es entenderlos, protegerlos, y cuidarlos porque son el presente y el futuro".

"Su participación en los movimientos convocados por la sociedad en general demuestra que tienen unas ganas de tener un país y una patria buena para el futuro, aún a riesgo de su propia vida", agregó.

Con un bastón y algo de cansancio en su rostro tras la serie de fotos y autógrafos otorgados, la abuela de la Plaza de Mayo, un ícono de lucha, voluntad y carácter en Argentina, atinó a decir que "lo que ha pasado con estos 43 niños… porque eran tan jovencitos, es un tema que trasciende las fronteras de México para dolernos el corazón a todos los que estamos en este mundo y que tenemos sentimientos de bien, así que yo creo que el Estado, el gobierno, debe dar respuesta inmediata y correcta a los familiares de estos chicos".

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