Director: Jules Jordan
Calificación: 10/10
Julesjordan.comDurante años, mis amigas metidas en la industria de la pornografía me han contado las cosas retorcidas que algunos "fanáticos" (más bien salvajes) les escriben. Las amenazas de violación y violencia son más comunes de lo que uno podría imaginarse. La línea entre una fantasía sexual y un deseo real es difusa: muchas veces me veo a mí mismo rogando al Cielo para que eso que les escriben a mis amigas sean sólo chistes o exageraciones.
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Me cuesta entender por qué muchas de estas chicas no mandan a esa gente a la mierda, o por qué no los bloquean de sus redes sociales o, en casos más extremos, no los denuncian ante una autoridad competente. Pensaba hace un tiempo que quizás tendría algo que ver con el trato despectivo que nuestra sociedad les da a las víctimas de abuso sexual, lo cual hace que a las chicas les dé miedo exponer el terrorismo sexual en las redes sociales. Pero me sorprendió mucho escuchar a una estrella porno decirme lo siguiente: "Denunciarlos no es bueno para el negocio. Son fanáticos inofensivos, y los fanáticos gastan dinero". "No hay dinero que valga una vez uno está muerto", le contesté.Después de rehabilitarme me di cuenta que necesitaba una nueva adicción de reemplazo: fue la risa. Me empeñé en despertar por la mañana e inyectarme un poco de humor negro todos los días. Durante los últimos seis meses, desde que conocí a Summer Brielle, la explosiva rubia amazona de grandes pechos y traje de mucama que se ve en la portada que acompaña este artículo, encontré a mi proveedora diaria de efusivas carcajadas y entretenimiento cómico. A diferencia de mis otras amigas del mundo del porno —quienes responderían con un emoticón de pulgar arriba a un mensaje del tipo "Quiero violarte en el baño para que no puedas escapar. Después de follarte bajo la ducha te abofetearé hasta que llores y luego te besaré. Y luego te FOLLARÉ hasta que mi vida acabe"—, Brielle toma el control, hace una captura de pantalla del mensaje, lo reescribe con alguna réplica ocurrente, y avergüenza el intelecto del fanático, corrigiendo sus errores de redacción y de gramática, y, de postre, burlándose del tamaño de su pene. Esto frente a los 544,000 seguidores que están pendientes de ella en Instagram. Cuando algún careverga le escribe: "Ven y chúpamelo, perra", ella responde: "Tentador si fuera una perra, recibiera órdenes, o aborreciera mi propia boca lo suficiente como para mancillarla con tu ridículamente intrascendente y tierno pitito". Y cuando otro le dice: "Quiero que me lo chupes como cuando te chupas una paleta, grrr", ella responde: "Muerdo las paletas y las parto en dos, luego las echo al triturador de alimentos".A pesar de recibir diariamente mensajes directos trágicamente sonsos, del tipo: "Quiero tragarme tus pedos" o "No seas tan egoísta. Tendrás tu cuerpo toda la vida. Yo sólo lo quiero por una noche", ella todavía puede reírse de sí misma. Cuando un seguidor le dijo que la hicieron los dioses, respondió: "Sí, los dioses hicieron esta cosa llamada peróxido. También hicieron a mi peluquero, el bótox y al que sea que se haya inventado MAC. Alabados sean los dioses". Brielle tiene un nivel absurdo de compromiso con gran parte de sus fanáticos, quienes, en su mayoría, se excitan con el abuso. Para Instagram, hizo una captura de pantalla de uno de sus tuits que dice: "Si alguna vez empiezo a sentirme optimista por la bondad inherente de la humanidad sólo tendré que mostrar mis mensajes directos de Instagram".Recomiendo seguir a esta mujer de inmediato. Aparte del beneficio evidente de ver desnuda a una mujer muy guapa, les aseguro una cuota de diversión diaria gracias a los cumplidos ambiguos que recibe, como: "Ya no veo videos [porno] porque me hacen sentir moralmente indispuesto, pero veo tu página porque eres realmente hermosa y divertida", a los que ella responde, sin sandeces: "No hay nada sobre el sexo que indisponga moralmente: es una de las cosas más naturalmente básicas y placenteras del mundo. Yo soy la que escojo exactamente qué hago y cuándo. Parece que tienes un complejo virgen/puta; espero que busques ayuda profesional".Podría seguir hablando de esto por páginas enteras. Una última evidencia: cuando está de buen humor, hace una especie de trabajo detectivesco, buscando y etiquetando a la novia, esposa o hasta padres de quien envía el mensaje. Fácilmente, mi publicación favorita de Brielle fue cuando un chico desaliñado y con cara de drogadicto, llamado César, le envió una selfie con una flecha morada apuntando a su mamá, desmayada en el sofá del fondo. Su mensaje decía lo siguiente: "Tengo 25 y vivo con mis padres. Podemos tirar porque ellos saldrán de la ciudad este fin de semana. La que duerme en el sofá es mi mamá". Brielle compartió la foto en sus redes y etiquetó a la mamá en el comentario: "Le pido permiso a tu mamá: ¿Lydia? ¿Qué opinas?". Meses después, mi corazón aún palpita al pensar cómo le fue al tal César…Para pasar un buen rato siga a @SummerXBrielle en Instagram. Más cosas estúpidas en ChrisNieratko.com o en @Nieratko en Twitter.