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En ocasiones, los grupos de apoyo que surgian en la comunidad se convertían en sindicatos criminales que administraban fumaderos de opio, prostíbulos y casa de apuestas. Las hermandades secretas —entre ellas la On Leong y la Hip Sing— lucharon una guerra tan sangrienta como cualquier otra en el mundo de la mafia. Armados con hachas y cuchillos de carnicero, pistolas y armas automáticas e incluso bombas, estos hombres convirtieron a la ciudad más grande de Estados Unidos en un foco rojo. VICE se reunió con Seligman, quien habla mandarín y un poco de cantonés, para hablar de las condiciones de vida del proletariado chino a principios del siglo 20, de por qué empezaron las guerras tong y de cómo terminaron después de 30 años de violencia.
Scott D. Seligman: Los chinos eran personas marginadas en el país durante esta época. La ley de exclusión china, aprobada en 1882, dejó claro que los chinos no eran ciudadanos y nunca iban a serlo. El gobierno también penalizó sus formas de entretenimiento, en especial los juegos de apuesta. El poder que las autoridades exigía sobre ellos en Nueva York no estaba regulado y los policías mal pagados clausuraban negocios con impunidad y amenazaban a los dueños si no les daban dinero. La sociedad estadounidense tenía un prejuicio contra los chinos y los veía como una plaga. Los chinos no contaban con el apoyo de los jueces ni con la imparcialidad de la corte.
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¿Hasta qué año se remonta la historia de estos grupos en China?
Las tongs estadounidenses tienen un poco de tradición china pero las dos organizaciones más violentas en Nueva York hasta la década de 1930 eran organizaciones eran de miembros crecidos en Estados Unidos. Una, la tong On Leong, se formó en Nueva York; su principal adversario, la tong Hip Sing, se estableció en la costa oeste e hizo una cabeza de playa en el Este a finales de la década de 1880. Se decía las tong seguían una tradición que empezó en China, al inicio de la dinastía Qing (de 1644 a 1911) —la tradición de la triada, una organización criminal cuyo objetivo era restaurar la anterior dinastía Ming (de 1368 a 1644)—.
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Nueva York vivió cuatro guerras entre tongs de duraciones variadas entre el inicio de siglo y la década de 1930, y todas empezaron por razones diferentes. La primera fue por una lucha por tener el control de los juegos de apuestas; la segunda fue por la "propiedad" y el asesinato de una mujer. La tercera fue por el control de la distribución del opio y la cuarta fue por un miembro de una tong que abandonó su hermandad para unirse a otra tong.Cada que empezaba una guerra, era difícil detenerla porque no responder a una provocación se consideraba una vergüenza. Se necesitaban muchas negociaciones para llegar a un cese al fuego. A veces lo seguían, a veces no.
Fue un proceso lento pero fue subiendo de nivel conforme las armas se volvieron más sofisticadas y capaces de matar a más personas al mismo tiempo. A finales del siglo 19, utilizaban principalmente cuchillos de carnicero y navajas; a principios del siglo 20, el barrio chino vio una gran afluencia de revólveres. Los explosivos solo se utilizaron un par de veces —alrededor de 1912— y afortunadamente causaron más pérdidas materiales que humanas.¿Las guerras tong penetraron la consciencia colectiva con alguna de estas batallas masivas?
En 1905, la policía hizo una redada masiva en domingo de Pascua en doce casas de juego del barrio chino. Fue la redada más grande y espectacular que se había visto en Nueva York hasta esa época. Ese mismo año, los sicarios de Hip Sing masacraron a los On Leongs en el teatro chino de la calle Doyers, uno de los incidentes más famosos.
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Las autoridades sí intervinieron, mucho, de hecho; lo explico más detalladamente en el libro. Simplemente no eran muy eficaces para detener la violencia por mucho tiempo. La policía cerraba las casas de apuestas y los burdeles. Arrestaban a los delincuentes y los metían a la cárcel. Los fiscales de distrito reconocieron a varios tongs acusados de asesinato y algunos fueron ejecutados. Los jueves negociaban ceses al fuego y treguas. Con el tiempo, las autoridades federales tuvieron que intervenir y deportaron a algunos chinos.Las tongs se calmaban después de una represión pero siempre estallaban nuevas guerras después de un tiempo.¿Cuál era la importancia de los jefes como Mock Duck, el líder de la tong Hip Sing?
Las tongs, al igual que la mayoría de las organizaciones chinas, respetaban una jerarquía. Mock Duck era especial porque era muy joven para estar dirigiendo una organización de ese calibre, en especial dentro de una cultura que venera la edad. Su crueldad y su inteligencia fue lo que lo catapultó a la cima de la pirámide Hip Sing. Por otro lado, Tom Lee, el líder de los On Leong, era una eminencia gris.
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¿Quiénes era las piezas clave en estas organizaciones criminales?
Charlie Boston, quien dirigió a los On Leong después de la muerte de Lee, controlaba una red de distribución de opio que abarcaba todo el país. Gin Gum era el consejero de toda la vida de los On Leong. Su contraparte en el lado de los Hip Sing era Wong Get. Los Hip Sing también tenían a Chin Jack Lem, quien empezó como On Leong y provocó la cuarta guerra cuando se pasó al bando contrario.¿Cuándo y cómo se disipó la corrupción, si es que lo hizo?
El principal factor fue la Gran Depresión porque debilitó los recursos de las tongs y les quitó las ganas de seguir peleando. Para 1931, el 25 por ciento de los chinos en Estados Unidos quedaron desempleados y muchos buscaron refugio en las tongs. También hubo otros factores que pusieron fin a las guerras. El poco dinero que tenían y que no utilizaban para alimentar a los pobres, lo enviaban para la defensa de China, que fue invadida por Japón en 1931. Además, la policía logró erradicar las casas de juego y Tammany Hall también iba en declive. Además, la mayoría de los 8 mil chinos de Nueva York dejaron de vivir en Nueva York y como más del 40 por ciento habían nacido en Estados Unidos, ya no necesitaban la protección de las tongs.¿Qué te impulsó a escribir este libro tan aclamado por su precisión histórica y simbolismo gánster?
Tong Wars es mi tercer libro sobre la experiencia china en Estados Unidos. Empecé a enfocarme en este tema hace casi diez años porque combinaba mi fascinación por China, mi carrera en historia estadounidense y mi experiencia en investigación genealógica e histórica. Los primeros dos libros eran biografías de hombres que podríamos considerar héroes estadounidenses de origen chino. En Tong Wars, decidí enfocarme en personas que no eran tan honorables.La mayor parte de lo que sabemos sobre el barrio chino en sus inicios viene de los periódicos, en especial de las publicaciones neoyorkinas, que ofrecen una cronología confiable. Pero su cobertura era el trabajo de periodistas blancos que se basaban en los datos que les proporcionaban sus informantes chinos. No siempre podían diferenciar entre la verdad y la ficción. Además, consulté en registros de censos estatales y federales, en manifiestos de pasajeros, en el registro civil, en los expedientes de la corte y en los expedientes de los casos de exclusión de chinos en el Archivo General de la Nación, los cuales ofrecen más detalles sobre los individuos. También leí algunas autobiografías en inglés y en chino.Había visto varias referencias de las tongs del barrio chino durante la investigación para mis otros libros pero sabía muy poco sobre quiénes eran y por qué luchaban. La mayoría de los chinos no tenían nada que ver con las tongs pero el barrio chino de Nueva York era un lugar pequeño y me sorprendió ver que muchos de los personajes que conocí en mis investigaciones previas también desempeñaban un papel importante en este libro.Tong Warssalió a la venta el 12 de julio de este año. Puedes ordenar tu copia en esta página.Sigue a Seth Ferranti en Twitter.