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El escenario político se movió mucho en la última semana, básicamente porque el tema de la inseguridad y los derechos humanos se colocó en el centro de atención.

El escenario político se movió mucho en la última semana, básicamente porque el tema de la inseguridad y los derechos humanos se colocó en el centro de atención.

Hace apenas una semana que platicamos y parece que ha pasado mucho más tiempo. En buena medida por que el escenario político se movió mucho en los últimos siete días, básicamente debido a que el tema de la inseguridad y los derechos humanos subió varios lugares y se colocó en el centro de atención. ¿Por qué?

En parte, por el tema del GIEI. Primero, el gobierno mexicano se empeñó en avisar a todo el mundo que ya se iban a ir los expertos que llegaron a ayudar con el caso de los normalistas de Ayotzinapa. Que el 30 de abril terminaba el convenio y que era un hecho que se tenían que ir. Ante esto la Comisión Interamericana de Derechos Humanos dijo que había que ver, que la decisión era de ellos y no del gobierno federal, pero al paso de los días terminó por confirmar la salida de sus especialistas. Eso sí, aclaró que el tema no está resuelto, que es un pena que no haya condiciones y que creará un mecanismo especial para mantener la lupa sobre el caso.

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En eso estábamos cuando la historia de Ayotzinapa adquirió un nuevo impulso con una sorpresiva salida de la Comisión Nacional de Derechos Humanos que informó que en su propia investigación (y con un testigo adicional) encontró hallazgos importantes. Por ejemplo, que en la detención de uno de los autobuses en los que viajaban los estudiantes, participaron dos patrullas de la Policía Federal y agendas locales de otro municipio —Huitzuco— que se habrían llevado a los normalistas para que el "patrón" —que no sabemos quién es— definiera qué hacían con ellos. En general el gobierno federal minimizó la información de la CNDH, así como su exigencia de que se abran otras líneas de investigación sobre el destino de los 43.

Y cuando creíamos que estaban puestos los temas de la semana en la mesa, de pronto comenzó a circular un video en el que militares y un agente de la Federal, torturan a una mujer al asfixiarla con una bolsa de plástico en la cabeza. La historia pasó de las redes sociales a algunos medios y cuando la Secretaría de la Defensa Nacional confirmó que la información era real, saltó ya por todos lados.

¿Qué impacto tuvo la difusión de ese material grabado en febrero de 2015 pero conocido hasta ahora? Depende de a quién le pregunten. Sin duda los más afectados fueron los soldados y por ello de inmediato activaron una estrategia de control de daños. Afirmaron que los implicados ya estaban siendo acusados desde que se enteró la Sedena en diciembre de 2015 (aunque están acusados de desobediencia, el tema de tortura le toca a la PGR que no ha actuado en su contra). Y el sábado, en un hecho inédito, organizaron un megaevento con más de 23 mil soldados en el que el Secretario de la Defensa ofreció una disculpa por la tortura.

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En la Policía Federal la respuesta ha sido mucho más tibia. Sólo a partir del video iniciaron la investigación y en varias declaraciones han minimizado el hecho, al hablar, por ejemplo, de "maltratos"cuando es evidente que se trata de tortura.

Cabe recordar que toda esta información coincidió con una recomendación del Departamento de Estado de los Estados Unidos, que exigió a su personal no asistir a Acapulco por la violencia, la misma semana que en otro informe advirtió sobre la crisis de derechos humanos que vive México. En esa misma línea, y en entrevista con León Krauze, Hillary Clinton dijo que en México urgen avances en derechos humanos y contra la corrupción.

El tema ha adquirido tal peso que incluso persiguió al Presidente Peña Nieto en su gira por Europa. Tanto en Alemania como en Dinamarca, el tema estuvo presente, ya fuera por protestas de activistas o por mensajes de los mandatarios con los que se reunió.

Como ves, estos temas prácticamente se llevaron la agenda. Claro, hubo algunos ecos de los cambios al Hoy No circula —aunque todavía no hay nada concreto— y los temas económicos y políticos siguieron circulando (como una encuesta de Reforma que pone a AMLO arriba rumbo al 2018), pero es un hecho que en el centro del reflector tuvimos al tema de los derechos humanos. Y eso, por cierto, es una buena noticia.

Por último, vale la pena que esta semana estemos atentos a la agenda internacional. En particular en Brasil, en donde los diputados ya dieron luz verde al juicio político a la Presidenta Rousseff, ahora toca el turno al Senado, y en Ecuador, que la está pasando mal por un sismo de 7.8 grados que golpeó ese país el fin de semana.

Ya veremos qué más sorpresas nos trae esta semana.

@MarioCampos

fb.com/MarioCamposCortes