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Cultură

La historia de los hermanos negros convertidos en fenómenos de circo

Así vivieron George y Willie Muse, dos negros albinos.

Todas las fotos cortesía de Little Brown and Company.

En 1899, George y Willie Muse, que en ese entonces tenían nueve y seis años, fueron secuestrados en Truevine, Virginia, y obligados a unirse al circo. Los hermanos eran albinos nacidos de padres afroamericanos en un período de la historia del sur de Estados Unidos cuando los negros tenían pocos o ningún derecho. Su piel blanca y sus rasgos negros les daban un aspecto exótico que los Hermanos Ringling y "El mejor espectáculo del mundo" de Barnum & Bailey explotaron al mostrarlos como caníbales, "fenómenos" cabeza de oveja, y "embajadores de Marte" en las atracciones de las ferias.

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Los hermanos fueron grandes estrellas internacionales mucho antes de la era de la televisión, y se presentaban ante enormes multitudes en el palacio de Buckingham y el Madison Square Garden de Nueva York. Pero durante todo ese tiempo su madre, Harriet, se negó a aceptar que se habían ido para siempre, y pasó cerca de tres décadas tratando de recuperarlos.

En un nuevo libro de la editorial Little, Brown and Company, Truevine: Two Brothers, a Kidnapping, and a Mother's Quest: A True Story of the Jim Crow South, que salió el 18 de octubre, la periodista Bet Macy escribe un emocionante relato sobre cómo era la opresión hacia los negros durante una de sus formas más extremas al comienzo del siglo 20. Macy cuenta la historia de los hermanos Muse, pero lo más importante es que detalla la misión de su madre para encontrarlos. Durante décadas, la historia muy bien guardada de cómo "Eko" e "Iko" —como se les llamaba en el circo— se convirtieron en George y Willie una vez más, sólo era conocida por los miembros de la familia, quienes eran analfabetos en su mayoría. A Macy le tomó 25 años obtener la historia completa, y para lograrlo tuvo que ser persistente y construir una relación de confianza con los miembros restantes de la familia.

En su libro, Macy pinta un retrato sorprendente de la Virginia rural, el complicado estrellato de los fenómenos de circo, y la increíble historia de una mujer negra que desafió a los hombres blancos con el propósito de que dos chicos negros dejaran de ser objetos y se convirtieran de nuevo en seres humanos. Recientemente hablé con Macy sobre la travesía de los hermanos Muse, sobre el racismo durante la época de las leyes Jim Crow, y de por qué su madre merece una estatua.

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VICE: Antes de leer este libro, no estaba familiarizado con los hermanos Muse. ¿Me puedes decir un poco acerca de su vida durante el punto más alto de su "fama", por así decirlo?
Bet Macy: Ellos fueron una de las principales atracciones de los Hermanos Ringling, y de Barnum & Bailey durante la mayor parte de los años 1920 y 1930, una época en que el circo, también conocido como "El más grande", era la máxima forma de entretenimiento en Estados Unidos. Junto con el día de Navidad, el día de circo —cuando llegaba a tu ciudad— era el más importante del año, y las personas se juntaban para ver cómo descargaban los trenes durante las primeras horas del día, incluso si no tenían el dinero para asistir a las funciones.

Los hermanos Muse se presentaron ante la realeza británica y en espectáculos atestados de gente en el Madison Square Garden. Su acto a veces figuraba en los titulares del New York Times. Cuando eran adolescentes, el circo los exhibía sólo como "objetos" en las pequeñas ferias itinerantes, ya que su piel lechosa y ojos azules se consideraban lo suficientemente novedosos. Al cabo de unos años, sus representantes les dieron instrumentos musicales como accesorios, pero la broma resultó contraproducente, pues los hermanos Muse tenían la capacidad de escuchar una canción una sola vez y reproducirla en casi cualquier instrumento, desde el xilófono hasta el saxofón y la mandolina.

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Su historia es bastante sorprendente a simple vista, pero conseguiste llegar a sus profundidades, luego de 25 años. ¿Cómo fue ese proceso a lo largo del camino?
La primera vez que le pregunté a Nancy Saunders si podía escribir una historia sobre sus famosos tíos abuelos, me contestó (así como a muchos otros que trataron de escribir la historia) que no le interesaba. Diez años más tarde, después de que Willie Muse murió, Saunders dejó que un colega y yo escribiéramos unos artículos para el periódico, pero no nos contó mucho. La clave fue seguir insistiendo y darle seguimiento al asunto. Como dijo [el ganador del Pulitzer] Robert Caro, "el tiempo equivale a la verdad". Se necesita tiempo para construir relaciones con las personas para ganar su confianza. Creo que esto existe cada vez menos en la sociedad hipermóvil de hoy en día. Soy un unicornio en el mundo del periodismo; sigo en la misma ciudad de tamaño medio, lo cual me ha permitido escribir dos libros que tienen un trabajo de investigación profundo.


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¿Me puedes contar sobre la madre de los hermanos Muse, y la dificultad que enfrentó al tratar de recuperar a sus hijos?
Ella es la verdadera heroína no reconocida: una mujer negra analfabeta durante la época más dura de la segregación que estipulaban las leyes Jim Crow, y que vivía en una ciudad donde el jefe de la policía era el fundador y líder del KKK. Ella no sólo lo enfrentó a él, sino también a los poderosos abogados de Ringling [cuando luchó con éxito para recuperar a sus hijos del circo]. Piensen en su audacia. Pudieron haberla linchado. Si pudo prevalecer en contra esas fuerzas poderosas durante un par de décadas, trastornando continuamente los sistemas diseñados para anular sus derechos legales, piensen en cómo sería en la actualidad. Alguien debería poner una estatua en su honor. Ella luchó contra el poder. Era una mujer genial con un carácter tenaz.

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No sabía leer porque los agricultores en la zona rural de Virginia no podían ir a la escuela. No sé con certeza cómo sabía que [sus hijos] estaban con el circo el día en que se presentó [para recuperarlos] en 1927. Ella les contó a sus familiares que lo había visto en un sueño. Sabemos que fue un acto casi suicida luchar contra los abogados de Ringling y ocho policías en el circo, y pugnar con éxito por el regreso de sus hijos. Como una mujer negra, se suponía que debía conocer su lugar.

"Esto realmente es un libro sobre un olvido histórico, y cómo la historia de una familia fue anulada sistemáticamente por las instituciones dirigidas por blancos".

¿Cómo trataban a los hermanos Muse en el circo? ¿Sus vidas fueron más fáciles a medida que aumentó su fama?
Eran analfabetos porque nunca se les permitió asistir a la escuela, así que nunca hubo un acervo escondido de cartas que pudiera estudiar. Les contaron a sus familiares que sus primeros años de trabajo para diversos espectáculos fueron traumáticos, en vista de que estaban cautivos y les dijeron que su madre estaba muerta. También sabemos que se burlaban constantemente de ellos en los reportajes de los medios de comunicación, y nunca se cuestionaba el hecho de su llegada al circo a través del tráfico humano.

Una vez que su madre los recuperó y obtuvo una compensación del circo, fue su decisión regresar, pero fue una elección muy complicada. ¿Qué era mejor: estar en una vivienda apretada de 157 metros cuadrados sin agua corriente (y donde la gente se burlaba y se les quedaba viendo), o la vida en el circo (que en ese momento era el único hogar que realmente conocían)? Sus vidas mejoraron cuando empezaron a consultarlos y se les permitió visitar a su madre. Se puede apreciar en las fotos que fueron más felices después de eso.

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Harriet Muse, foto cortesía de Nancy Saunders.

¿Cómo se compara la época de las leyes Jim Crow en el sur de Estados Unidos —de la que has escrito en este libro—con lo que está pasando hoy en día con las relaciones raciales?
Una pariente contemporánea de los hermanos, Erika Turner, cuenta esta gran anécdota de 2015 cerca del final del libro. Ella estaba en una clase de psicología en la preparatoria después de los disturbios en Baltimore por la muerte de Freddie Gray. Sus compañeros de clase suburbanos, predominantemente blancos, estaban criticando los saqueos, mientras ella intentaba explicarles que estos acontecimientos no estaban sucediendo en un vacío, sino que eran el producto de siglos de explotación y sesgo sistemático.


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Muchas personas blancas no quieren hablar sobre asuntos raciales; es incómodo. Algunos concluyen que la esclavitud ocurrió hace más de un siglo, y que la gente viva actualmente no tiene nada que ver con ello. Sin embargo, los datos de esas historias, que abarcan desde la esclavitud y la segregación hasta los derechos civiles y los encarcelamientos, son parte medular de la vida en Estados Unidos hoy en día. Cito el ejemplo de una señora mayor que todavía se estremece al recordar a los loros que se burlaban de ella con epítetos raciales mientras iba camino a la escuela, o a la agricultora que recibía su almuerzo a través de una ventana y se veía obligada a comer al aire libre, aún con mal tiempo, porque la regla era: "No se permiten negros en la casa".

Y a pesar de que he pasado tres décadas escribiendo en gran medida sobre gente marginada, fue mucho más difícil de lo que creía. Los periódicos de todo el país publicaban caricaturas racistas, incluyendo Las meditaciones de Hambone. La mayoría de los blancos consideraba que los negros eran seres subhumanos, incluyendo la mayoría de nuestros propios antepasados blancos, algunos de los cuales se beneficiaron de la explotación sistémica de los negros como una clase marginal. Creo que todos tenemos que adoptar un pedazo de esa herencia. Y para hacerlo, en primer lugar hay que reconocerlo.

El libro podría tratar con una narrativa centrada en la explotación de estos hermanos, pero en realidad es una historia sobre conceptos más grandes como el amor.
La atracción de circo puede haber sido el factor sorpresa, el gancho de una gran historia, pero esto es realmente un libro sobre el olvido histórico, y cómo la historia de una familia fue anulada sistemáticamente por las instituciones dirigidas por blancos. La esencia de Truevine son las tribulaciones de dos fuertes mujeres negras que protestan para obtener justicia para su familia. No sólo Harriet, la madre, sino también su bisnieta Nancy, que demandó a la corporación más grande en la ciudad cuando Willie Muse fue maltratado posteriormente. Las personas —blancas y negras— se burlaban de Nancy debido a sus tíos, lo que hizo que desarrollara una actitud de dureza. Sus parientes la llaman con cariño La Guardiana. Después de 25 años, finalmente me dejó contar esta historia, no tanto por el bien de su familia, sino porque cree que la gente tiene que aprender a aceptar las diferencias de los demás. También porque cree que su tío Willie —que nunca fue entrevistado— merecía, para variar, tener la última palabra.

Puedes comprar 'Truevine' aquí. Sigue a Seth en Twitter.