La directora Erika Lust explica cómo hacer porno feminista

Erika Lust se inclina en su asiento y me mira a los ojos con una gran sonrisa de conspiración. Golpea una palma con el puño de la otra.

"Es hora", dice gritando hacia la sala de juntas. "El porno feminista debe volverse comercial".

Lust ha dirigido porno durante una década y ahora está en Toronto para la décima edición de los Feminist Porn Awards (Premios Porno Feminista). Ella quiere enseñarles a las jóvenes nuevas en la cinematografía que ellas también pueden entrar al negocio.

Ella presenta sexo real y agradable que muestra verdadero placer para todos los participantes y no sólo hordas de damiselas hambrientas de penes y sementales cabezas hueca. Ella dice que el porno debe cambiar.

"El porno siempre es igual. Los hombres son los principales y las mujeres son los conejitos sexuales. Amas de casa cachondas, secretarias… Hay demasiados estereotipos y realmente nunca se trata de nuestras experiencias", dijo. "Quiero entrar en las mentes sexuales de la gente. El porno comercial está dirigido por hombres de mediana edad. Su visión tiene muy poco que ver con mi visión o con las de mis amigos".

Lust empezó a ver porno cuando estaba en la Universidad de Lud, en Suecia, estudiando ciencias políticas y estudios de género. Le perturbó ver que los personajes femeninos en las películas no parecían obtener placer. Ella dice que se excitaba al verlo, pero no necesariamente se sentía feliz.

Luego, en 2004 creó su primera porno llamada The Good Girl (La chica buena) como proyecto final para una clase. Desde entonces se metió en esto y durante los últimos dos años ha estado trabajando en su serie XConfessions (obviamente el link es NSFW). La gente le escribe (puede ser anónimamente) contándole sus fantasías sexuales y ella les da vida cada mes. Las historias son divertidas y personalizadas y, sobre todo, muestran consentimiento y placer para cada miembro.

"Quiero ver que más mujeres se atrevan a hacer películas", dijo Lust. "De otra forma, mis hijas estarán aprendiendo de esos güeyes".

Lust escribió un e-book llamado Let's Make a Porno (Hagamos una porno) hace unos años y quiso compartir algunos de sus consejos.

"Aplasta tus miedos"
Lust dice: "El porno es algo que la mayoría cree que es egoísta y obsceno. Tienes que ser atrevida, debes ser valiente para hacerlo". En otras palabras, para poder hacer porno debe importarte una mierda lo que otros piensen y simplemente apegarte a tus principios.

Con el tiempo aprendió que no siempre debe explicarle su trabajo a otras personas. Para muchos puede ser "chocante" escuchar juntas las palabras porno y feminista, pero si las explicas, entonces no será un concepto difícil.

"Sólo lo explico si tengo diez minutos, porque si no, todos corren", bromea. "Si tengo diez minutos soy una pornógrafa feminista. Si no, soy una cineasta erótica".

"Recuerda: es sólo una película"
Para destacarse en el mercado, explica, debes pensar más allá del sexo y ponerlo en sintonía con el lado artístico de lo que estás haciendo. En otras palabras: haz que sea algo agradable de ver y que no parezca una película amateur en un motel de paso.

"La mayoría del porno es chafa, de mala calidad. Yo amaba el cine, otra razón por la que odiaba el porno", dijo Lust.

Aprender el arte de la cinematografía es clave. Esto incluye los elementos de producción y encontrar una locación perfecta: es decir, evita tu viejo sillón de vinil lleno de semen. No tengas miedo de cagarla. Simplemente usa el internet que las diosas nos dieron y deja que te instruya.

Obviamente deberás empezar con una cámara. En estos días, dice Lust, los amateurs pueden empezar con sus celulares y lograr resultados decentes. Mientras tus ambiciones vayan creciendo, encontrarás nuevas formas de mejorar la calidad.

"Lo más importante es tu idea"
Lust dice que es importante aprender técnicas narrativas. Simplemente no empieces tu película con la típica güera en apuros con vestido putanesco que es rescatada de una horrible situación por un güey con pene de caballo y camisa apretada. Ambienta la escena y tómate tu tiempo para construir a los personajes como humanos únicos con deseos. Ella siempre se pregunta cosas como:

"¿Qué es realmente interesante de estos personajes? ¿Cuál es el contexto? ¿Quiénes son estos personajes y por qué se interesan en el otro? ¿Dónde está la pasión?"

Casting: "Aprende quiénes son y lo que les gusta"
Ya que esto es porno feminista, todos deben dar su consentimiento antes de la filmación. Eso significa que no haya artículos sorpresa ni añadidos insertados en las cavidades de cualquiera de los participantes. Técnicamente es así como debería ser todo el porno, pero casi nunca pasa.

Los actores deben disfrutar lo que está ocurriendo y deben ser tratados con respeto. Si hay sexo grupal, no verás una mujer siendo nalgueada como si fuera un bistec mientras todos ignoran la existencia de su clítoris.

Lust dice que ser éticamente responsable es algo crucial en el porno feminista. Es ideal asegurarse que todos estén bien pagados y que no sean atacados sexualmente en el set. No siempre es obvio que las compañías de porno comercial les paguen a las personas en tiempo o que les garanticen cuidado médico adecuado.

"Elegir qué porno ver es lo mismo que comprar carne y huevos en el súper", dijo Lust. "Ser un consumidor responsable es algo importante, ya sea de comida o de porno".

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