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Las desapariciones de Chilapa evidencian la guerra del narco por el control de la amapola

Las desapariciones en Chilapa han despertado, una vez más, críticas contra el gobierno y habituales preguntas sobre si el estado es capaz de responder a los secuestros en masa.
Foto de Arturo de Dios Palma/VICE News.

Lizeth Abundis y su hermana Marta estaban hojeando las páginas de un periódico el sábado por la mañana, cuando descubrieron una fotografía que reconocieron inmediatamente: era la imagen de su hermano desparecido.

La fotografía, sin embargo, no era muy halagüeña.

Mostraba los cuerpos destrozados de tres personas envueltas en mantas azules y plateadas, que habían sido encontradas en Chilapa, una pequeña ciudad motañosa que se encuentra en el epicentro de la última desaparición en masa que ha vuelto a sobrecoger a México.

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Las hermanas detectaron que uno de los cuerpos desmembrados tenía un tatuaje muy parecido al que llevaba su hermano Gilberto, de 30 años. Las hermanas estaban tan destrozadas como furiosas. Todavía esperan que les confirmen qué le sucedió a su hermano.

La fotografía que apareció en un periódico local de Chilapa. (Foto vía VICE News).

"Mi papá es un profesor jubilado y mi madre es ama de casa. Somos una familia con bajos recursos. No entiendo porqué le harían esto a mi hermano. Él ni siquiera vivía aquí", declaró Marta para VICE News.

Gilberto estudiaba artes visuales en la universidad del estado de Michoacán. Llevaba apenas una semana en Chilapa. Había ido a visitar a sus padres y a filmar el trabajo de los artesanos locales. El 9 de mayo, Gilberto estaba regando el jardín de la casa de sus padres, cuando unos hombres se bajaron una furgoneta y se lo llevaron.

Gilberto Abundis es una de las 14 personas cuya desaparición ha sido confirmada en Chilapa, en el estado de Guerrero, después de que un grupo de hombres armados que se describían a sí mismos como "policía comunitaria" desembarcó en la ciudad y la tomó entre el 9 y el 14 de mayo. El alcalde calculó que alrededor de 30 personas fueron secuestradas por los invasores, aunque algunas familias no han presentado denuncia alguna por miedo.

Al menos desaparecen otras 13 personas en el estado de Guerrero en México. Leer más aquí.

Los tres cuerpos que aparecieron en el periódico fueron descubiertos el pasado jueves por la mañana en Nepaja, uno de los 140 poblados, en su mayoría indígenas, que se concentran en el municipio de Chilapa.

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Guerrero, y Chilapa en particular, son productores de amapola y mariguana, esta en menor cantidad, que forman parte del inmenso mercado ilegal mexicano de exportación de droga. Dos bandas de narcotraficantes procedentes de las sierras de Guerrero se disputan ahora el control de la zona: los Rojos y los Ardillos.

La situación de Chilapa es un reflejo de los persistentes problemas con la guerra contra los poderosos cárteles del narcotráfico mexicanos, ahora apoyada por Estados Unidos. Se trata de grupos armados y organizados de criminales que disponen de férreas sedes de control y de influencia en territorios específicos. Se dedican a defender su espacio de invasores, a menudo otros cárteles que terminarán sometiéndolos.

Los civiles están atrapados en medio de esa batalla, y son las víctimas inocentes que padecen sus consecuencias.

"No sabemos qué decirles a mis padres; a mi hermano lo mataron como un perro, peor que eso…¡y el gobernador se pasea con los delincuentes!", declaró Martha a VICE News.

Presuntos miembros de Los Ardillos —o de una fuerza policial comunitaria— hacen guardia en Chilapa, mientras unidades del ejército de México comparecen para negociar la liberación de la ciudad. (Foto de Arturo de Dios de Palma/VICE News).

El gobernador de Guerrero, Rogelio Ortega —que asumió el mando de la oficina después de la dimisión del gobernador anterior— se ha implicado a sí mismo en el caso de las desapariciones de Chilapa.

El pasado miércoles el gobernador se reunió con los líderes de "la policía comunitaria" que habían tomado brevemente la ciudad. El encuentro consistió en escuchar las exigencias de los policías improvisados, que no eran otras que la captura del presunto líder de la banda de Los Rojos. El gobernador también se reunió con los familiares de los desaparecidos.

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Las hermanas Abundi y otros familiares de otros desaparecidos declararon que los individuos armados que se reunieron con el gobernador la semana pasada son simpatizantes o miembros de Los Ardillos, una organización criminal que lleva operando en Chilapa durante las tres últimas décadas.

Se dice que Los Ardillos controlan las plantaciones de amapola y mariguana en los pequeños asentamientos que rodean Chilapa. Sin embargo, durante los últimos años Los Rojos han procurado entrar a la fuerza en el negocio y se han establecido en la ciudad de Chilapa, donde están rodeados por sus enemigos, Los Ardillos, por los cuatro costados.

El gobierno niega masacre en el rancho de Jalisco. Leer más aquí.

Según los testimonios recabados por VICE News durante la mañana del 9 de mayo, decenas de hombres y de mujeres con los rostros cubiertos entraron en Chilapa y asaltaron la sede de la policía municipal. Una vez en su interior, desarmaron a los 80 agentes que protegen la ciudad, les arrebataron sus armas reglamentarias y desplegaron una serie de controles en las entradas de Chilapa.

Pretendían "eliminar" la presencia de Los Rojos. Fue entonces cuando arrancaron los secuestros.

Secuestrado en el día de la Madre

El 10 de mayo, los hermanos Carreto —Miguel, Juan, Víctor y Bernardo, todos ellos trabajadores de construcción— dejaron su casa en la pequeña comunidad de Ahuihuiyuco para dirigirse a Chilapa a vender un ternero.

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Era el día de la Madre, así que también quisieron comprarle un regalo a su mamá. Los hermanos ignoraban que Chilapa hubiese sido tomada por un grupo de forajidos el día anterior.

Durante su trayecto a Chilapa condujeron por delante de un lugar llamado 'La botella'. Allí fue donde un grupo de civiles armados interceptó su camión.

A Bernardo, que conducía solo en otro vehículo, lo dejaron pasar. Sin embargo, sus otros hermanos "fueron llevavos a la parte trasera del camión, donde fueron sometidos a una paliza y secuestrados", confesó Bernardo, que no ha vuelto a ver a sus hermanos desde entonces.

Las autoridades locales declararon a VICE News que Chilapa opera como un almacén y un centro de distribución de mariguana y, sobre todo, de opio. Los campesinos están sometidos al escrutinio de las organizaciones criminales que trabajan la tierra en algunas poblaciones indígenas colindantes, como Ahuacalzingo, Ahuihuiyuco, Atlixtac y Ayahualco.

Estos llevan sus cosechas hasta el centro del municipio, en Chilapa, y de ahí arranca la distribución.

La esposa de Miguel Carreto, una de las personas que desaparecieron en Chilapa el 10 de mayo, sostiene una foto de su marido. (Foto de Melissa del Pozo/VICE News).

El alcalde de Chilapa, Francisco Javier García, declaró a VICE News en una entrevista que desde la llegada de Los Rojos, hace alrededor de dos años, comenzaron los enfrentamientos con Los Ardillos. El balance de tales confrontaciones es de, al menos, 101 personas desaparecidas, una cifra que podría ser el doble de alta, según palabras del alcalde.

Las desapariciones en Chilapa han despertado, una vez más, críticas contra el gobierno y habituales preguntas sobre si el estado es capaz de responder a los secuestros en masa.

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'El problema es no saber quién gobierna aquí'

Chilapa está situada a tan solo 25 kilómetros de la Escuela Normal de Ayotzinapa, donde 43 estudiantes desaparecieron el año pasado. Los jóvenes fueron atacados por agentes de policía vinculados a otra banda de narcotraficantes de la atomizada narco geografía de Guerrero: los Guerreros Unidos.

"El problema es no saber quién gobierna aquí, si los narcos, los corruptos políticos o ellos juntos", declaró Geremías Rodríguez, un comerciante de 43 años que cerró su zapatería por la imparable violencia.

Las autoridades también han sido cuestionadas por, presuntamente, no haber hecho nada mientras se produjo la ocupación de Chilapa. La fuerzas de policía de la gendarmería y unidades del ejército mexicano llegaron el 10 de mayo para negociar la liberación de Chilapa con los civiles armados. lo que significa que la policía federal estaba allí mientras se producían los secuestros.

"De alguna forma, y con todo lo que habían hecho, [el grupo de individuos armados] negociaron con la policía federal y se fueron, aunque amenacen con regresar", declaró García en una entrevista.

"El estado se lo permitió y hasta les dieron 20 escopetas" aseguró García.

El fiscal general del estado y la comisión de derechos humanos del estado de Guerrero han abierto sendas investigaciones sobre la desaparición masiva.

Los parientes de los desaparecidos desacreditaron el encuentro del gobernador con el grupo que tomó Chilapa. Desde la oficina de Ortega se aseguró que el encuentro se había celebrado con "los comisarios que habían tomado el municipio de Chilapa algunos días antes".

Uno de los integrantes del grupo, José Apolonio Villanueva, comisario de la ciudad de Xiloxuchican, le propuso al gobernador que el estado detuviera a Zenen Nava, alias El Chaparro, el presunto líder de Los Rojos, según apuntan las informaciones.

Sigue a Melissa del Pozo en Twitter @melissadps