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Lo sexy y lo cruel

¿Listas para el viagra femenino?

Una pastilla llamada deseo.

Imagen vía.

Un nuevo fármaco llamado Lybrido —también conocido como el viagra femenino— está en arbitraje ante la FDA (Food and Drugs Administration) y espera llegar al mercado en 2016. ¿La novedad del producto? Esta pastilla está diseñada para generar un potentísimo deseo sexual en las féminas y ha probado ser tan efectivo que, de hecho, las autoridades se resisten a aprobarlo por miedo a que cause ninfomanía y el decaimiento moral de la sociedad. (¡Ya quiero probarlo!)

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Resulta que esta pastilla se hizo pensando específicamente en mujeres que están en relaciones monógamas largas, quienes (oh, sorpresa), en general muestran una libido mucho más baja que sus parejas: simplemente no se les antoja echarse tiros y no saben decir por qué.

Algunos estudios sugieren que podría deberse al aburrimiento; según el DSM (el manual psiquiátrico del que ya les he platicado, ese que compila un montón de trastornos mentales para los cuales no hay prueba física alguna) estas morras tienen un desorden llamado Deseo sexual hipoactivo y rondan el 30% de la población de mujeres de entre 20 y 60 años.

Hasta el día de hoy pensamos que las mujeres naturalmente tenemos un deseo sexual menos potente que los hombres; incluso los psicólogos evolutivos desarrollaron una justificación, la teoría de inversión parental, que va así: Los hombres producen mucho semen y no tienen que invertir tanto en términos reproductivos, en cambio, las mujeres tienen una cantidad limitada de óvulos y ponen todo su cuerpo en juego al embarazarse, por lo tanto, los hombres están programados para esparcir su carga genética tanto como puedan y las mujeres están diseñadas para buscar un buen proveedor a largo plazo… Pues lamento informarles que eso es un montón de popó.

A diferencia de México, Estados Unidos tiene programas de investigación sexual desde los años cincuenta y, hasta ahora, no han logrado encontrar una sola prueba de que las mujeres seamos, de fábrica, menos calientes que los hombres. En cambio, dos psicólogas de la Universidad de Winsconsin reunieron más de 800 estudios, realizados entre 1993 y 2007, y encontraron que los resultados estaban bastante influenciados por la época en que se hacían.

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Ahora, mientras que el Viagra resuelve la onda hidráulica, Lybrido, en cambio, está diseñada para ponerte caliente, y lo hace porque actúa directamente en tu cerebro: primero disuelves una capa mentolada (estos dudes piensan hasta en el mal aliento) de testosterona y después te la tragas; la testosterona libera dopamina (rush) y luego del empujón, generas serotonina (calma y buenaondez); al mismo tiempo un químico similar al Viagra aumenta el flujo sanguíneo en tu puchita y ¡pum! antes de que te des cuenta, hay arcoíris y unicornios entre tus piernas y te quieres tirar al mundo entero (ahí es cuando la multiorgasmidad viene siendo muy útil).

La primera ronda de experimentos se realizó en el 2011 en 420 sujetos, todas en relaciones monógamas largas. Emotional Brain, el laboratorio que está lanzando la píldora, está en espera de la aprobación de la FDA para echarse una segunda ronda experimental en 1,200 sujetos. Como nada se ha decidido, no hay gran información acerca de los efectos secundarios —aunque aseguran que ninguno es grave y todos son pasajeros— y tampoco hay acceso a las opiniones de las conejillas de indias, pero si les interesa saber más sobre el tema Daniel Berger publicó hace unos meses What Do Women Want? Adventures in the Science of Female Desire, un libro que narra las cuitas científicas y farmacéuticas para entender y fomentar el deseo femenino.

Pero bueno, la pregunta obligada es: ¿cómo sería un mundo donde las mujeres y los hombres la tuvieran igual de parada?

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Me imagino que habría matrimonios más felices, personas más sonrientes; la economía mejoraría: se crearía un nuevo porno hecho para morras, habría un boom de clubes swingers, se legalizaría la prostitución, ¡chale! tal vez hasta mejoraría la calidad de vida de las esclavas sexuales; los científicos neta tendrían que ponerse las pilas con las curas de las ETS; los hombres le echarían más ganas a su aspecto físico y, sobre todo, a su actuación sexual (eso háganlo de todas formas, plis)… Claro, probablemente la sociedad como la conocemos valdría madres y los hombres se sentirían un pelín menos poderosos, pero ¿neta creen que eso es algo malo?

Yo sé que tomar una pastilla para todo puede ser bastante criticable, también sé que el deseo no se limita a química y conexiones cerebrales, y que es harto complicado hablar de un nivel "saludable" de libido, pero seamos prácticos: Castrar a los hombres no es la respuesta, las drogas sí, o al menos o eso es lo que nos ha enseñado la modernidad.

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@dorotrix

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