El negocio del disfraz en el Centro Histórico del DF

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El negocio del disfraz en el Centro Histórico del DF

No se trata sólo de estar parado en un mismo lugar y posar para la foto, pero la felicidad que generan en otros es una de las cosas que los hace seguir y gozar de su profesión.

Texto y fotos por Varenka Tuma.

"Llevo algunos años dedicándome a esto, ya que se me ha dificultado encontrar trabajo desde que salí del reclusorio", me dijo una de las botargas que junto a Mickey Mouse, Bumblebee y un par de Minions —entre otros personajes— se pueden ver desde temprano en el Centro Histórico de la Ciudad de México. "No es fácil trabajar en esto, muchos no duran más de un año".

Las personas que se ponen botargas y algunos artistas urbanos que se encuentran en calles como Gante, Madero, Motolinia y las escalinatas del Banco de México, han encontrado aquí una fuente de ingreso económico desde hace algunos años.

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Los trabajadores de estas calles lo hacen tanto por pasión, como por necesidad. Algunos llevan años dedicándose a esto y han creado sus personajes a la perfección con ayuda de maquillaje, vestuario y mucho ingenio. Ellos son considerados los veteranos del lugar, como el señor Engelbert, quien personificó al Gato en el sombrero de Dr. Seuss. Él fue una gran inspiración y ayudó a muchos de sus compañeros a crear personajes y les ayudó a mejorar con sus técnicas de maquillaje. A pesar de que no se le ha visto desde hace meses, todos lo recuerdan con cariño.


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Otros crean sus disfraces, pero contratan gente para que los use mientras ellos se encargan de tomar las fotos, cobrar y cuidar las botargas. Finalmente, hay quienes sólo compraron los disfraces y luego pusieron a alguien más a trabajar.

El negocio del disfraz no se trata sólo de estar parado en un mismo lugar y posar para la foto, pero la felicidad que generan para otros es una de las cosas que los hace seguir y gozar de su profesión.

Platicamos con algunos de los personajes para saber más sobre su situación en las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México.

SID, LA ERA DE HIELO

VICE: ¿Te puedo hacer unas preguntas?
Arturo: No, amiga, no se puede.

¿Tú hiciste el disfraz?
Algunos lo hacen, otros no.

Bueno, ¿cuánto cobras por una foto?
Diez pesos.

Esmeralda (Minion Capitán América) tiene 18 años. Luis (Minion morado) de 17 años, empezará a estudiar criminalística este año.

VÍCTOR, CUIDADOR DE BOTARGAS

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VICE: ¿Tú hace los disfraces?
Víctor: Sí, los hago desde cero.

¿Cuánto tiempo te toma?
Depende, uno sencillo como éste del Minion Capitán América, me lo aviento en unos dos o tres días. Yo los coso y todo.

¿Llevas mucho aquí en Madero?
No, yo no. Llevo como un mes y medio, más o menos.

¿Disfrutas tu trabajo?
Sí, disfruto la relación con los niños. Se siente chido que les gusten tus disfraces y que estén ahí, vale la pena.

¿Cuánto cobran por una foto?
A 15 pesos con un personaje y a 20 con dos.

¿Tienen problemas con la policía?
Hay reglas que hay que cumplir y si no las cumples, pues ahí sí hay problemas.

¿Alguna en específico?
Por ejemplo, no puedes estar a la mitad de la calle de Madero. Tenemos que estar hasta cierta línea y si te pasas, ya llegan a decirte algo.


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¿Tienen que pagar algo al gobierno o a alguien más para estar aquí?
Pues con los líderes se ve todo eso.

¿Cuáles son los líderes?
Es una asociación.

Ah, ¿sí? ¿Cómo se llama?
No sabría decirte la verdad. ¿Me creerás que ni siquiera sé? Sé quiénes son y todo, pero no sé bien cómo se maneja.

¿Hacen otro tipo de eventos?
Sí, eventos infantiles. Y no na'más botargas, tratamos de cambiar siempre de personajes. Un artista callejero tiene que estar listo para todo tipo de temporadas.

¿Qué prefieren, invierno o verano?
Por negocio, invierno, pero el verano también es bueno, nada más que el calor es pesado. Con la botarga, uno suda muchísimo.

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¿Cómo se comporta la gente con ustedes?
Hay niños que se emocionan y quieren un abrazo, pero no falta el que te da un golpe. En cuanto a los adultos, no falta el graciosito que empuja la botarga, cuando le digo: "Hey, amigo, hay una mujer adentro", piden disculpas que porque no sabía. Pero eso no se hace, hay que respetar el trabajo de otros. Hay gente que viene y dice 'no te voy a pagar nada', pero no entienden, nosotros estamos aquí por necesidad, es nuestro trabajo. Las botargas o los disfraces no son gratis, están aquí aguantando la lluvia, el frío y más.

En promedio, ¿cuánto ganan?
Depende mucho por los días, si llueve, si es fin de semana, pero tanto te puedes llevar cien pesos, como te puede ir bien y ganar 800.

ÓSCAR, CUIDADOR DE BOTARGAS

VICE: ¿Cuáles son los muñecos que cuidas?
Óscar, 46 años: Traigo a Mickey y a Minnie. Aquí cada trabajador es independiente, cada quien trae a sus muñecos.

¿Y siempre hay una persona que los cuida?
Sí, pero bueno, no que los cuida, si no que viene con ellos para que puedas tomarte la foto y se pueda cobrar.

¿Por qué empezaron a hacer esto?
Hubo un tiempo que no teníamos trabajo y, bueno, nosotros nos dedicamos a hacer botargas, así se nos ocurrió venir al centro y empezar con esto. Ya llevo siete años en esto, con lo de las botargas un poquito más. Nos hemos puesto tres años en Madero, pero antes era del otro lado de la plancha del Zócalo.

¿Los corrieron de allá?
Sí, de hecho, no puedes trabajar en la plancha. Siempre ha estado prohibido, nomás que pues uno tiene que venir y torearle. Así le dicen, ¿no? Así le dicen y pues ya si te agarran ni modo te llevan al cívico. Pero ya después como que se regularizó y como que dieron chance.

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Me di cuenta que a tu compañero los policías lo estaban echando para atrás.
Sí, es que son órdenes de arriba, pero vienen de mamones porque realmente nosotros ni le estorbamos a la gente.

¿Cuánto cobran por una foto?
Antes, cuando empezamos, lo que la gente quisiera dar. Había gente que te regalaba dos o tres pesos. Mucha gente nada más venía, se tomaba la foto y no te regalaba nada. Después nos dimos cuenta de que a veces no comíamos con lo que nos daban. Ahí fue cuando le empezamos a poner precio, que a cinco o diez pesos. Ahora ya es de a 15 pesos, más la digital que es de a 50.

Mucha gente piensa que por estar aquí se puede tomar la foto sin darte nada y es mentira. Sí, tú traes tu cámara y te puedes tomar la foto y lo que quieras, pero son mis muñecos, ¿estás de acuerdo? Me tienes que pedir permiso. Si yo te lo doy, perfecto, pero si te digo que tienen un precio, debes de respetarlo, ¿no?

¿Qué tal es la relación con las demás botargas?
Bueno, no somos súper cuates. Nos conocemos porque trabajamos aquí. Somos compañeros de trabajo. De hecho, es una organización, aquí hay alguien que nos dirige y no nos permite tener broncas con los demás compañeros.

¿Cómo se llama la organización?
Se llama ProDiana (organización dirigida por Diana Sánchez Barrios, la primera diputada transexual en México, que apoya a quienes se visten con botargas y artistas urbanos desde 2012, cuando el Fideicomiso del Centro Histórico y la Secretaría de Seguridad Pública los iban a sacar del corredor) o algo así. Pero no, te digo no tenemos broncas.

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Si yo quisiera trabajar aquí, ¿que tendría que hacer?
Pues tendrías que hablar con el dirigente. Si él te dice que sí, por mí no hay ningún problema. Nosotros no tenemos problema cuando te dice el dirigente que sí. No somos nadie para decirte que no, si él te dice que sí.

¿Todos lo conocen de vista?
Pues sí, siempre anda por aquí.

¿En qué trabajabas antes de dedicarte a esto?
Tenía un taller de costura.

Entonces, ¿tú haces los disfraces?
Las máscaras se mandan hacer y nosotros hacemos el vestuario.

¿Cómo va el negocio?
Pues mira, sí viene mucha gente al centro, pero la mayoría paga la foto de 15 pesos. ¿Por qué? Porque hay mucha gente que no tiene dinero para ir a Disney. Tengo gente trabajando, a la que le pago comida y agua. Entonces, si la gente viene y se toma la foto sin darte nada, pues hay gastos que no se cubre.

¿Tienen un salario base?
Sí, son 150 pesos diarios para cada trabajador más sus comidas y sus aguas. Y mucha gente pregunta por qué cobro, pues porque si no, ¿con qué les pago?

RAÚL Y TOÑO, TORTUGAS NINJA

VICE: ¿Por qué empezaron a hacer esto?
Raúl, 17 años: Yo por dinero.
Toño, 16 años
:
Sí, yo también.

¿Llevan mucho en esto?
Raúl: Yo entré hace seis meses, Toño hace siete.

¿Te va bien?
Raúl: Sí, no me quejo.

¿Quién hace los disfraces?
Toño: No, nuestros jefes nos los dan, no sabemos en dónde los hacen.

¿Cuánto cobran por una foto?
Toño: Depende, si la gente la toma con su teléfono, son 20 pesos, con la que tomamos nosotros ya son 50.

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¿Qué se tiene que hacer para ponerse aquí?
Raúl: Se tiene que hablar con alguien, hay que pedir permiso. La verdad no sé cómo está la onda porque hay cuates que vienen a ponerse así nomás y los quitan porque no tienen el permiso.

¿Qué es lo que más les gusta de este trabajo?
Toño: Ser una tortuga.

¿Siempre tienen al mismo personaje?
Raúl: No, depende, si este personaje ya no jala, pues nos cambian a otro.

¿Estudian?
Raúl: Los dos estudiamos.

¿Cuál es el horario de este trabajo?
Toño: Empezamos a la una y salimos como a eso de las ocho y media de la noche.

BUMBLEBEE, TRANSFORMERS

VICE: ¿Cómo empezaste a trabajar en esto?
Rogelio, 64 años: Por la necesidad que todos tenemos de un ingreso extra. Ya ve que actualmente el dinero no alcanza para nada. De aquí, pues, sacamos algo.

¿Cuánto tiempo llevas disfrazándote?
Unos cuatro años, más o menos.

¿Tú haces los disfraces?
Sí, junto con uno de mis hijos, que hace el diseño gráfico. Uno de mis hijos trabaja el transformer azul.

¿Están sólo en Madero o en algún otro lugar?
Nada más en Madero, porque es una parte muy concurrida del centro y, sea como sea, hay mucha gente que coopera con nosotros. De ahí ya sacamos para los gastos, alimentación y agua. Ya ve que aquí todo cuesta.

¿Cómo se llevan con los demás?
Tenemos algunas diferencias, pero todos tratamos de estar unidos para que cuando haya algún problema, jalemos parejo, porque si no hay unión, no hay fuerza. Es parte de nuestro trabajo, tenemos que apoyarnos mutuamente.

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¿Cuál es tu tipo de clientela?
Principalmente niños, pero también hay adultos que quieren llevar la foto para sus nietos o para sus hijos. "Ay, mira lo que me encontré acá, le voy a sacar una foto porque a mi niño le encanta", y esto y que lo otro. Entonces son recuerdos que se llevan para alguien de su familia. Y claro, uno intenta hacerlo lo mejor posible para que les agrade.

¿Disfruta su trabajo?
Pues me agrada, porque si no, estaría de malhumor, ¿no? Pero sí es agradable la convivencia con los niños. Así, a mi edad, la llevo rélax.

¿También los contratan para eventos?
Sí, porque luego pasan las personas, "Oiga, que una fiesta infantil, que un cumpleaños, una presentación", equis cosa, como cuando nos invitaron a la presentación del Camaro, por decir algo. Estamos ahí un rato haciendo su publicidad. Nos tratan bien, nos pagan bien, nos dan de comer. No nos podemos quejar.

Hay que aguantar las temporadas malas. A veces me llevo 50 pesos y ni hablar, ¿por qué? Porque hay necesidad.

¿Les va mejor que cuándo se ponen en Madero?
Es variable porque a veces aquí no hay nada. O sea, hay días muy tranquilos, que estamos las horas y nada, se cansa uno y ni una foto nos toman.

¿En qué trabajas anteriormente?
Pues mira, he tenido varios trabajos. O sea, trabajé un tiempo en una empresa, pero la pensión no me alcanzaba para nada. Con mil y fracción al mes, digo, ¿para qué sirve en la actualidad? Ya todo está bien caro. Entonces hay que buscar algo extra. Incluso he sido vendedor de periódicos. Siempre y cuando sea trabajo honrado, yo creo que no es malo. Ésa es la cosa.

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Actualmente, ¿éste es tú único trabajo?
Ahorita sí, porque ya no tengo posibilidad en cualquier lado. Incluso para ustedes, los jóvenes, está difícil porque el mercado es muy competitivo. Contratan al que sabe más y cobra menos, no hay más.

Más o menos, ¿cuánto ganas aquí?
Pues es variable y también depende del personaje. A veces ni nos toman en cuenta, así nos pongamos una hora o dos, hay veces que apenas son 150 o 200 pesos al día.

¿Y tú mejor día?
No, pues en sábados y domingos, unos 500 o 600 pesos. Aquí se gasta lo que se gana, que la comida o el agua, además, el traje no lo puedo llevar a la casa, entonces lo tengo que pagar una bodega a la semana. A veces viene un alguien que nos dice que hay niños enfermos, terminales o eso, y pues sí vamos. Nos invitan y no les cobramos. Esos niños dan mucho amor.