En febrero de 2015 les dimos cámaras desechables a seis refugiados que estaban viviendo en Berlín para que documentaran su cotidianidad en 27 fotos. Le pusimos a la serie Augen-Blick ,que en alemán quiere decir "un abrir y cerrar de ojos".

El proyecto surgió de nuestra creencia en que, ahora más que nunca, es crucial que dejemos de concentrarnos en las cosas que nos separan y comencemos a fijarnos en las cosas que nos unen. A pesar de que la crisis de refugiados en Europa había sido un tema álgido desde hace algún tiempo, en realidad ninguno de nosotros dos había sentido su verdadero impacto sino hasta que empezamos a trabajar en esta serie. Esperamos que las imágenes también puedan darle al lector una idea de la vida cotidiana de estas personas.

Naheed fue la única mujer que quizo participar en nuestro proyecto; la mayoría de mujeres con las que hablamos fueron bastante reservadas. Naheed lleva en Berlín más de un año y antes de eso solía tomar muchas fotografías.

Desgraciadamente, nunca supimos el apellido de Saleh. Fue trasladado a otra parte después de que se disolviera el campo de refugiados donde lo conocimos.

Huseynaga llegó a Berlín con su familia cuando tenía 11 años. Poco después, comenzó una pasantía en un teatro y empezó a dibujar caricaturas. Tuvimos que darle una segunda cámara porque la primera se la robaron en su campo de refugiados.

Esta era la primera vez que Sayed sostenía una cámara, así que tuvo que pedirle ayuda a su novia. Los dos se conocieron en Berlín.

Siwan ha vivido en Berlín por nueve meses y trabaja en una tienda de licores. Muchas de sus fotos son verdes porque los parques de Berlín le recuerdan a su ciudad natal.

Después de una corta estadía en el campo de acogida de refugiados en la Freie Universität Berlin, Zymer y su familia fueron deportados porque las autoridades decidieron que habían llegado a Europa por razones financieras.

Puedes ver más del trabajo de Halea y Francis aquí.