La elegante persuasión de los granaderos de Mancera

Granaderos en San Bartolo. Fotos vía.

Miguel Ángel Mancera, el jefe de gobierno de la Ciudad de México, no es famoso por su sagacidad mediática. De hecho, para no decirlo con ironías, podríamos decir que es un imbécil en materia de comunicación y no estaríamos forzando los términos. Después de todo, se trata de la persona que palomea campañas como ésta, o que anunció un aumento al precio del metro y para calmar los ánimos, ese mismo día prometió que habría nieve en el Zócalo.

Ayer dio una muestra más de esa torpeza, pero además con un cinismo en el que parece superarse cada semana, cuando salió a tuitear acerca del operativo que hubo unas horas antes en el pueblo de San Bartolo Ameyalco, en la delegación Álvaro Obregón. Lo que pasó fue que envió a los granaderos a reventar con toletes a los vecinos opositores a un proyecto hidráulico, un enfrentamiento en el que más de cien personas quedaron heridas (al menos 20 de gravedad) y hubo nueve detenidos. Mancera se limitó a asegurar en redes que se establecerían “mesas de negociación” y que el proyecto beneficiaría a 20 mil personas (aunque estaría bueno que dijera a cuáles). Es decir, se hizo pendejo, mientras Leonel Luna, jefe de esa delegación, hizo lo mismo, con el regalito extra de asegurar que el proyecto va, porque va. (Ya vimos para qué van a servir las mesas de negociación).

Esto es lo grave: no que Mancera se vea como un imbécil en la tele y en su twitter, sino que le resulte tan fácil mostrar desprecio por sus gobernados. El asunto es éste: la obra de la que quieren convencer a la gente de San Bartolo (con la elegante persuasión de los granaderos) se trata de entubar un manantial del que desde siempre han hecho uso ahí. Los opositores aseguran que se trata de llevarla a Santa Fe, algo que la delegación se ha empeñado en negar. Pero, por alguna razón, representantes de los vecinos de esa zona (bastante más fresa que San Bartolo, casualmente, valga apuntar) han salido a defender el proyecto.

Por mucho que Mancera asegure que los opositores están confundidos o mal informados, el hecho de mandar un operativo tan violento no habla de una voluntad de informar (“vamos a reventarles la jeta para que se dejen beneficiar”) y sí de la formación de nuestro jefe de gobierno como destacado cuadro de la tira. Y la ambigüedad con que manejan el tema de la población a la que va dirigida la obra deja amplio margen para sospechar que se trata de un episodio de despojo con fines de privatización encubierta de los recursos.

Por lo pronto, el poblado de San Bartolo Ameyalco estaba, al menos hasta hace unas horas, sin servicio de electricidad y seguía ocupado por los granaderos. En los hechos están criminalizando a los pobladores de una zona entera. Lo absurdo es que, en el discurso de Mancera, su crimen es no dejarse ayudar.

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Mira estas fotos y un video de lo que ocurrió: